Es obvio que el Departamento de Estado de EE.UU monitorea; deben hacerlo, es el Imperio, y valoran cada escenario y ese escenario mediático en algunos momentos para ellos es principal y/o secundario, según sea el caso, y a cada tic tac del día el gobierno imperial de EE.UU debe estar revisando lo que se vierte por esos medios sus aliados pitiyankis, así como también el recontrataque a través de la prensa institucional lo que piensa y hace el Estado y del Gobierno, cada quien mueve sus mejores piezas argumentales calculando siempre los movimientos de la otredad.
EE.UU y sus instancias de guerra psicológica, económica, diplomática, así como militar también deben orientar, auscultar, las redes sociales aliadas pero también deben monitorear hasta cada uno de los medios populares y comunitarios aún hasta la de los recónditos lugares de Venezuela y también monitorea los medios a nivel mundial, así como deben tener una ficha personal de cada periodista, de cada articulista, comentarista, en fin, de todo y todas las personas que dirigen, hacen uso de los medios y de las redes.
De parte del gobierno venezolano, de las instancias institucionales y en los colectivos populares - comunitarios, así como de articulistas, analistas, le hemos dado -en lo fundamental- una fiera batalla de resistencia y contraataque al más poderoso imperio de toda la humanidad.
Todavía están sobre el escenario de la lucha de clases, entre los que quieren patria y los que se pliegan a los designios imperiales; esta confrontación no se puede decir que se ha llegado al final y nunca llegará al final mientras exista el Imperio.
Pero de nuestra parte se puede ser mejor, podemos combatir mejor! porque de lo que se trata es que están enfrentados dos proyectos de país: la República Bolivariana de Venezuela y proyecto Neoliberal imperialista de la Ultraderecha.
El pueblo venezolano ha avanzado en la politización, en la resocialización informativa, pero tenemos –decía- que sea más orientadores, explicar lo que hemos conquistado y los que tenemos aún por conquistar, es decir, dilucidar más el proyecto Bolivariano, donde aún hay que decir mucho al respecto para los y las seguidoras del proyecto bolivariano, porque como decimos están enfrentados dos proyectos. Es Plan contra Plan!
Además es muy necesario, pertinente e ilustrador para nuestra población nacional la caracterización actual del Imperio, sus aliados internos e internacionales, develar su política económica internacional y sus planes conspirativos, develar su situación interna dentro de EE.UU, pero a la par y dándole igual o superior importancia a la explicación esencial de nuestro Proyecto Socialista Bolivariano e igual hacer un análisis pormenorizado de la coyuntura nacional, precisar sectores aliados internos y a nivel internacional, estudiar las políticas de las instancias como la CELAC, Petrocaribe, ALBA, UNASUR, pero sobre todo, darle inmensa prioridad a las voces de los sectores populares y comunitarios conscientemente organizados; con respecto a esto, en lo personal siempre me gustó los formatos de los programas televisivos: “La Lámpara de Diógenes”, “Al Soberano” y “Aló Presidente” porque fueron una especie de Escuela Popular de Formación Colectiva donde se capte, se calibre y se vierta las orientaciones al movimiento popular revolucionario, donde la voz cantante sea la voz popular como protagonista expresión y donde se exponga en qué consiste la Democracia Participativa y Protagónica esencia del proyecto Socialista Bolivariano y además las políticas gubernamentales recientemente expuestas.
Sobre las críticas, como proceso germinal, tenemos los defectos propios del momento político que estamos viviendo, de nuestro nivel de desarrollo y experiencia, pero en lo fundamental hemos acertado en lo esencial en el enfrentamiento con el Imperio y sus aliados internos e internacionales, pero si en filas revolucionarias, la persona, el o la articulista, el o la comentarista, que considere que ese es su papel de amasar las críticas, o ser vacilante, ambiguo en el actual momento contra el proceso bolivariano, que la haga, esa es la Democracia Bolivariana; bueno, la historia se encargará después de cada quien. Aunque ya con la cantidad profusa de campaña mediática imperial y sus aliados internacionales e internos ya de por si nos atosigan y nos marcan la pauta.
Lo importante es que el pueblo sepa qué es socialismo, que es el proyecto constitucional nuestro, cuál es el curso de los acontecimientos, cuánto hemos hecho para impulsar el proyecto revolucionario bolivariano, cómo hilvanar los sectores sociales afines y sustento de la Revolución, abordar la necesaria y urgente plataforma de industrialización venezolana, consolidar los planes de autosostenibilidad y autosustentabilidad alimentaria, agrícola, pecuaria, pesquera, nuestro desarrollo militar, las milicias, la lucha contra el burocratismo, entre otros temas vitales que demanda la agenda política y la agenda pública, además preparación de cuadros tecnopolíticos entre diversos temas –repito- para los retos del futuro inmediato y mediato.
Hay veces que inconscientemente reforzamos y condicionamos nuestro decir y hacer al paso de las políticas mediáticas de la oligarquía y siempre sin saberlo esperamos la validación de los voceros y articuladores mediáticos del Imperio y de los apátridas; y a lo nuestro, no le paramos ni un milímetro. Que falló! Ya el Comandante nos exhortó que hay que “aclarar la vista, el entendimiento, lecturas, reflexión”, el estudio pues y praxis revolucionaria para debates de altura y para hacernos instrumentos de revolución colectiva, hacer en definitiva, Revolución Cultural.
Matices y apreciaciones en filas revolucionarias hay, pero, con MODO dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada!
