Las Conchitas del Libro Rojo y el Congreso del PSUV

Estamos próximos a la celebración de un nuevo Congreso del PSUV. Reflexionando un poco sobre este momento y releyendo parte del famoso y tan “leído” Libro Rojo; uno o yo por lo menos, me he percatado que hay cosas que nos han sembrado y la damos por hecho y cosas que hemos leído mal o no hemos podido leer con cuidado y esto facilita que lo propuesto quede sin efecto.

Nadie duda hoy, que en la Constitución Bolivariana de Venezuela se plasmó la idea de una democracia participativa y protagónica. En la constitución hay más de un artículo donde esa figura cobra sentido. Nadie duda hoy, que todos los partidos que ha tenido que parir la revolución -MVR y PSUV- han cuestionado el modelo de democracia representativa por el modelo de democracia protagónica. Sabemos que esto de la participación y el protagonismo tienen un límite. En alguna instancia, el protagonismo y la democracia participativa deben dar paso a la representatividad. Esto se entiende, pero debe existir muchos momentos de protagonismos y en el PSUV esto no existe.

Hay un “deber ser” que uno supone está en el gran Libro Rojo y en otros documentos, pero hay un “es”, que es la realidad, diferente a lo que uno supone es el Deber ser.

 Por ejemplo, ahora me sorprendí, después de haber mal leído el libro rojo en otras oportunidades, que hay situaciones que suponía no están así planteada en el libro rojo. Suponía que prevalecía en los estatutos, el principio constitucional de la democracia participativa y protagónica. No es así; existe o prevalece, el principio de la democracia más o menos representativa. Ni siquiera por la práctica de la cooptación llega a ser representativa.

Si nos ubicamos en el artículo cuatro de los estatutos, nos percataremos de una “conchita de mango”. En este artículo se lee: El PSUV “representa los intereses del proletariado urbano y rural, del campesinado y de los demás sectores explotados”. Esta ahí escrito y por demás muy claro. Dice: “representa”.

Una cosa es decir, como yo creía que había leído, que el PSUV es el partido del proletariado urbano y rural, del campesinado y de los demás sectores explotados y otra muy distinta, es que el PSUV “representa los intereses del proletariado urbano y rural, del campesinado y de los demás sectores explotados”.

En ese mismo artículo cuatro se lee sobre el llamado centralismo democrático, que es una cosa distinta a la realidad que existe y que debemos llama Centralismo territorial. Además del PSUV “representar” los intereses del proletariado, campesinado y demás explotados, una gran parte de sus cuadros directivos viven o en el momento que fueron “electos” vivían en Caracas o ahora están en Caracas la mayoría.

Para no ser más larga esta historia, leamos el siguiente artículo –Art. 5- y notaremos como hemos creído ingenuamente en los que nos han dicho de un PSUV democrático y protagónico.

Leamos:

“Para la toma de decisiones y elecciones internas el partido podrá utilizar diversos métodos: elección directa, universal y secreta; cooptación, elecciones de primero, segundo o tercer grado; opinión y consenso, los cuales se determinaran por las diversas instancias de dirección de acuerdo a las condiciones políticas.

También está muy claro. Lo real es que hay métodos de elección, pero lo más real es que el método de elección hasta ahora más practicado y que ha pateado al protagonismo, es el de la cooptación porque el mismo artículo tiene la “conchita de mango” –trampita-. El método, según lo que dice el artículo 5, definitivamente se “determinará por las diversas instancias de dirección de acuerdo a las condiciones políticas” ¿Quién determina las condiciones políticas? ¿El espíritu santo o los “representantes” de Caracas?



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Claudio Dominguez


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