El nuevo Presidente del PSUV debe ser el Camarada que genere la mayor confianza al partido y al pueblo, por su amor a la verdad, por su lucha por la unidad, por su transparencia, por su sencillez, por su firmeza ideológica, por su apego a los principios, por su respeto al trabajo en equipo, a la dirección colectiva. Por su generosidad, por su desprendimiento, por su amor a los más débiles.
Por su preparación, por su amor al estudio y al trabajo, por su conocimiento del País y su gente. Por su dominio y claridad del tema internacional y ambiental, por su solidaridad con los pueblos oprimidos. Por su ascendencia sobre el pueblo en armas y el pueblo a pie que convirtió en uno solo.
Sólo Hugo Chávez calzaba esos puntos. Por eso me parece una irreverencia a su legado que sea sustituido de su cargo de Presidente del PSUV: Su obra. Después de él podrán elegirse otras autoridades de menor rango, pero con la instrucción eterna de la UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA y de gobernar obedeciendo al pueblo, en debate permanente por ser mejores servidores a su legado.
En estos momentos difíciles para el País, para la Revolución Bolivariana, de confusión, de temor por el futuro, de indecisión frente a la corrupción, de falta de claridad ideológica, de temor a democratizar las decisiones, la mejor opción es Chávez, siempre Chávez, por ahora y para siempre.