Son trescientos sesenta y cinco días de su adiós, son 335 municipios en Venezuela y 33 países en la Celac, en UNASUR son varios, en Petrocaribe otros tantos, todas las instancias fueron visualizadas para dar paz y amor, también en los países por donde pasó quedó su huella, su impetuosidad y una referencia que en la puerta del Sur se llama: Venezuela, llama ardiente que vibra de patriotismo. Siempre recuerdo aquel artículo de opinión de un “académico” que parafraseando decía: “que de mal está Venezuela que el presidente es hijo de una bedel de escuela”. Cuánto odio! Cuánta maldad! Ni la clase social a la cual defendió el “académico” lo recuerda hoy día; sin embargo, vemos al Comandante Chávez, ayer, cuando partió la historia nacional en dos, la del “académico” que naufraga y la otra que hoy una vez más se asoma en el horizonte que con la venia del Creador amasamos con el sudor de la ternura de un parto, parto para la vida, parto para vivir en una sociedad mundial justa y amante de la paz.
AÚN QUIEREN IR POR ÉL
Empujaste la puerta de la historia con tu hombro pero también con tu talento.
Escribiste las páginas de la historia con tus pasos y tu sudor…
Seguisteis los senderos, recodos y no te detuvieron los escarpados de las montañas.
No hubo vida que no te invitara a la vida, apreciasteis el paraíso en la tierra…tu verde olivo fue una excusa para predicar y estar más cerca del Creador.
Creyeron horadar tu honor y dignidad pero mientras más lo creían más disminuían de tamaño.
En cualquier geografía patria, un niño mira por la ventana de su nueva casa, un gracias a Dios y al Comandante Eterno! te dicen…
Mueca de resentimiento en quienes te odian…pero eres grande en lo servicial y en tu bondad.
Bienaventuranzas son para aquellos y aquellas que viven es para servir y a pesar de que lo quisieron e intentaron hacer, no desviaron tu ruta los indomables vientos y las escabrosas montañas.
Te he visto en los bordes de los amaneceres y en los filos de los atardeceres, en las acerías del Macizo Guayanés, en quien remonta las traviesas aguas del Átures, en Guiría, en el Cabo San Román, o en el Complejo Refinador de Paraguaná, en Boconó, en Barlovento, en las cabrias que taladran las negras venas en la Faja Petrolífera del Orinoco o quizás fue en la Cuenca del Lago de Maracaibo…o de repente fue en los cuadros y murales que homenajean a la Guerra de Independencia…pudo ser!
En la Academia Militar está la placa de octavo en tu promoción, pero estas también entre los primeros cuando suena el clarín de la patria.
Vemos tu celaje con el morral a cuesta en el triángulo magnético de Caracas: entre la Plaza de Bolívar, el Panteón Nacional y el Cuartel de la Montaña, consciente que aún tienes que hacer…por todas y todos, sobre todo donde veas injusticias para los reverdeceres de la vida .
Estas allí, te sentimos y te vemos ceñudo pensando en cuál es la próxima tarea a acometer, siempre rompiendo guayas o cadenas por la libertad y la independencia…por eso quieren borrarte, por eso quieren que te olvidemos, por eso quieren sacarte del camino y convertir en ceniza el Cuartel de la Montaña, así lo han dicho…ah! Pecado sin perdón!
Caracas, 04 de marzo de 2014.
