El historiador venezolano Agustín Blanco Muñoz viene afirmando repetidamente la misma explicación que los golpistas le han dado a los hechos violentos del 11 de abril. Específicamente, Blanco considera que la masacre del 11-A fue planificada y ejecutada por el gobierno de Chávez, aunque no realiza ningún tipo de análisis a profundidad sobre el desarrollo particular de los acontecimientos, y por tanto esa afirmación suya termina siendo por lo menos irresponsable y aventurera.
Hay un viejo refrán jurídico que indica que al culpable de un crimen hay que buscarlo entre quienes salen favorecidos con el mismo. La masacre del 11-A no favorecía desde ningún punto de vista al gobierno. Había múltiples formas relativamente pacíficas de detener la marcha y evitar que la misma cumpliera su objetivo de tomar por asalto al palacio de Miraflores. En concreto, el uso de los dispositivos para el enfrentamiento de disturbios callejeros era más que suficiente para disolver dicha manifestación.
Hoy se sabe que la acción de los golpistas impidió que la marcha fuera detenida en su largo recorrido de varios kilómetros entre Chuao y el centro de Caracas, y que la Guardia Nacional sólo pudo actuar cuando los manifestantes prácticamente estaban a una cuadra del palacio de gobierno.
Los francotiradores que actuaron desde edificios cercanos a Miraflores, responsables evidentes de los 17 o más muertos de ese día (casi todos con disparos fulminantes en la cabeza), fueron colocados allí como parte del plan conspirativo de los golpistas. El objetivo principal de los francotiradores era abrirle paso a la manifestación opositora. Pensaban los golpistas que matando a algunas de las personas que rodeaban Miraflores con el fin de defender al gobierno, se lograría dispersar a la gran concentración que allí había. El papel jugado por la Policía Metropolitana tenía el mismo rol, tal como ha quedado totalmente demostrado con los videos que muestran a la ballena de la PM subiendo por la avenida Baralt hacia Puente Llaguno, llevando a un policía encima de la torreta disparando hacia el puente con un fusil de asalto M-16. Pero como no lograron ese objetivo, parece que los francotiradores recibieron una segunda orden de disparar tanto a los chavistas de Miraflores como contra los manifestantes de oposición, con el fin de crear confusión y acusar al gobierno por los muertos.
Recientemente se han dado a conocer algunos de los nombres de los francotiradores que detuvo el gobierno de Chávez antes de ser derrocado, los cuales fueron liberados en el breve período de Carmona. Esta es una noticia referida a ello: "Caracas, 6 de Jul, Venpres.- Siete presuntos francotiradores capturados en una habitación del Hotel Ausonia, contiguo al Palacio Blanco, la tarde del 11 de Abril, por efectivos de la Casa Militar y de la Disip, y quienes, según expertos policiales adelantan las averiguaciones, tenían la misión de asesinar al Presidente de la República, fueron puestos en libertad, sin restricciones, por una juez temporal, al día siguiente de consumado el golpe de Estado.
La información, revelada a Venpres por una fuente cercana a las investigaciones, señala que a estos hombres, capturados en la habitación 809, piso 8 del mencionado hotel, se les incautó documentación falsa, armas cortas, envases con restos de un poderoso explosivo, tres celulares y otros objetos. En la azotea de ese mismo edificio, los funcionarios recolectaron cartuchos calibres 7,62, utilizado por fusil, y 9 milímetros.
La detención de esas personas se produjo la tarde del 11 de Abril, por efectivos de la Casa Militar y funcionarios de la Disip adscritos al servicio de escolta de Miraflores, y se les atribuyen, por lo menos las muertes de dos ciudadanos: Nelson Eliécer Zambrano Echeverría, de 26 años, muerto en el estacionamiento del Palacio Blanco y de Luis Alberto Caro, de 57 quien murió en la calle, a escasos metros del Palacio de Miraflores. Ambos presentaron herida de bala con trayectoria descendente, el primero de los mencionados en el cuello y el segundo en la cabeza.
Los detenidos fueron identificados como: Jesús Arturo Meneses Quintero (19), venezolano, CI: 14.783.743; Nelson Enrique Rosales, venezolano (30), CI: 17.126.818; Jorge Meneses Quintero (18), venezolano, CI: 17.126.818; Roberto Francisco Mcknight, venezolano (30), CI: 10.480.186; Franklin Manuel Rodríguez, venezolano (30), CI: 15.197.364; Jhon Carlos Muñoz Garzón, colombiano (28), Pasaporte N°: AG324882, y un individuo que presentó una cédula a nombre de Roger Lugo Miquelena, N° 10.612.977, que luego se determinó que no le correspondía.
La fuente indicó a esta agencia, que estos hombres, luego de ser apresados, fueron entregados al Cicpp y por instancia de los fiscales del Ministerio Público 74 y 2, Raquel Gásperi Arellano y Alí Marquina, les fueron practicadas experticias balísticas, químicas y hematológicas, determinándose que por lo menos 4 ellos resultaron positivos a la prueba de deflagración de la pólvora.
La profundización de las investigaciones e interrogatorios a los detenidos no fue posible, porque el tribunal 14 de Control de Primera Instancia del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, a cargo de la Juez Accidental, Norma Ceiba Torres, los puso en libertad sin restricciones, a las pocas horas de haber sido detenidos.
