Tres comentarios: Ramos Allup, Uribe y Evo

La habilidad de Ramos Allup y la estupidez de los otros

Cuando Bush recibió a María Corina, en la Casa Blanca, le envió un mensaje claro a la oposición venezolana: las instrucciones y el dinero llegarán vía Súmate. De inmediato algunos políticos con menos futuro que moral como Antonio Ledezma, Oswaldo Álvarez Paz y Óscar Pérez cogieron línea y arreciaron su campaña a favor de un boicot del proceso electoral.

Ellos, sin embargo, carecen de la inteligencia y la fuerza política necesaria para materializar el plan. Se requería de la participación de AD, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, pues el resto de los grupos no son más que mero relleno.
El problema era que los "lechuginos petimetres" se sabían con capacidad para incrementar su representación en la Asamblea Nacional y Manuel Rosales daba por hecho que por lo menos diez parlamentarios tendría su partido en el nuevo parlamento.

En Acción Democrática las cosas eran diferentes y todo indicaba que corría el riesgo de pasar a ser la tercera fuerza de oposición. Esta realidad para un partido que por más de cincuenta años ha sido gobierno o primera fuerza de oposición, representaba su acta de defunción.

Consciente de esta realidad, Ramos Allup saca a relucir su experiencia política y pasa a liderar el boicot contra las elecciones parlamentarias.

Hábilmente se pliega a la estrategia diseñada en el norte y maniobra para que los dueños de medios de comunicación amenacen a los querubines de Primero Justicia con no darles cobertura mediática sino hacen lo propio. De Manuel se encargaría él mismo, pues no se necesitaba mucho para hacer que cambiara una vez más de opinión.

Varios pájaros mató de un solo disparo el líder de AD: Evitó lo que parecía una muerte anunciada para su partido; generó una crisis dentro de los partidos de derecha que amenazaban con relegarlo a un cuarto o quinto puesto dentro del panorama electoral; consiguió amplia cobertura de los medios y se congració con los gringos, lo que representa dinero fresco.


Ojo con Uribe que es más falso que una romana de palo

Quienes piensan que Uribe actuó guiado por principios morales, éticos y democráticos cuando reconoció públicamente que militares colombianos tenían montada una conspiración contra Chávez, no son más que unos inocentes.
Uribe ha estado por siempre vinculado al paramilitarismo colombiano y necesita que los gringos se hagan los locos con su decisión de perdonarles todos sus crímenes y permitirles que disfruten, en la legalidad, de los millonarios recursos obtenidos a la sombra del narcotráfico.

La oportunidad se le presentó la semana pasada cuando el embajador norteamericano William Wood criticó la decisión del gobierno de Bogotá de brindarle beneficios a dichos terroristas.

La vista de Chávez a Santa Marta le permitió a Uribe enviarle un mensaje claro al gobierno norteamericano: "Yo soy su único aliado importante en la región, no me presionen porque me obligarían a acercarme a Chávez, Lula, Kitchner, Evo, etc."
Los gringos aceptaron las cosas del color que son. Uribe es importante para sus planes de detener el avance de los movimientos de izquierda en Latinoamérica y de vez en cuando habrá que aceptarle que saque alguna ventaja.

Uribe por su parte sabe que puede apretar, pero no ahorcar. Su aparente acercamiento a Chávez no tiene otra justificación que la ya mencionada. El puñal sigue en su mano, a la espera de que un exceso de confianza le brinde la oportunidad de enterrarlo hasta la empuñadura.


El triunfo de Evo y la estrategia Yanki

Evo Morales ganó en Bolivia y ganó con comodidad. Se volvieron a equivocar los gringos al asumir que el pueblo boliviano era semejante al norteamericano y que por lo tanto se podía manipular con una "buena" campaña mediática.

Ningún efecto surtió en los indígenas de la Hija Predilecta de Bolívar la campaña que presagiaba el aislamiento del país, el fortalecimiento del narcotráfico, la ruina económica, la invasión norteamericana o la llegada del comunismo. Bolivia tiene sueños de libertad y Evo representa la esperanza. Contra eso no hay yanqui ni campaña mediática que pueda.

Bolivia es un ejemplo más de que América Latina ha cambiado. Años de sufrimiento y exclusión han venido desarrollado en nuestros pueblos conciencia de clase. En el pasado quedaron aquellos días en los que el pueblo era engañado con campañas y canciones para respaldar a quienes lo explotaban y lo segregaban.
México, Nicaragua, Perú y Colombia se expresarán en los próximos meses. Tengan por seguro que seguirán creciendo los sueños.



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Alexis Arellano


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