Con el ascenso a la Presidencia de la República, por decisión del pueblo, de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, el 2 de febrero de 1999, se inició un ciclo histórico que nos ubica frente al reto de la autodeterminación de un pueblo decidido a construir una nueva patria. Dotado de una suprema convicción, nuestro Comandante Eterno, hace 15 años, asumió el Poder Constituyente que originó la V República que sustituyó los oprobiosos años de la IV República que estaba instalada en el país.
Nuestro Comandante Eterno en su condición de Presidente ya juramentado, dio su memorable discurso en el que sus primeras palabras enmarcaron la diferencia entre la IV República y V la República:
“Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando convoca a la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta. Por mil pueblos, por mil caminos, durante miles de días recorriendo el país durante estos últimos casi cinco años, yo repetí delante de muchísimos venezolanos esta frase pronunciada por nuestro Padre infinito, El Libertador”
Así, nuestro Comandante Eterno transita su ciclo histórico vital consumándose en el pueblo-patria viva expresión de su memorable, extrema y última alocución a nuestro pueblo, el 8 de diciembre del 2012 cuando reafirmó con vehemencia “Ahora tenemos patria... que nadie se equivoque, tenemos patria...” palabras de quien con sus virtudes pedagógicas y su pensamiento dilatado de libertad y justicia nos delineó el sendero a seguir. Ahora bien,
¿QUE CORRESPONDE A LOS DELEGADOS, QUE NOS CORRESPONDE A NOSOTROS COMO SUS MILITANTES FRENTE AL DESAFÍO DE EXPANDIR, PROFUNDIZAR Y CONSOLIDAR LA REVOLCUION BOLIVARIANA DE CARA AL TERCER CONGRESO DEL PSUV?
La premisa fundamental sobre la que se asienta la razón y a lo que estamos obligados cada uno, cada una, todas y todos quienes militamos en el PSUV, es mantener una vanguardia de lucha para dar continuidad a la gesta emancipadora de nuestros Libertadores y Libertadoras para alcanzar la verdadera libertad, la soberanía, la independencia y la justicia social que definitivamente, conlleven al buen vivir de nuestros pueblos.
En nuestra revolucionaria CRBV quedó plasmada la elevada misión de edificar nuestra patria desarrollando un Estado Democrático y Social de Justicia y de Derecho con base a valores humanistas superiores. Ésta Misión solo es posible concretarla si la encausamos a través de un sistema socialista. Son razones supremas que demandan una vanguardia emancipadora y el PSUV debe asumirla para sembrarla desde la guía y ejemplo de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, en la conciencia de toda la dirigencia, de toda la militancia de la organización y más allá, en el pueblo ejerciendo su soberanía como Poder Popular.
El PSUV tomando reflexiones de Enrique Dussel, como organización política revolucionaria, progresista, crítica pero liberadora, debe ser como el “árbol maya”, que hunde sus raíces en la “terra máter” (el Pueblo), eleva su tronco sobre la superficie terrestre (la sociedad civil) y despliega su follaje y frutos en el cielo (en la sociedad política, el Estado en sentido restringido). Cada militante de nuestra organización debe estar en capacidad de interpretar a nuestro pueblo y constituirse en el instrumento para la expresión de ese Poder Popular que nutre la razón de ser, de existir del partido.
El partido debe reforzar su naturaleza de organización revolucionaria, crítica y liberadora convirtiéndose en el escenario donde se discute, donde se produce la teoría política de la organización, donde se bosquejan las utopías, donde se formulan los proyectos concretos, donde se formulan las estrategias para alcanzar los fines propuestos y los demás niveles de la praxis revolucionaria, de la praxis de la liberación.
La dinámica en nuestra organización debe ser capaz de formar opinión decantada desde sus bases y desde los fundamentos que genera la realidad de nuestros pueblos, una opinión discutida, un modelo, un sistema concreto teniendo en cuenta el desarrollo histórico del presente político, de la situación geopolítica por la que transitamos en nuestra patria y a nivel mundial.
Las organizaciones políticas, como nuestro PSUV deben seguir avanzando en su absoluta democratización mediante los mecanismos que impidan las prebendas y la hegemonía de “una clase política monopólica”. Debemos disolver todos los factores que puedan incidir en la generación de divisiones internas. Debemos permitirnos que fluyan la discusión y la crítica para la edificación, para la construcción mediante la opinión y fundamentos teóricos, mediante proyectos, mediante propuestas concretas y principalmente, todo orientado hacia la convergencia del proyecto fundamental de la construcción de una nueva sociedad, de la V República.
También es indispensable que se fortalezca nuestra organización a partir de una permanente disciplina subjetiva y objetivo-doctrinaria que desde la conciencia revolucionaria, la conducta diaria de nuestra militancia sea vivida ejemplarmente en coherencia con los principios, con la responsabilidad compartida en beneficio y por nuestra población excluida y todo compatriota o familia en situación de fragilidad.
Nuestro partido y también otros partidos inmersos en ésta Revolución, debemos imbricarnos con los movimientos sociales para, con ellos, traducir y abordar sus reivindicaciones tanto materiales como espirituales que se constituya así una permanente construcción de un hegemón analógico sostenido por nuestra militancia conjuntamente con todo un pueblo concientizado para implantar una praxis permanente de liberación popular. Solo así la Revolución se concreta en una nueva sociedad de justicia encaminada al Buen Vivir universal.
Es indispensable en la Revolución, tanto como nuestro Comandante nos ha enseñado y nos demostró, erradicar el ejercicio de la política para beneficiarse de ella, para la egolatría, para sustituirlo por un noble ejercicio de la política desde la concepción de un apostolado para implantar una verdadera democracia, una verdadera justicia para emancipar la condición humana. Los retos históricos por los que transitamos, la necesidad de destruir una hegemonía capitalista, neoliberal destructiva y criminal para sustituirla por una hegemonía histórica de justicia nos lo exige inexorablemente. Las bases están presentes, el ideario de nuestro Libertador Simón Bolívar y los Libertadores y Libertadoras de la Patria y la consagración ejemplar y referencial de nuestro Comandante Eterno de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez quien decididamente, retomó y consagró su vida a las banderas históricas emancipadoras por la justicia, libertad, independencia, soberanía y la mayor suma de felicidad posible para todo nuestro pueblo.
Compatriotas delegados y delegadas, construyamos en el III Congreso del PSUV, la plataforma programática y concreta para consolidar definitivamente, los fundamentos de conciencia que remueva medularmente, la voluntad, el compromiso, la lealtad, organización y preparación profunda integral y permanente para consolidar la Democracia Socialista.
Militante del PSUV.
26 de julio de 2014.
UNIDAD… LUCHA… BATALLA… Y VICTORIA.
CHÁVEZ VIVE…!!! LA PATRIA SIGUE…!!!
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