Las políticas económicas aplicadas en Venezuela para el período 1959-1998 fueron producto de las corrientes estructuralistas y neoliberales, la aplicación de tales políticas condujo al país a una crisis estructural donde la mayoría de la población se encontraba no solo en niveles de pobreza extrema sino también excluida del aparato productivo y los beneficios sociales que éste debería generar.
A partir del año 1999, luego de la toma de poder del Comandante Eterno Hugo Chávez se comenzaron a sentar las bases de un modelo, conducido por Jorge Giordani, que permitió la construcción de una economía de carácter humanista, autogestionaria y competitiva, en medio de una economía mundial hostil. Se sientan las bases para la construcción de un modelo de desarrollo donde prevalecen tanto la inclusión social como la participación ciudadana, todo ello enmarcado en la formulación e instrumentación de políticas dirigidas al mejoramiento de los indicadores económicos, pero también a elevar los niveles de bienestar humano de los ciudadanos, un modelo de sociedad fundamentado en la profundización democrática, la soberanía nacional y en el reconocimiento de las necesidades populares; por lo cual se asentaron las bases para una política que apuntó hacia una alternativa creíble y viable ante el neoliberalismo y ante el capitalismo naturalmente subdesarrollado y salvaje.
El proceso de cambio y el propio discurso de Chávez, fue evolucionando y radicalizándose hasta desembocar en la declaración pública, durante la campaña para las elecciones de 2006, en la que se planteó la necesidad de crear el Socialismo del Siglo XXI, bajo un ambiente democrático, participativo y protagónico consagrado en la Constitución Bolivariana de 1999, rompiendo así con los viejos esquemas. Es así como el Gobierno Bolivariano asumió la necesaria transición política, económica y social. Su acción estratégica trascendió el simple activismo político, definió claramente las prioridades que servían de base para la elaboración y aplicación de nuevas políticas públicas y se establecieron múltiples acciones y responsabilidades encaminadas a un tipo de desarrollo en la que todos los ciudadanos y sus instituciones se convierten en actores de su propio destino.
Sobre esa base se conformaron las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, “proyecto enmarcado al crecimiento general del país, donde se reivindica la planificación y el desarrollo como política de Estado para materializar la meta de construir una sociedad mas justa” (Giordani, 2004).
El cumplimiento de estos objetivos aseguraba, entre otras cosas, el reconocimiento y la ejecución de la deuda social acumulada, sentando las bases del desarrollo y modernización de la República Bolivariana de Venezuela (RBV). Todo ello llevaba implícito una profunda convicción democrática participativa y protagónica, que ratificaba la firme intención de construir una República que lleve a un verdadero Proyecto Nacional. Para operativizar este proyecto se establecieron cinco polos de equilibrios, fundamentados en la participación protagónica de todo el pueblo venezolano sin discriminación alguna, enfocados en las áreas económica, social, política, territorial e internacional.
Con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, se sentaron las bases del sistema nacional de planificación pública del Estado Bolivariano para diseñar e implantar el nuevo Sistema Nacional de Planificación. De la misma manera, la Asamblea Nacional aprobó la Ley Orgánica de Planificación (LOP) (2001) para regular el proceso de planificación y el proceso técnico gubernamental, como mecanismos de inclusión popular, organizando así las bases del desarrollo que se plantea la nación, en el que los distintos niveles de poder tienen un rol de importancia.
Así pues, planificar se instituye como la manera de transformar y construir nuevas realidades a partir de los intereses actuales y futuros de la sociedad; de asignar recursos en función del desarrollo de la nación y el mejoramiento del bienestar de la gran mayoría del pueblo; “es tecnología permanente, ininterrumpida y reiterada del Estado y la sociedad; destinada a lograr cambios estructurales de conformidad con la Constitución Nacional” (LOP, 2001: Art. 2). La planificación es un mandato constitucional, en el cual se establece que “…el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional… mediante una planificación estratégica, democrática, participativa y de consulta abierta” (CRBV, 1999: Art. 229). La planificación se convierte en todo un sistema de planes que conforman el gran plan nacional, que busca desarrollar cada unos de los niveles territoriales con los cuales cuenta la República. Entre estos planes se encuentran: el Plan de la Patria, el Plan Nacional de Desarrollo, el Plan Operativo Anual Nacional, el Plan Nacional de Desarrollo Regional, el Plan Nacional de Desarrollo Institucional, los Planes Operativos, el Plan Estadal de Desarrollo, el Plan Municipal de Desarrollo.