Los investigadores que analizan los escenarios planimétricos determinaron, que desde la azotea del Hotel Ausonia no era posible disparar hacia Puente Llaguno, pero que resaltan como únicos objetivos claros el Balcón del Pueblo y la tarima ubicada frente al Palacio de Miraflores, el día del golpe del Estado, área donde se hallaban ese día miles de manifestantes afectos al Gobierno y donde era factible la presencia del primer mandatario nacional".
Esta noticia deja de mencionar que en el Hotel Edén, de la avenida Baralt, fueron detenidos también tres o más francotiradores, igualmente liberados al día siguiente como los otros. Y que otros testigos, entre ellos el jefe de seguridad de palacio, afirman que un francotirador detenido fue asesinado por los manifestantes que defendían Miraflores, y que otro fue mal herido, aunque ahora no aparezca el cadáver ni el lesionado. Es necesario dejar claro que la mayoría de los 17 muertos fueron del bando chavista. Que los pistoleros que aparecen disparando desde puente Llaguno, en las famosas tomas que los canales privados de TV difundieron a todo el mundo, no pueden ser los responsable de muertos que cayeron a casi cuatro cuadras de distancia, por la sencilla razón que las armas que usaron no superan los cien metros de recorrido balístico. Tampoco son responsables de los muertos que cayeron alrededor de Miraflores, que estaban en su propio bando. Esos pistoleros lo que estaban era defendiéndose del ataque inclemente que la policía metropolitana y los francotiradores del Hotel Edén estaban realizando contra ellos. Es totalmente falso que bajo el puente Llaguno estuviera pasando la manifestación opositora; la misma nunca llegó a cuatro cuadras de ese sitio. Los videos pasados por el canal oficial revelan claramente que bajo el puente no habían manifestantes, sino la ballena de la PM y una gran cantidad de policías que con armas de largo alcance (fusiles M-16 y subametralladoras HK) disparaban en forma inclemente contra los defensores del palacio de gobierno.
Esta información yo la tenía el mismo día 11 de abril en horas de la tarde y comienzo de la noche, pues logré mantener contacto telefónico directo con varios amigos que estaban en los alrededores de Miraflores. Luego de recibir esas informaciones es que decidí enviar el mensaje a HaD que dió inicio a todo este debate.
Ignoro porqué Blanco Muñoz, que hasta ahora había desarrollado una interesante carrera académica como investigador de las luchas sociales en períodos contemporáneos, ha terminado ahora afirmando cuestiones que evidentemente no tienen ningún sustento serio. Esto de los francotiradores es algo particularmente grave. Ya es conocido que el plan de los golpistas incluía el uso de grupos paramilitares con apoyo de armas traídas del extranjero, y asesorados por agencias de inteligencia de Israel y Estados Unidos. La Comandancia General de la Armada, en Caracas, fue tomada el 11 de abril en la noche por el contralmirante Molina Tamayo (hoy asilado en El Salvador) en compañía de varias decenas de paramilitares que iban armados como rambo. Uno de esos paramilitares fue detenido en la noche del 12 por los mismos oficiales de la comandancia, y le quitaron un fusil bastante sofisticado del cual no se conocía su existencia en Venezuela (esta información me la dió personalmente un militar destacado en esa comandancia). Este tipo de paramilitares aparecen en varios videos dentro de fuerte Tiuna el día del golpe, y uno de ellos aparece en una famosa foto detrás de Pedro Carmona, con un fusil que también parece un arma de ciencia ficción.
En Londres y en Miami, voceros vinculados a organismos de inteligencia han confirmado, en informaciones aparecidas en The Guardian y otros periódicos, que dos agregados militares de la embajada de los Estados Unidos en Caracas estuvieron asesorando desde Fuerte Tiuna la acción de los golpistas. Y el gran arsenal encontrado en la casa de Isaac Pérez Recao confirma que el Mosad también estaba detrás del golpe.
Creo que la verdad de los hechos del 11 de abril es más grande que el Everest. No hay confusión posible, a menos que se pretenda justificar al golpe de estado y repetir las mismas ideas que formulan los agentes gringos en Venezuela.
El golpe estaba tan planificado que uno de los oradores de Chuao (Froilán Barrios-CTV), al solicitar que la marcha se desviara hacia Miraflores, recitó la disolución de todos los poderes públicos, uno tras otro, de la misma forma en que Pedro Carmona lo ejecutaría 24 horas después, cuando usurpaba el cargo de presidente (esto lo hemos visto todos en los videos transmitidos por el canal del estado).
Otro detalle, ninguno de los dirigentes de la marcha se metió por la avenida Baralt, lugar donde estaba planificada la masacre. Incluso, algunos como Carlos Ortega (CTV) se salieron de la marcha más de un kilómetro antes de que ésta llegase a su destino.
Bueno, creo que con esto contribuyo a clarificar los hechos específicos del 11 de abril, sobre todo porque para los historiadores de otros países deben existir considerables lagunas en la información recibida.
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Roberto López Sánchez. Historiador.
Departamento de Ciencias Humanas.
Facultad Experimental de Ciencias.
Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.
Correo: cruzcarrillo2001@yahoo.com
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