Hace más de un año, que físicamente Chávez no está entre nosotros. Aunque solemos decir que “todos somos Chávez”, la cosa no es tan simple porque hay faltas que son muy difíciles de suplir, pero no imposible de tener alternativas para tratar de superar esta capacidad del líder Chávez con la cual ya no contamos. Un partido en movimiento es una vía para llenar el vació dejado por la ausencia de Chávez.
Es bueno que nos sintamos y tratemos de ser como Chávez, pero el comandante era único y por esa condición de ser único, había cosas que algunas veces no se veían bien, pero sentir que era una decisión de Chávez, era suficiente para dejar el disentimiento a un lado y hacer todos los esfuerzos posible para que esa decisión fuera lo más afortunada posible.
No está Chávez. Este no está Chávez nos obliga a tener claro que aunque “todos somos Chávez”; el proceso requiere ahora más que nunca de un rebosamiento de los mecanismos a través de los cuales nos “dábamos” un PSUV. Se establecía un tiempo, los camaradas interesados preparaban su curriculum vitae como el que va a optar por un cargo burocrático y remitía sus credenciales a una instancia y allá arriba, una mano -casi peluda- jugaba a este mecanismo: Este es uno, este otro, este que está aquí va y este que me mencionó fulano también va.
Este esquema de crear partido puede evaluarse, pero sin querer emitir juicio de valor sobre los camaradas que han venido ocupando cargos directivos, este procedimiento, independientemente de la condición y fortaleza de estos camaradas que no discuto, no facilitó la conformación de una estructura orgánica entre Dirección y dirigidos. No hubo lazos efectivos para darle sentido en la lucha diaria a una formación de cuadros. Aunque este mecanismo no facilitó ese proceso de formación de cuadros, no deja de ser también una verdad que la funcionalidad existente hasta hoy, permite desde abajo observar cómo viene una carga de camaradas con un importante trabajo de calle que es necesario reconocer ahora y tenerlo como un factor en ese proceso de ir creando las condiciones para hacer del PSUV un partido de movimiento
Es muy importante que este nuevo proceso que se abre con la realización de Congresos del PSUV, pensemos muy seriamente en mirar esta cosa como una especie de “red estratégica de liderazgos” que debe comenzar desde el barrio. Si algo hace falta hoy para afrontar lo que está en marcha, es un auténtico liderazgo que venga de la calle y que conozca de las condiciones de esas calles.
Un salto y muy cualitativo en este proceso de renovación del PSUV ha de detenerse ahí. Primero, es importante tomar en cuenta a estos líderes anónimos que desde el barrio se han ganado un derecho para estar en un partido movimiento. Estos líderes “anónimos” que se vienen ganando un puesto en la lucha de calle, deben formar parte del PSUV Parroquial.
De ese PSUV Parroquial y considerando la opción de una “red estratégica de liderazgo”, deben darse las condiciones para conformar un PSUV Municipal. Nada ha de venir de Caracas. Todo ha de ir surgiendo desde el barrio. Finalmente, los mejores hombres de las parroquias y municipios con cualquier método que se adopte, deben enfrascarse en un debate interno para de ahí disponer de un equipo estadal que será imaginariamente como el borde de esa maya estratégica de liderazgo: Solida, atada al resto de la “red estratégica y uniendo todas las partes.