Con Súmate representando la posición del Departamento de Estado, con los
medios de comunicación haciéndole coro y brindándole espacio a unos
cadáveres políticos que no se cansan de andar de fracaso en fracaso y con
los adecos intentando no quedar en evidencia con su pírrico 3% de
intención de voto; la escena pareciera estar servida para que la oposición
intente desconocer la voluntad popular el próximo diciembre e inicie una
campaña destinada a que Venezuela sea víctima de un bloqueo internacional.
Que cerca están y que lejos lucen aquellos días en que marchaban exigiendo
que se pasara por encima de la constitución, al grito de ¡elecciones ya!
Lo que hoy ocurre es el reflejo del gran dama que vive la oposición
venezolana; desarrollan una estrategia convencidos de que van a tener
éxito y se la ?venden? a sus seguidores como infalible. Al final terminan
frustrando a su gente y perdiendo no sólo espacios sino credibilidad y
confianza.
Allí están como pruebas los empleados de Pdvsa que abandonaron sus puestos
de trabajo, siguiendo las instrucciones de esa manada de locos; los
militares de Altamira que se comieron el cuento que desde una plaza se
podía tumbar un gobierno y todos aquellos que fueron a votar contra Chávez
en el referendo revocatorio convencidos de que eran la ?inmensa mayoría?,
sólo para despertar de su sueño estremecidos por seis millones de
venezolanos que al toque de la diana se levantaron aquella madrugada para
defender con su voto al comandante y a la revolución.
Ante cada una de esas derrotas inventaron una mentira para justificarse e
iniciaron otra campaña también destinada al fracaso. No aprenden estos
dirigentes de pacotilla; viven obsesionados con una campaña contra Chávez
que tenga éxito? la que sea, pero una campaña.
Sólo el odio que contra el Presidente lograron sembrar, los medios de
comunicación, en algunas almas, les permite contar con el respaldo de una
cada vez menor y dispersa ?militancia oposicionista?; pero ni a esa gente
le inspiran confianza. El respaldo que de ellos obtienen es la
consecuencia del odio y no de la convicción de que cuentan con las
condiciones intelectuales y morales para dirigir el país.
Ellos están conscientes de que Chávez no necesita de trampas, ni controlar
el CNE para ganar las elecciones, pues todas las encuestas le dan entre 60
y 73 % de intención de voto. También saben que a estas alturas del juego,
no pueden contar con que los medios de comunicación logren disminuir el
afecto, el respeto y el amor que el pueblo siente por el líder de la
Revolución Bolivariana. Sin embargo, caminan hacia el precipicio como lo
hicieron tantas veces ya.
No se necesita ser un genio para predecir que el resultado final será una
nueva derrota y probablemente la desaparición definitiva de cascarones
vacíos como Acción Democrática y Copei.
Esa oposición que tiene que conformarse con la ?genialidad? de Ramos
Allup, Corina Machado y Óscar Pérez para que la dirija, tiene cifrada sus
esperanzas en que la falta de un contendor y una campaña destinada a
promover la abstención logren desestimular la participación ciudadana.
Pero como siempre se les olvida un detalle? no cuentan con el pueblo.
¡Aceptamos el reto! y no tengan la menor duda que los derrotaremos. Ya los
veo el próximo tres de diciembre mostrando las imágenes de los centros de
votación del este caraqueño para tratar de tapar el sol con sus medios.
Están metidos en un callejón sin salida; si participan les damos una pela
y si no participan les meteremos DIEZ MILLONES POR EL BUSHE.