Para liberar a un asesino como Simonovis, ¿no se tenía que consultar al pueblo primero?Con los asesinos como este sujeto no puede haber lenidad, debe cumplir su condena completa, no puede ampararse en los derechos humanos.¡Este criminal jamás tomó en cuenta los derechos humanos de los que asesinó!,a este bandidopara sacarlo de la cárcel debía ser con las patas pa’lante.¿Será que nuestro “Gobierno socialista” no se acuerda o no toma en cuenta a los ejecutados por el comisario Simonovis?
Tengan ustedes en cuenta que nosotros no datamos como Estado Socialista, nada del pretérito nos sirve y sólo nos estorba. El estilo personal se impone en todo. Hemos de ser como ingenieros que tendiéramos puentes hacia la oscuridad ignorada, sin disponer más que del primer estribo… El arco ha de apoyar su extremidad en el vacío. En primer lugar hay que entender claramente que para liberar a un asesino político, qué cuándo se libra una lucha de gran importancia, especialmente si involucra a millones de personas, no se la puede explicar en términos de motivos “personales”. No poca gente superficial y esquemática atribuye la lucha de clases a la ambición personal.Esta puede impulsar a algunos políticos individualmente. Para entender correctamente el significado del conflicto que actualmente divide al movimiento chavista hay que dejar de lado, antes que nada, toda la hueca charlatanería sobre los motivos personales y comenzar a analizar las causas que lo engendraron. Nadie comprende aquello que es superior a su capacidad. La mentalidad boliburguesa carece de dimensión adecuada. Le es imposible concebir lo que es mayor que su propio continente.Los imperativos de la política nos harán ocultar la verdad total, la “verdad verdadera”… Será lo que sea el proceso…, pero el que debe saberlo todo, el pueblo, lo ha de saber… Ahora bien: las palabras aquí, sean como sean, no pueden agravar la situación. Sabemos que no admite agravación. Suele puede producir efectos favorables. Podemos ganar mucho, en este momento ya perdido.
Una técnica depurada por una experiencia muy copiosa impone no confiar en nadie. Sólo se confía cuando no hay otro remedio.; pero tratando de obtener garantías previas muy precisas, en las cuales entra en juego la Patria. Todo jefe que confía en un pueblo en libertad para traicionarlo, deja de ser jefe para pasar a ser su carcelero. Si es un axioma de tipo general, comprenderán la importancia de tenerlo presente cuando un hombre se juega un poder tan grande y absoluto como es el de un Presidente; un poder tan parecido al del Dios bíblico…, y recordará que, aun siendo Dios: Luzbel se le rebeló para destronarle. Si así pudo ser fue porque a Luzbel lo dejó en libertad. No; no se debe incurrir en aquella divina ingenuidad. Estamos pasando el tiempo en alarma permanente.
¿Y qué otra interpretación resta?... Sólo nos queda el Legado de Chávez.Además, cuando un jugador se halla perdiendo, y perder para un Presidente es una tan rápida potenciación del enemigo, si se le ofrece la oportunidad de un desquite, permitiéndole jugar sólo de palabra, ¿qué arriesga?... ¿Qué pierde? Hay riesgo. No exterior solamente, sino interior. ¿El juego puede ser peligroso? Nuestra mentalidad, tanto en masas como en varios dirigentes, es de un anticapitalismo feroz.
¡Gringos Go home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o muerte!
¡Venceremos!