Venezuela: la revolución difícil

¿No hay posibilidad real hoy día para que la revolución abandone el tranquilo lugar de los cuadernos y discursos donde ha estado hasta ahora recluida y, en su defecto, pase a deambular espesamente por la vida cotidiana?

Cualquier clase de mirada sensata al tiempo consumado por la revolución bolivariana venezolana, ha de admitir que durante los 15 años de gobernanza chavista el país ha sido sujeto de motivaciones y transformaciones con valencias distintas, muchas de las cuales hemos de reconocerlas (han sido reconocidas) como merecedoras de elogios y reconocimientos públicos.

Los llamados “logros de la revolución” en materia de redistribución del ingreso nacional. de inclusión educativa, de reparto de tierras, de construcción de viviendas, de organización social, de soberanía energética, de salud, de ensanchamiento de su geopolítica internacional, etc., no hemos de esconderlos por el mero capricho ideopolítico que portemos, como tampoco nuestras identificaciones con tal proceso ha de clausurarnos la vista, la sensibilidad y la comprensión crítica para dejar de marcar públicamente tantas políticas erradas como equívocos y ausencias a granel ocasionadas tanto en el gobierno del extinto comandante como en ese otro que ahora lidera el presidente Maduro.

La revolución bolivariana podemos perfectamente convertirla en suerte de “laboratorio” para observar y derivar de allí hechos y eventos que hoy tienen gran valía nacional e internacional, igual que para contrastarla respecto a la otra tipología de democracia que tuviéramos antes de Chávez.

Cada “laboratorista” en cuestión obtendrá de tales observaciones conjeturas y conclusiones nada desestimables, con registros sumamente valiosos que, de seguro, no  han de exponerse como iguales para todos.

En este ligero escrito la motivación que priva no va por localizar positividades o negatividades durante la gobernanza revolucionaria chavista, si más bien quiere apuntar a considerar y preguntarse por aquellos hechos y situaciones que ahora se encuentran visiblemente en mora con la misma idea del cambio revolucionario, en clave del socialismo del Siglo XXI, que deja apreciar por tantas parte tan publicitado proceso sociopolítico.

Cualquier clase de visitamiento que, forzada o accidentalmente, efectuemos por la diáspora nacional nos deja en espesa deuda con la localización de obra política o cultural alguna comportándose en expresa clave realmente anti o no capitalista, esto es, la patria persiste en mostrarnos por todos lados y costados, en sus heterogéneos ambientes, climas, mentalidades y prácticas sociales (especialmente al interior del mismo gobierno), la más viva ausencia de revolución socialista (del Siglo XXI), a no ser que por tal sintagma entendamos cualquier acción social, que le volvamos mero slogan y con ello le evaporemos su vital significado.

El común de las prácticas sociales que excitamos cotidianamente los venezolanos y venezolanas continúan fuertemente marcadas por valores, conceptos y sentidos de talante burgués-capitalista, incluso en su versión más salvaje.

Quince años de administración política declarada (a rabiar) como revolucionaria y anticapitalista, nos da derecho ya a trascender las acomodaticias respuestas del tipo: “tranquilo, que eso es poco a poco”, del “eso es un proceso”, etc..

Las reflexiones, notas, observaciones sobre la calidad y extensión de lo hasta ahora fomentado por la revolución bolivariana habremos de seguir haciéndolas, las exigencias a que el gobierno gobierne de verdad y haga buen gobierno para todos, deben proseguir fecundándose en cualquier lugar y “no lugar”, a ello debemos agregarle, también con rango de urgente e importante, las reflexiones, las notas, las observaciones y las preguntas al porqué no amanece por algún lado en nuestra patria factualidades y noticias buenas respecto a una revolución y unas prácticas revolucionarias que no sean mero retruécano ideopolítico conveniente o frenesí publicitario.

En suma, nos preguntamos y le preguntamos a usted, gentil lector: ¿No hay posibilidad real hoy día para que la revolución abandone el tranquilo lugar de los cuadernos y discursos donde ha estado hasta ahora recluida y, en su defecto, pase a deambular espesamente por la vida cotidiana?

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Docente-investigador universitario. edbalaguera@gmail.com

 



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Edgar Balaguera

Antropólogo, Sociólogo, Magister en Ciencias Políticas, Doctor en Ciencias para el Desarrollo. Docente.

 edbalaguera@gmail.com

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