Diario de Bucaramanga, mayo 1828:
Día 6.—Habló el Libertador esta mañana de la miseria de Venezuela, diciendo que había recibido cartas en que le detallan nuevamente el estado de pobreza y desesperación en que se halla el país; la urgencia que hay de remediarlo y hacer que las autoridades superiores locales no estén tan indiferentes a la suerte del pueblo y hagan algo a favor de la agricultura y del comercio. “Los que me escriben, dijo S.E. no exageran la situación de Venezuela, dicen la verdad; pero se equivocan creyendo que yo con una orden o un decreto puedo remediar aquellos males. Lo que se necesita son medidas legislativas, un sistema de hacienda que no tengo yo facultad de dar; la Convención, que tiene ese poder, no lo dará tampoco, porque no quiere orden sino desorden; no quiere la prosperidad de la Nación sino su ruina y desorganización. Sin embargo, haré que se despachen órdenes para que se reúna una Junta de los principales interesados que investiguen las causas del mal y proponga el remedio”.
Día 4.—Como el Libertador había hablado del general francés Serviez, le pregunté qué era lo que había de cierto de su muerte. “De cierto, respondió S.E., su asesinato en los llanos, pero nada de su autor: las sospechas del ejército y aún la convicción de muchos generales, jefes y oficiales cayeron sobre el General Páez. La rivalidad de éste para con Serviez era grande y su enemistad también; sus méritos le ofuscaban y codiciaba su dinero: esto se ha dicho. Unos jefes penetraron la intención del General Páez o quizás hicieron más que penetrarla, la supieron, y avisaron a Serviez que no se pusiera en camino. Este, confiado en que entre sus compañeros de armas no podía haber asesinos, se puso en marcha y cayó bajo las lanzas en que confiaba. Páez estaba entonces sin dinero y pocos días después del asesinato y muerte de Serviez le vieron muchas onzas de oro en el juego. Es tan horrendo y tan atroz el crimen que mi espíritu rechaza las vehementes sospechas que existen todavía sobre el General Páez, y desgraciadamente su moralidad, su desinterés, su humanidad, sus acciones y su vida no concurren a defenderlo, sino que dan más fuerza a la acusación y a todas las que puedan dirigirse contra su persona”.
Día 5.—“En el año de 1817, Paéz aparece ya como jefe de escuadrón y fue entonces que ambicioso de aumentar su autoridad y sus fuerzas, hizo hacer una revolución en las tropas que mandaba el inexperto general Santander, tropas que habían venido con él de la Nueva Granada y de la provincia de Casanare, y se hallaban situadas cerca de Guasdualito. Santander fue destituido y Páez tomó el mando de su división, aunque el Coronel Rangel fuera el jefe que había hecho dicha revolución. Desde entonces Páez se erigió en Kan absoluto de los llaneros, y si con ellos hizo después grandes proezas, con ellos también hizo muchas crueldades. El que le hacía sombra, de quien temía el influjo o el saber, pagaba con su vida los celos que había excitado; el desgraciado, confiado y valiente general Servier, fue en aquellos tiempos una de las muchas víctimas del Tártaro, del ambicioso e interesado Páez. Con algunos talentos naturales. Pero sin educación ni ilustración ninguna, Páez ha quedado siempre, a pesar de su elevación política, un hombre grosero, mezquino y sobre todo sin pudor. Debe ser tanto más odioso cuanto que su talento natural, su recto juicio, su agudez llanera, su profunda astucia, su arte en las supercherías y su descaro inalterable, sólo han sido empleados en provecho de sus intereses personales y a la ruina de Colombia. Sin principios políticos ningunos, es naturalmente inclinado al servilismo, es déspota por carácter y por costumbres, y sus vicios sólo lo hacen popular: con los patricios no se halla bien. A pesar de su despotismo se unió con los Demagogos, y no siendo él liberal se declaró sin rubor el jefe de aquel partido, que no quería, a quien había hecho siempre la guerra, y del cual estaba odiado”.
Mi Comandante, la Patria está acéfala, sin rumbo a la deriva, los páez todo lo llevan, todo lo roban. Lo de ayer no tiene discusión, era la guerra contra el Imperio Español.
¿Cuándo no es Pascua en Diciembre?
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!