Hay algunos Camaradas que buscan en los teóricos del Marxismo Leninismo la clave teórica para buscarle cause a nuestra revolución Bolivariana. En este sentido, proponen medidas radicales como: Estatizar la banca y el comercio exterior, eliminar la coexistencia de modelos económicos y acudir al internacionalismo proletario para resolver los problemas de escasez que amenazan a nuestra revolución. A mi juicio, esta medicina es peor que la enfermedad y puede matar al enfermo de totalitarismo. El reto, a mi juicio, es desarrollar soluciones utilizando las fuentes naturales del Chavismo, con creatividad, atreviéndose, como decía el Maestro Simón Rodríguez, a ¨Inventamos o erramos¨. Chávez siempre insistía que nuestro Socialismo no podía ser ¨Ni calco ni copia¨ de otras experiencias revolucionarias y nos retaba, inspirado en Mariátegui, a la ¨creación heroica¨. Ese es nuestro rumbo. Buscar en Chávez salidas para avanzar en nuestra revolución Bolivariana.
Hay Camaradas de mentalidad Stalinista que proponen, para salir de la escasez alimentaria, la colectivización de las unidades de producción rurales, ignorando la sangre que costó imponer esta medida en la Unión Soviética. Nuestra realidad socio- histórica es diferente y el reto es como producir y salir de la crisis alimentaria por la vía pacífica y democrática que Chávez escogió para nuestra revolución. Por tanto, profundizar la Revolución Bolivariana es profundizar la Democracia Participativa y Protagónica y no marginar al poder popular y a los trabajadores de las soluciones.
Históricamente, desde 1998 hasta el presente, el pueblo venezolano ha dictaminado en 18 oportunidades, con sus resultados electorales, que cerca del 60% de la población acepta el socialismo como su modo de vida. Esta es la fuente de su legitimidad y derecho a imponer su hegemonía.
Su bloque de poder, no solo son los trabajadores, son las Pymes y muchos sectores medios: Profesores y maestros, artistas y cultores, deportistas y estudiantes, amas de casa y en fin una masa popular que no puede manejarse solo con las tesis del control obrero. El problema es más complejo, de mayor monta.
Digamos, en general, que tenemos un bloque de poder hegemónico que decidió con su voto vivir en libertad, en paz y en Democracia Participativa y protagónica y está conformado en la base por sindicatos, movimientos sociales y comunas. Así se organiza nuestro mapa social. Estos son los actores de los cuales depende el avance hacia el socialismo. De su organización, de su firmeza ideológica, de su fuerza, de su unidad depende un futuro de inclusión social creciente. No se trata, por ejemplo, de expropiar fincas para después abandonarlas, pero tampoco ver enseñorear el latifundio improductivo, mientras que la masa campesina no tiene donde sembrar sus sueños. Como dice el dicho ni calvo, ni con dos pelucas.
Si tomamos en cuenta, las disposiciones del Art. 299 de la CRBV, aprobada por referendo popular, sobre el Régimen socioeconómico y de la función del Estado en la economía, en donde se establece que el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional, no hay duda que la coexistencia de modelos existe, no solo en la constitución, sino en la cruda realidad económica. Solo el oligopolio de la Polar produce la mayor parte de los alimentos que consumimos, es hora de discutir la pertinencia de este desequilibrio productivo. El modo de producción socialista debe imponerse gradualmente de acuerdo con la voluntad popular, de forma pacífica y democrática. Siempre teniendo presente que este País es de todos. Que aquí todos cabemos. En 1921, en pleno fervor Bolchevique, Lenin aplicó una nueva política económica (NEP) que restauró la propiedad privada en sectores agrícolas por qué era lo que le convenía a la Unión Soviética, en ese momento. En China y en Vietnam hay coexistencia de modelos. No sigamos argumentando que esta coexistencia es negar el socialismo.
Un pacto social, inspirado en la voluntad popular, puede avanzar en base a los resultados electorales y el Bloque de poder popular puede, en base a la CRBV planificar y regular la economía, controlar una parte suficiente de la economía agroalimentaria para romper la especulación y el acaparamiento de los sectores que se aferran al sabotaje para debilitar la revolución, controlar el 60% de la Banca para evitar la especulación financiera, negociar con la iniciativa privada, que produce de verdad, no con las cúpulas políticas, ni con FEDECAMARAS, un sistema cambiario con presupuesto y seguimiento, unificado, de libre convertibilidad, de bandas flotantes, calculado sobre el valor real del bolívar frente al dólar, de beneficio mutuo, transparente, de equilibrio, antiinflacionario que garantice un rápido y pleno abastecimiento de bienes y servicios para la población. Esto es, apretar en lo social y ceder en lo económico. Gobernar la coexistencia de ambos modelos. Asimismo, revisar la pertinencia de ajustes graduales, en el precio de la gasolina y la electricidad. Mantener los subsidios a los alimentos y medicinas.
Creo que ha habido algunos avances en la política cambiaria, los raspacupos, las remesas fraudulentas, las importaciones falsas, los negociados en el otorgamiento de divisas han cesado y se avanza a un sistema sano y eficiente, pero hay que resolver los problemas monetarios y fiscales de fondo.
Es urgente un redimensionamiento del aparato estatal, transferir a las unidades productivas sociales y públicas la burocracia innecesaria y en un programa de ajustes del gasto público superfluo, que el gobierno de ejemplo de austeridad. Es la forma de rescatar la autoridad moral perdida. La revolución cubana ha resistido muchos vendavales, peores que los nuestros, porqué sus líderes dan el ejemplo y mantienen en alto la moral popular.
Creo en la vuelta al diálogo político y económico y que puedan encontrarse fórmulas de convivencia pacífica y democrática. Sin que un sector pueda aplastar al otro. Sin condicionamientos. Sin cartas escondidas. Todo dentro del marco constitucional y respetando la regla de oro de la democracia¨¨Gobierno de las mayorías¨. Si Colombia ha encontrado fórmulas para acabar con 50 años de guerra fratricida, por la vía del diálogo, porqué nosotros no podemos hacerlo.
¡CHAVEZ VIVE!