Todos los que trabajamos honradamente, los que nos levantamos tan temprano como permite el cuerpo y el ambiente sabemos a conciencia que cada una de nuestras acciones y responsabilidades están entregadas a los hijos e hijas que es la Patria, pero también están los que no les interesan sus hijos y menos el país, sino lo que puedan rapiñar para poder despilfarrar. Ellos también tienen sus espacios que cada vez deben ser más reducidos, por eso esta democracia.
Nos vamos de fiesta, uno o dos días, pero satisfechos de haber cumplido con lo asumido y aún en el ambiente navideño con los aguinaldos y gaitas alegrando la parada fiestera, da tiempo para reflexionar sobre lo que vendrán, que será bueno para la felicidad de nuestro pueblo.
Hay quienes nos vamos al pueblo, a comer las hallacas que más nos gustan y la ciudad se queda grande para quienes no viajarán, igual de temprano nos levantaremos para ver la estrella de Belén pero también el brillo del Satélite Simón Bolívar deslumbrando el firmamento, por cierto por estos días los que viven en Caracas si observan a las 4pm en sentido este pueden ver sus destellos.
Para quienes nos agredieron o intentaron por distintos medios de obstaculizar la labor productiva con mezquindad, el perdón, que es la insignia moral más prístina que todo cristiano debe asumir cuando por injusticia se nos acuso o vilipendio sin razón, por ignorancia o por bajeza ética, sin embargo asumimos la autocritica cuando ella es necesaria para rectificar.
Para quienes nos siguen a través de estos espacios nuestra gratitud y siempre el deseo de felicidad con la esperanza de continuar, desde la trinchera donde estemos produciendo creativamente para darle a la Patria lo que se merece, para quienes nos apoyaron y ayudaron a abrir la brecha por donde transitamos nuestro agradecimiento que es el mejor regalo de navidad.