El colapso del viaducto de la autopista Caracas-La Guaira va a generar una crisis social cuyas dimensiones sobrepasa ampliamente lo ocurrido con el deslave en Vargas en 1999. Aunque hasta ahora el gobierno parece no darse cuenta de lo ocurrido, muy pronto, lamentablemente, la realidad va a golpear con toda su fuerza.
Son tantas las implicaciones de la crisis del viaducto, que sólo enumeraremos algunas de las que podemos deducir:
Se ha obstruido una vía de comunicación fundamental que enlaza a la capital de Venezuela con su principal puerto marítimo y su principal aeropuerto. El tiempo mínimo que durará la contingencia puede superar ampliamente los 18 meses.
Esto creará dificultades con relación a las mercancías que llegan y salen por el puerto de La Guaira, así como la entrada y salida de pasajeros por el aeropuerto internacional de Maiquetía.
Previsible desabastecimiento de algunos rubros tanto en Caracas como en La Guaira, así como encarecimiento de precios de dichos productos. Dificultades a nivel industrial, por el desabastecimiento de materias primas y componentes de productos que son exportados.
Descenso de la actividad cotidiana tanto en el puerto como el aeropuerto. Esto implicará despidos entre los trabajadores de esas instituciones y de toda la actividad económica correlacionada.
Descenso de la actividad turística de fin de semana en el Estado Vargas, por las dificultades para el traslado desde Caracas. Implica desempleo y pobreza en Vargas durante el lapso de contingencia.
Dificultades para la continuidad del funcionamiento del aeropuerto internacional, por las limitaciones para trasladar hasta y desde Caracas a los pasajeros y alojar (hoteles en Vargas) a los tripulantes de vuelos nacionales e internacionales. Puede haber una crisis en este sector.
Dificultades para la población que vive en Vargas y trabaja en Caracas, y viceversa. Traerá incluso conflictos familiares, debido a que muchos trabajadores tendrán que buscar alojamiento en Caracas, y viajar de regreso a sus casas sólo los fines de semana. Puede que algunas personas pierdan sus empleos, ante la imposibilidad de garantizar la llegada a tiempo a sus respectivos trabajos.
Desde el punto de vista de la seguridad de estado, se genera una situación delicada por la imposibilidad de trasladar rápidamente contingentes militares entre Caracas y La Guaira (tanques, comboyes, etc).
El largo período de tiempo que durará esta contingencia hace prever que las consecuencias de la misma sean más graves incluso de lo aquí expresado.
Es cierto que, con el colapso del viaducto, hemos retrocedido 50 años. Es más, Caracas está en una situación comprometida en cuanto a las vías que la comunican con el resto del país, por las debilidades existentes en las vías hacia oriente y hacia occidente. Nuevos desastres naturales pudieran retrotraernos a la época de Gómez, en cuanto a vías de comunicación se refiere.
RECOMENDACIONES:
· Execrar de la administración pública a los negligentes e irresponsables que dejaron pasar 7 años sin hacer nada, metiéndole remiendos al viaducto y cobas al gobierno en cuanto a las posibilidades de que el puente (y el cerro) tenía aún capacidad de resistencia. Ciertamente ese problema tiene más de 20 años diagnosticado, y a la cuarta república le corresponde un porcentaje de la responsabilidad. Esa parte ya se la ha cobrado el pueblo venezolano a los respectivos representantes de la cuarta. Pero a la quinta república le toca de responsabilidad los últimos 7 años, y obviamente hay que cobrar ese error garrafal. En términos concretos, todos los ministros, viceministros y directores principales del Minfra y del antiguo MTC son corresponsables de esta catástrofe social.
· Enviar inmediatamente a los mejores ingenieros y especialistas para que garanticen por todos los medios el funcionamiento del viaducto de La Cabrera, en la autopista regional del centro, el cual también tiene graves fallas que pudieran dificultar el tránsito entre Caracas y Valencia. Si llegase también a colapsar esa vía, Caracas quedaría sin vías de comunicación principales con la mayor parte del país. No pensemos siquiera en las consecuencias de eso. Por favor, no envíen a los que estaban encargados de diagnosticar al viaducto 1.
· Contratar a quien sea necesario contratar para que se construya en tiempo récord una autopista alterna, por lo menos en el tramo colapsado. Desde los años 70 estoy escuchando de proyectos alternativos, como el de un túnel por El Avila a la altura de Altamira, de los cuales mucho se ha dicho últimamente.
· Afrontar con guáramo, sin evadir responsabilidades, lo que se viene encima.
EL COLAPSO DEL VIADUCTO DEBE SERVIR PARA PROFUNDIZAR LA REVOLUCIÓN EN LA REVOLUCIÓN
Maracaibo, Enero de 2006.
CTR “Ezequiel Zamora”. M13-PNA
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