En el Zulia hay un fiel reflejo de la avanzada delincuencial en descargo de la ineficacia de los cuerpos policiales, que acaba con el más mínimo atisbo de duda de como los ladrones de carros han ganado tanto terreno, que ya no respetan pinta y son capaces de desafiar cualquiera de las instituciones de seguridad y orden público en la región.
No sé si el resto de las personas observan o han observado esta situación que quiero plantear a los amigos lectores. Lo cierto es que una cosa es la policía haciendo el resguardo rutinario de la entidad, y otra cuando se presentan eventos extraordinarios y salen al ruedo la Guardia Nacional y el Ejército.
Con los militares en la calle, el ambiente se observaba tranquilo y el alto índice delictivo bajaba, de acuerdo con la opinión de los jefes policiales consultados en su momento y lo que siempre pude investigar en mis 16 años de labores como reportero de sucesos.
Pero actualmente no ocurre lo mismo. El pasado 4D, cuando se realizaban los comicios parlamentarios, los ladrones se robaron más de 40 carros en el Zulia, a pesar de la presencia de los uniformados de verde.
Ciertamente, la región y el país lució en calma, no se registraron hechos relativamente violentos, pero sí lamentables, porque mucha gente quedó a pie y entre esta, estoy seguro que cayeron padres de familias que se ganan la vida taxiando.
Se sabe que en elecciones y otros eventos de envergadura, la policía es acuartelada y las calles quedan en manos de los militares. Sólo actúan por orden de la FAN.
Obviamente, el Ejército sale con instrucciones precisas y no anda en los barrios buscando delincuentes ni desarticulando bandas organizadas como sí debe hacerlo la policía.
Pero es que anteriormente en el Zulia, con la presencia militar bastaba. Todavía recuerdo a mucha gente decir al ver el Ejército : “Donde ronca tigre, no hay burro con reumatismo”, en perfecta alusión al respeto que infundaban esos uniformados.
Y tengo la certeza que ahora con el proceso bolivariano, se le tiene no sólo más respeto, sino cariño y admiración, sobre eso no hay la menor duda.
Sólo que el Zulia se volvió una entidad anárquica en materia delictiva. No existen políticas coherentes de seguridad, y eso ha hecho que los ladrones pierdan todo el temor y sean capaces de robar más de 40 carros en un día cuando la FAN tenía entre ceja y ceja, garantizar la paz ciudadana a costa de lo que fuera.
En conclusión, era peligroso hacer algún movimiento en falso. De hecho, se tomaron las previsiones y se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en sitios públicos, para prevenir incidentes.
De manera que ya basta de que los jefes policiales sigan maquillando las cifras de robos de carros en la región, para hacer creer a la opinión pública y quizás a altos funcionarios del Gobierno nacional, que en esta comarca hay seguridad.
Pues no. En esta entidad, la vida es una lotería que termina cuando se regresa a la casa con vida, porque en la calle como mínimo te juegas un boleto para tres sorteo : 1: Un arrebatón, 2: Un atraco a mano armada y 3: la muerte. Esto sin poner un premio especial cantado que puede significar un simple : bájense de la mula y hay que entregar todas las pertenencias sin decir pío.
Sabemos que la seguridad de cada estado debe ser prioridad de estas mismas entidades, pero en el Zulia el gobierno no mueve un dedo para enfrentar la delincuencia.
Habrá uno que otro gesto aislado -desconozco si de buena voluntad-pero, en todo caso, no existe una acción seria, responsable, para llegar a la raíz del problema, a los grandes cabecillas de las poderosas organizaciones delictivas, que nos azotan cada día más.
Por eso insisto en mi llamado al presidente Hugo Chávez. Si después de tanto tiempo en el poder, el gobernador Manuel Rosales no ha hecho nada al respecto, me niego a creer que a estas alturas ejecute acciones para frenar esa terrible delincuencia, que, además es violenta y mantiene a esta región permanentemente sumida en un charco de sangre.