La instrumentación de estas políticas comenzó a favorecer la restructuración de la esfera económica y social del país para el periodo 2003-2012. Venezuela inicia entonces una nueva etapa de su historia a través de una notoria mejoría en los indicadores no solo económicos, si no también sociales.
Durante esa década la República Bolivariana de Venezuela logró disminuir la pobreza del 54% al 27.4%, a pesar del golpe de estado y del sabotaje petrolero, todo gracias a un crecimiento económico sostenido y apuntalado por extensos programas sociales que superaron con creces las metas del milenio, claramente exitosos y avalados por la ONU, la CEPAL y otros organismos nacidos y criados dentro el mismísimo capitalismo mundial, así que nadie podrá creer que son cifras inventadas por Nuestra Revolución Bolivariana y Socialista de entonces. Fue sin duda un milagro inédito, jamás logrado por país alguno y mucho menos por los países capitalistas, donde las riquezas generadas por el crecimiento económico son usadas para agrandar aun mas SU Eterna Gran Brecha entre ricos y pobres.
El constante incremento de los ingresos petroleros y su mejor distribución, el fortalecimiento de la actividad agrícola, el crecimiento sostenido del Producto Interno Bruto (PIB) (en este aspecto es importante recalcar que para los años 2002 y 2003 los índices de variación del PIB son negativos producto del sabotaje petrolero por el cual tuvo que atravesar el país), el aumento sostenido de los salarios mínimos, así como la consolidación de salarios rurales y urbanos en una misma categoría, la eficiencia en la recaudación de los impuestos de fuente no petrolera por parte de la administración tributaria nacional, la baja de los índices de inflación, entre otros, son solo algunos resultados positivos del cambio de sociedad impulsado por Chávez.
La hazaña anteriormente descrita fue lograda con políticas económicas conducidas por el Gran Maestro, Profesor Jorge Giordani, con el apoyo del Gigante, del Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez, me honra decirlo y declararlo públicamente, a pesar de la "fingida ignorancia" de propios y extraños.
Con el inicio de un nuevo período de gobierno para el lapso 2013-2019 comandado por Hugo Chávez, quien fue ratificado en su cargo de mandatario nacional en el mes de octubre de 2012, se presentaron las nuevas Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, contentivo de siete líneas fundamentales, “que definen de manera explicita un conjunto de objetivos, estrategias, políticas, programas y preceptos que permitian enrumbar el país hacia la trayectoria del Socialismo del Siglo XXI”. Las líneas contentivas en el plan de desarrollo de la era bolivariana son: la nueva ética socialista, la suprema felicidad social, la democracia protagónica y revolucionaria, el modelo productivo socialista, la nueva geopolítica nacional, la nueva geopolítica internacional y Venezuela, potencia energética mundial.
Finalmente, y lamentablemente, esta historia se vió truncada por el viaje final del Comandante Eterno. Su muerte ha venido consolidando el mal llamado Chavismo sin Chávez. un grupete de oportunistas quienes han pretendido utilizar impunemente el Legado del Gigante para alimentar sus intereses particulares, pero sin rumbo conocido ni planificación.
Desde finales e 2012, los indicadores económicos antes mencionados, como la inflación, la tasa cambiaria y hasta los índices de pobreza se vinieron abajo, aunque con desparpajo y sin verguenza tratan de responsabilizar de estos hechos al principal mentor del exito de las políticas económicas desde 2003 hasta 2012, al Gran Maestro Jorge Giordani, y por lo tanto al mismísmo Chávez, quienes adelantaron un proyecto socio-político cuyo objetivo ha sido el logro de un modelo de economía humanista, competitiva y autogestionaria el cual guardaba relación con el mejoramiento del nivel de vida de la población expresado en un aumento del ingreso real de las familias. Una esfera competitiva que hacía referencia a la capacidad de ganar participación tanto en el mercado internacional como en el mercado interno y a la diversificación de la economía.
Todo estos logros económicos han estado siendo tirados por la borda a partir de la debacle producida por la lamentable muerte del Comandante en marzo de 2012. Mientras tanto, el Presidente Maduro solo atina a escuchar a los oportunistas de hoy y a no escuchar a quienes durante toda una década lograron el milagro económico liderado por el Comandante Eterno, pero tampoco se avizora un cambio de rumbo ni la implementación las medidas prometidas para la primera quincena de julio de 2014.
Referencia: Giordani, J., (2004) Hacia una Venezuela productiva. Caracas, Venezuela. Ministerio de Planificación y Desarrollo.
Independencia y patria Socialista... Venceremos!