Ya lo dijo el comandante en una llamada telefónica que hiciera al programa Contragolpe: los actos terroristas de la semana pasada y la participación de la oposición y la embajada de Estados Unidos en el informe de los observadores de la OEA y la UE , son apenas la punta del "iceberg" de un plan violento que con ayuda internacional, pretende revivir los acontecimientos de 2002 y 2003.
Allí está como demostración de lo activa que se encuentra la embajada de USA en este complot, la "vista de cortesía" que le hiciera el heredero de Shapiro a Morel Rodríguez, por haberse negado a formar parte de la estrategia que llevó a la oposición a retirarse de las elecciones parlamentarias.
Tengan por seguro que los dueños de medios de comunicación y sus ciervos continuarán hasta finales de febrero, con la campaña interna destinada a crear un ambiente de conflicto a partir de sus tesis de la ilegitimidad de la Asamblea Nacional y el CNE. Para esa fecha será a dado a conocer el informe de la OEA y la UE y entonces vendrá el ataque internacional y la generación de conflictos internos.
Que nadie se llame a engaño, 2006 será un año difícil que pondrá a prueba la Revolución Bolivariana y la organización popular.
Quienes convocaron a una marcha y colocaron en su camino francotiradores para asesinar inocentes, culpar al gobierno y justificar un golpe de estado; y quienes fueron capaces de bloquear los puertos del país, sabotear la industria petrolera y tratar de rendir al país por hambre, no tendrán inconveniente alguno en iniciar una nueva escalada terrorista, si con ello pueden retomar el poder.
Sobre como actuarán (con algunas variantes) se tiene idea. La experiencia de Haití está fresca en la mente de los pueblos caribeños y latinoamericanos. Con mercenarios contratados e introducidos al país a través de Dominicana lograron crear un conflicto que justificó la intervención de una fuerza de paz (léase los marines de EEUU).
En nuestro caso, la amplia frontera con Colombia y el desempleo en que se encuentra una muy buena parte del desmovilizado ejercito terrorista de las Autodefensas Unidas, sirven la mesa para que con una buena cantidad de dólares, el país sea incendiado por los cuatro costados.
Habrá que ver hasta donde el gobierno va darle libertades a unos apátridas como los dueños de medios de comunicación, que son la punta de lanza de todo este plan. Ningún éxito ha tenido el pueblo venezolano en su clamor para se le dé un "parao" a esta situación.
Cierto es que hasta ahora los hemos derrotado, pero no podemos olvidar que ellos sólo necesitan una victoria y el día que la logren desaparecerán del mapa todo lo que huela a revolución.
Con todo el respeto que se merece mi comandante, creo que llegó la hora de que el pueblo asuma el papel que como protagonista principal de este proceso, la Constitución le asigna, y en consecuencia haga valer su decisión de no permitir que un grupo de seis o siete personas usen sus medios de comunicación para sumir nuevamente al país en una crisis.
Desde mi punto de vista, se acerca la hora de movilizarnos contra los medios de comunicación y de presionar al gobierno para que cancele las concesiones que sobre el espacio radioléctrico tienen algunas plantas de televisión. ¿Por qué no llamar, por ejemplo, a un referendo?
Vienen pues momentos difíciles donde se requerirá de conciencia y amor por la patria. Si alguna ventaja tiene ello es que nos permitirá ver por donde gotea la casa, pues júrenlo que más de uno de esos que se autodefinen como chavistas de pura cepa, saltará la talanquera.
Más el pueblo que es y seguirá siendo el gran beneficiario de esta revolución, firme, cual roble, en su posición y convicciones, los espera para decirles: NO VOLVERÄN.