En julio de 1963, Raúl Leoni, con el decidido apoyo del Buró Sindical de Acción Democrática, pues es obvio que Betancourt no le apoyó, alguna versión explica eso como una jugarreta porque éste era partidario, en su interpretación del Pacto de Punto Fijo de respaldar a Caldera, ganó la candidatura presidencial de su partido AD.
Concurre a las elecciones nacionales y gana la presidencia de república el 1° de diciembre de 1963. Gana con un pírrico porcentaje del 32.81 % de los votos válidos, lo que significó apenas 954.574 votos. Elecciones que se caracterizaron por una abstención descomunal, en unas circunstancias tales que los partidos PCV y MIR, aún estaban ilegales.
El triunfo de Leoni, significó un descenso significativo con respecto a la votación alcanzada por Rómulo Betancourt en 1958. Las divisiones de ese período produjeron un descenso de 350 mil votos. Mientras tanto Copei, aliado de AD durante todo el período de Betancourt, pasó de haber obtenido 400 mil votos, en las elecciones de 1968 a 600 mil en las de 1963.
El triunfo de Leoni, que era una continuación de la preeminencia de AD en el gobierno, generó distanciamientos. Es posible, por los acontecimientos posteriores, que Caldera viera en el descenso de AD y el ascenso de su partido, la posibilidad de derrotar a sus anteriores aliados en las próximas elecciones. El mismo Caldera, al intentar explicar su no ingreso en el nuevo gobierno dijo que el ascenso electoral de Copei se tomó: "….como un motivo de sospecha, de recelo, como norma determinante para una actitud que si bien nos invitaba a participar en un gobierno, al mismo tiempo nos miraba como con ojos de rivalidad y como con el temor de que nuestro crecimiento futuro pudiera afectar otro interés político". Longo, Luis José. "De Cipriano Castro a Carlos Andrés Pérez (1899-1979. Citado por Luciano Wexell S. Pág. 151.
Al juramentarse ante el CNE, organismo que le proclamó ganador, dijo las siguientes palabras que parecieran ser un compendio de ironía con respecto a lo que fue su gobierno: "Seré un presidente que gobernará para todos los venezolanos, y que todo se dejará dominar por la pasión de servir bien a Venezuela y de no defraudar la fe de los que en mi creyeron. Tengo convicciones firmes, pero soy ajeno a la soberbia y a la arrogancia, por eso puedo asegurar que gobernaré con sujeción a los principios democráticos, de respeto a la libertad y la humana dignidad, por cuya vigencia he luchado toda mi vida y con todo mi corazón y alma".
Pero antes de seguir adelante, es interesante detenerse a comentar algunas expresiones de este discurso, como "…soy ajeno a la soberbia y a la arrogancia, por eso puedo asegurar que gobernaré con sujeción a los principios democráticos, de respeto a la libertad y a la humana dignidad…".
La oposición de Betancourt a la candidatura de Leoni, debió generar entre ellos dudas y hasta resentimientos. Lo que entonces se consideraba la genuina derecha adeca, entre quienes habían muchos de los "bueyes cansados" del Buró sindical, como entonces se les llamaba, pero además la representación humana del sectarismo, que se le había escapado de las manos a Betancourt por los sismas que había provocado en el partido, tanto como debilitarlo al extremo, consideraban como pertinente que el candidato a suceder al presidente en ejercicio debía ser de su partido y al Dr. Raúl Leoni, como pomposamente le llamaba todo el mundo, el lógico candidato a las elecciones de 1963.
Esas discrepancias, esa rivalidad, debieron haber influido en Leoni cuando hizo mención a las palabras "arrogancia y soberbia", que casi todo el mundo, dentro y fuera de AD, usaba para endilgárselas a Betancourt, no sin razones. Pero no se quedó en ellas, se refirió al respeto a la libertad y dignidad humana, precisamente lo que más falto en el gobierno de su viejo compañero de andanzas y de las fundaciones del PDN y AD y lo que motivó, aparte de sus inconsecuencias en materia económico con los trabajadores y el pueblo en general, tantas divisiones en el viejo partido, del cual Leoni se sentía orgulloso.
No obstante, si Leoni le estaba enmendando la plana en ese discurso a su jefe político desde los años juveniles, por haberle negado el respaldo y haber arruinado a AD, con el tiempo pudo comprobar que en Venezuela, en su tiempo y como pasó con él mismo, quien creía mandar desde Miraflores, en fin de cuentas no fue sino una marioneta.
Leoni sabiéndose débil a lo interno, falta de suficiente apoyo popular, como lo mostró el resultado electoral, desconfianza en las fuerzas armadas, dificultades en lo económica, las que heredó de Betancourt, aunque sí con el apoyo del Departamento de Estado y sus fuerzas represivas acantonadas en Venezuela desde el período anterior, tanto que la policía política era manejada por extranjeros, lo que contribuía a darle un toque más cruel a sus actuaciones, gestionó para incorporar otros factores políticos a su gobierno. Así, 8 meses después de haber tomado posesión de la presidencia de la república, el 5 de noviembre de 1964, se instala lo que se llamó el gobierno de Amplia o Ancha Base.
Antonio Sánchez García, en "La Pesada Carga de la Ausencia", refiriéndose a Arturo Uslar Pietri, quien había fundado el Comité Independiente Pro Frente Nacional (CIPFN) y participado como candidato competidor de Leoni, obteniendo una votación de 459.240 votos (16.01%), siendo el más votado en Caracas, alcanzó a elegir 5 senadores y 22 diputados y luego en febrero 1964 el Frente Nacional Democrático (FND) o partido de la campana, por el símbolo que usó, dice lo siguiente: "Los intentos por regresar al primer plano de la política nacional, alcanzando una senaduría, postulándose para la presidencia de la república en liga con Raúl Leoni y Rafael Caldera, en 1963 y construyendo el Frente Nacional Democrático (FDN) en 1964, con el que participó en el gobierno de Amplia Base hasta 1966, incorporándose brevemente al redil del Pacto de Punto Fijo".