Releyendo el Diario de Bucaramanga, Bolívar decía el 2 de mayo de 1828,(…)"Yo no he colocado, (…)casi ningún pariente en los altos destinos de la República (…) Santander (…) Páez (…) Bermúdez (…),Arismendi (…), Mariño,(…) han contrariado mi marcha; han impedido la organización del país; han sembrado la discordia(…) ellos pues con ciertos grados de diferencia, son los únicos autores de los males de la patria(…)[1]
Quien se sienta aludido por estas frases de Bolívar asuma su responsabilidad, pero hoy más que nunca necesitamos revisar el discurso bolivariano, para retomar el rumbo que dejó trazado Chávez en el Plan de la Patria, allí están comunas, las mancomunidades y los distritos motores, la organización del país de la que hablaba Bolívar, para abrir los caminos al socialismo que orientó Chávez.
La garantía de que los destinos de la Patria, sigan el rumbo que trazó Bolívar y Chávez están en el corazón y voluntad del pueblo venezolano, por eso nuestra dirigencia revolucionaria debe saber que no es desde las cumbres del poder donde se seguirá el camino sino batiendo el barro en las bases y dándole poder a las comunidades, de manera efectiva y no en formatos de televisión, ni tampoco con la metodología adeca populista electorera sin contenido socialista ni transformador.
Es con contenido crítico y autocrítico, especialmente en temas como la corrupción, que más allá de lo ético, que es de principios, la lucha real contra este flagelo resulta un imponderable, por razones de salvación nacional, vista el desagüe de recursos valiosos que van a parar a manos particulares y que son necesarios para seguir reconstruyendo la Patria colectiva.
Tendremos un año difícil con intensidad de sabotajes en el contexto nacional e internacional, otros ataques vendrán especialmente en el tema social y económico. Por ello es necesario que el llamado "sacudón" toque la fibra de nuestra dirección revolucionaria, que es necesario ante la avalancha de ataques, fortalecer las estructuras legislativas nacionales, regionales y locales, pero sobre todo que siga la transferencia de poder a este pueblo porque es él quien sabe cómo resolver los males que nos dejó el modo de vida neoliberal burgués.
La confianza debe ser retomada con acciones efectivas, no con más retórica, para recordar lo que dijo Bolívar en el Diario de Bucaramanga: "los pueblos serían libres y felices porque con la tranquilidad interior y la confianza todo hubiera progresado".
Chávez nos leyó incansablemente el Diario de Bucaramanga, compilado por Luís Peru de Lacroix, en el entendido simbólico de que esta revolución está sembrada en las entrañas del pueblo y que sus significados tienen profundos componentes culturales que tuvo ejemplos trascendentales al extremo del sacrificio personal del propio Comandante, tal cual lo hizo Bolívar, para demostrar en cuerpo vivo que ambos soñaron una realidad posible y que solo este pueblo se salvará así mismo cuando la fortaleza de su conciencia y poderío se materialicen, cada vez que sus propios derechos son atacados y que cada día abrirá brechas para avanzar por los caminos a la suma felicidad posible.
Bolívar y Chávez, están entonces aquí y allá, en los rostros de los miles que marcharon el 15 de diciembre de 2014 en Caracas para defender la soberanía nacional, en las manos y conciencias de millones que hoy siguen trabajando en las ciudades y campos de Venezuela. Las rutas están marcadas, debemos seguir adelante en el orden del Plan de la Patria, no nos queda otra, los que no quieran que se queden o se vayan como lo han hecho muchos en estos 15 años de Revolución Bolivariana.
Apenas hemos comenzado la senda de Bolívar y Chávez.
[1] Peru de Lacroix, Luis, Diario de Bucaramanga. Pag. 32 . Impresión Carvajal. SA, Cali Colombia 1983