El 27 de junio de 1937 se celebraron elecciones municipales, y la izquierda participó agrupada en Alianza Municipal. No era época de democracia.
Sólo votaban los hombres mayores de 21 años que supieran leer y escribir. A comienzos de año se había decretado el fin de una huelga petrolera de 45 días; fueron ilegalizados los partidos opositores, incluida la Federación de Estudiantes de Venezuela, y por una resolución del MRI se impidió la creación del Partido Democrático Nacional.
Poco después, el 13 de marzo, fueron expulsados 47 dirigentes con Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt y Gustavo Machado a la cabeza. Pese al reflujo del movimiento popular, en condiciones tan adversas, con escasos medios, esa improvisada Alianza Municipal ganó 14 parroquias frente a ocho donde triunfó el gobierno de López Contreras. Durante tres días se escrutaron los votos en el Nuevo Circo y terminaron con el triunfo de Andrés Eloy Blanco en San Juan. En el interior del país fueron desconocidas varias victorias populares mediante aplicación del Inciso VI de la Constitución, que prohibía toda actividad comunista. El Concejo Municipal fue convertido en el epicentro de la política opositora de la izquierda y contribuyó a aglutinar el movimiento popular. Había sido la primera experiencia electoral venezolana en el siglo XX.
Desde entonces debieron celebrarse unas 30 votaciones en las más diversas circunstancias.
Durante los años del lopecismo (1936-41) y del medinismo (1941-45), las hubo sólo para elegir concejales, la mayoría de las veces amañadas por un experto de estas triquiñuelas llamado Franco Quijano.
En el trienio de AD (45-48), las hubo con el abusivo ventajismo del omnímodo poder que controlaron. Comenzando la dictadura, en noviembre de 1952 hubo votaciones para la Asamblea Nacional Constituyente, y pese a los obstáculos y falta de libertades, la oposición participó a través de URD y de Copei. Sólo AD llamó a la abstención, pero esa línea partidista fue desbordada y hubo una sólida victoria de URD, apoyada por el PCV y la militancia adeca. Ese triunfo fue desconocido por el golpe de Estado que entronizó a Pérez Jiménez.
Desde 1958 hubo elecciones presidenciales, al Congreso y municipales, todas en un solo acto, hasta que las municipales fueron separadas en 1974, y en 1989, las primeras para escoger gobernadores y alcaldes. Durante casi todos esos años sus resultados eran adulterados bajo el sistema del "acta mata voto", que dominaban AD y Copei.
Ese largo período, con un sistema de votación perverso, de delincuentes electorales duchos en el robo y escamoteo de los votos opositores, se fue acabando con la automatización.
Desde 1937 ha habido unos 30 procesos electorales, incluida la megaelección del 30 de julio de 2000 y las municipales del 16A.
Nunca, en ninguna de esas 30 elecciones, la oposición dejó de participar, aunque en algunas ocasiones lo hizo en las peores circunstancias, de acoso y persecución, de ventajismo y fraude descarados.
¿Por qué ahora? Esa es la pregunta que me he estado formulando desde que el CEN de AD, en votación dividida, resolvió retirarse.
Por supuesto que ellos sabían, como toda la oposición, que sus posibilidades de elegir diputados no debían exceder de 30.
Nada más lógico, si desde el 15A cuando sacaron cuatro millones no han hecho sino mermar, a dos millones en octubre del 2004, y a un millón 200 mil el reciente 16A.
El pretexto de la falta de seguridad en el sistema se les cae después que el CNE resolvió abrir 47% de las cajas, prescindir de los cuadernos electorales, y hace poco, suspender las captahuellas.
La OEA emitió una declaración, luego de reunirse con el CEN y la oposición, donde afirma que "los partidos políticos de la Unidad (opositora) se comprometieron a participar en la contienda electoral y a instar a la ciudadanía a votar el 4 de diciembre, afirmando que el secreto del voto en este proceso no va a ser vulnerado". Por su parte, Ojo Electoral en su declaración de ayer afirma que "Actualmente existe la seguridad sobre la imposibilidad de cambiar la voluntad del votante, y al eliminar las captahuellas y los cuadernos electrónicos, se garantiza que no se pueda asociar el voto con la identidad del votante", es decir, está garantizado el secreto del voto.
Vistas las condiciones de transparencia y seguridad ofrecidas por el CNE, comprobadas por observadores imparciales, y después de expresar su decisión de participar en las votaciones de hoy, ¿cómo explicar ese cambio? ¿quién o quiénes pudieron inducirlos a modificar su posición en una cuestión de tanta trascendencia? ¿A qué están jugando? ¿Saben lo que significa abandonar por cinco años el escenario político por excelencia que es la Asamblea Nacional?
¿Cómo explicarlo a sus cuadros medios y dirigentes regionales?
¿Por qué no pensaron en su militancia y simpatizantes, a quienes no se les consultó para tomar una decisión que en primer lugar los afecta como electores?
¿Acaso tienen planes secretos, cálculos a corto plazo?
La votación de hoy. Esos partidos confían en que la abstención estará muy por encima de 75% y que podran hablar de "ilegitimidad" del Poder Legislativo.
Es posible que tengan promesas del exterior, de Washington, por ejemplo, de no reconocer esa AN. Seguramente creen que si la abstención es tan alta, sus denuncias serán escuchadas en la OEA y otros organismos internacionales. Como han errado tanto, es posible que no hayan pensado que pudieron equivocarse otra vez y que su retirada y el llamado a la abstención pudo ser tomado como reto al chavismo, que hoy debe movilizar a votar a tanta gente como el día del referendo.
Si Manuel Rosales el gobernador del Zulia no hubiese tenido la misma ambigüedad de agosto del 2004, cuando primero reconoció los resultados del referendo y después se retractó, con unos 10 diputados que seguramente hoy habría electo su partido en Zulia, Un Nuevo Tiempo, mañana sería el líder de la oposición, con fuerza para reunificarla y hasta para ser su candidato.
La misión de la Unión Europea está haciendo una observación de medios de Caracas, cuyos resultados seguramente se conocerán el miércoles.
Lo que no se revelará allí es si es cierto que hubo presión de algunos propietarios de medios para que AD aceptara jugársela con su retirada.
Los electores opositores que desacaten línea de partido tienen varias opciones: en primer lugar el MAS, que entre los tradicionales marcó distancia de una decisión que juzgaron precipitada; además están La Causa R y Un Solo Pueblo; en el interior hay varias organizaciones regionales, además de centenares de candidatos uninominales que no obedecieron la orden retirarse.