La burguesía siguiendo su proceso de supresión, en su obra La guerra es la Paz termina haciendo la apología de la guerra (la Paz de los sepulcros). En realidad su objetivo es ampliar las amenazas contra el pueblo antes de entablar una lucha abierta por la posesión del poder. Desde esta perspectiva, y solamente desde ella, hay que considerar el problema tan complejo de “fascismo y democracia”. La única salida real a la opresión actual de la burguesía es la nacionalización y, a un estado consecutivo, la regulación de la producción en los sectores donde la burguesía ha alcanzado su más alto desarrollo.
¡Qué viva la Revolución! Por ella el pueblo, apenas salido del barro que le sirvió de matriz, se presenta con su majestad y su valentía: Es encima del cuerpo del Imperio Español cuando hace su primer sueño de gloria y de inmortalidad. Esta sangre vertida a raudales, esas carnicerías fratricidas, producen horror a nuestra “filantropía”. Sostener una gran causa en un combate heroico en el cual la honorabilidad de los combatientes y la presunción del derecho son iguales, y corriendo el riesgo de dar o recibir la muerte, ¿en que es terrible eso? La muerte es el coronamiento de la vida; ¿cómo más noblemente podría terminar el pueblo, criatura inteligente moral y libre?
Desde hace mucho tiempo, esa observación ha pasado a ser una sátira contra nuestro pueblo. Como no se ve, por el contrario, que ahí está el signo de nuestra grandeza; que sí, por imposible, la naturaleza había hecho al hombre un animal exclusivamente industrial y sociable, y no un revolucionario, ¿hubiese caído desde el primer día el nivel de los animales cuya asociación forma todo el destino; hubiese perdido con el orgullo de su heroísmo, su facultad revolucionaria, la más maravillosa de todas y la más fecunda?
Viviendo en comunidad pura, nuestra civilización sería una pocilga. ¿Es que se sabría lo que vale el hombre y la mujer? ¿Es que se sabría lo que valen los pueblos y las razas? ¿Es que estaríamos progresando? ¿Es que tendríamos solamente esa idea de valor trasladada del habla del guerrero a la del comerciante? No hay ningún pueblo que, habiendo adquirido en el mundo alguna fama, no se glorifique antes de todo sus anales revolucionarios: son sus más bellos títulos para la estima de la posteridad. ¿Es que vamos a hacer de ellos notas de infamia?
Filántropo, usted habla de suprimir la revolución. Ponga atención de no echar a perder el género humano.
Pues, que lo sepa el pueblo no por su confusión, sino por su ascenso rápido: es esta ignorancia, esta falta de costumbre, diremos hasta esta incapacidad de las formas legales las que han hecho hasta hoy su inferioridad y provocado tantas veces los rigores del Poder contra las insurrecciones. Sin esa condición el pueblo no podrá ser considerado más que multitud de perturbadores que ninguna forma legal protege contra las presunciones de la burguesía y que el Poder masacra de forma brutal.
La señora Fiscal General de la República, rápidamente se arremanga las enaguas para meter presos a varios efectivos(as) de los distintos cuerpos de seguridad del Estado cuya función es defender al pueblo. ¿Pero, por qué esta señora no actúa con la misma deligencia para meter presos a los fascistas asesinosasalariados de la Mud y sus cabecillas? ¡Hay 22 venezolanosasesinados incluidos losefectivos de la Guardia Nacional Bolivariana! ¿Dónde está la Sra. Fiscal?
El Comandante Eterno Hugo Chávez: Pide que se haga posible la realización de sus ideas de libertad y de dignidad Humana. De la Patria urgida de voluntades que la sirvan sin pensar en la vecina recompensa
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los cuatro antiterroristas cubanos héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!