La transición del gobierno del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías al de Nicolás Maduro, no es fácil, porque no es fácil sustituir a un líder de tamaña estatura, no obstante, el novel presidente obrero y su equipo gubernamental han sorteado un sinfín de escollos con destreza y habilidad, tanto en el plano internacional como a nivel interno.
Los recientes eventos como la CELAC que centró la participación de más de una treintena de país en La Habana-Cuba, la exigencia de independencia y soberanía de Puerto Rico a solicitud de Venezuela, el papel del gobierno bolivariano en el Mercosur, el papel de solidaridad de Petrocaribe, los acuerdos de PDVSA con empresas gubernamentales o capitales privados, así como los diálogos de paz en Colombia, el orden en el mercado de divisas, el mantenimiento de las relaciones entre Venezuela y Guyana, el apoyo de potencias como Rusia, China, Irán, Bielorrusia, entre otros aspectos que dan lustre a la Revolución Bolivariana.
No obstante, el papel del Imperio y de la Ultraderecha apátrida, articulados al paramilitarismo, delincuencia organizada y el narcotráfico es jugar en lo interno a la ingobernabilidad, al caos, al boicot, la especulación, el desabastecimiento para retrasar, obstaculizar y decapitar los logros de la Revolución Bolivariana y del recién estrenado gobierno de Nicolás Maduro, a la par a través de la mediática generar desconcierto, desesperanza en el seno del pueblo llano por la perturbación de sus condiciones diaria de vida.
La Habilitante permitió al presidente Maduro instrumentar la Ley Orgánica de Precios Justos que fue el contrataque revolucionario a los planes de perturbación y desestabilización propiciado por parte del Imperio, de la Ultraderecha y sus afectos, quienes sienten como un golpe en el hígado la respuesta institucional, por lo que la postura contrarrevolucionaria fue y es colocar fecha para salir del gobierno socialista bolivariano, de allí se desatan los demonios oligarcas e imperialistas a través del político de probeta y dirigente del Este de Caracas, Leopoldo López y la “diputada” María Corina Machado quienes alentaron públicamente los desafueros constitucionales con la consecuencia de pérdida de vidas por la actuación del paramilitarismo detrás de las manifestaciones de estudiantes de oposición que van con el propósito de causar muertes y pesar en filas opositoras y en filas de la revolución, además los pseudos dirigentes estudiantiles apátridas hicieron demostración del entrenamiento desestabilizador con la que contaron y cuentan que se han utilizado en otras parte del mundo para derrocar gobiernos constitucionales.
Pero por todas y todos es sabido que existen planos a la hora dirigir un país, Venezuela es una joven revolución tan acosada por fuerzas antihistóricas e imperiales, lo cual para llegar a niveles cónsonos revolucionarios requiere contar con la existencia de un partido bien organizado, si con todo y las vicisitudes, la revolución ha arrinconado a la Ultraderecha y al Imperio, pero antes de que la revolución afine el Congreso del PSUV hay que lanzar la batalla contra el proceso para desarticular, retrasar, e impedir que las fuerzas revolucionarias aceiten la maquinaria del PSUV y ejecuten el Plan de la Patria y el Estado Comunal; otra intención del Imperio y de la Ultraderecha es además, solapar la crisis interna propia y las luchas intestinas de liderazgo opositor.
Vale destacar y es por demás admirable, la disciplina de las bases revolucionarias y del movimiento popular que han sabido contener su impetuosidad pero que está presto, aunque lo que quiere el Imperio es la devastación entre las partes.
Además, se ha de contar con una militancia consciente, entusiasta, que asuma lo aseverado por el Comandante Ernesto Che Guevara “El deber de toda revolucionaria y todo revolucionario es hacer la Revolución”, lo cual exige disciplina e iniciativa para el logro de los objetivos planteados y de mantener un correaje con su espacio organizativo inmediato, esta disciplina es a la vez medición constatable de la ascendencia que la dirección político – militar tiene sobre el pueblo organizado, ya eso fue demostrado en varios eventos donde se ha provocado a las fuerzas revolucionarias y a su gobierno pero “todo bajo el sol tiene su hora” para proceder en el marco de la Constitución y de las leyes a desarticular a las y a los operadores políticos internos del Imperio y de la Ultraderecha por lo que la estructura del Estado con el apoyo interactivo del gobierno deben aplicar el recontrataque revolucionario contra el rebrote del nazismo en Venezuela para garantizar el sano curso de la Revolución Socialista Bolivariana.