La aristocracia (es decir, la burguesía y el alto clero, dado el orden social del clero no presentaninguna unidad social) plantea un doble problema, social y político.
Socialmente, más que sobre los matices y los enfrentamientos con las filas de la burguesía, hay que insistir en su unidad profunda y en sus características específicas. Sin duda la burguesía no es homogénea, puesto que la evolución histórica había introducido diferenciaciones en el seno del orden. Sin duda también (igual hoy) en el siglo XVIII el dinero se imponía a la nobleza, como a la burguesía, y tendía a disociar sus filas. El burgués medio, no era nada si era pobre. Había que ser rico para adquirir la nobleza, rico también para mantener su rango. En sus capas superiores, la burguesía se veía reducida en una minoría a la que el dinero, el espíritu de empresa, las costumbres y las ideas, acercaban.
Una especie de espíritu de confraternidad hace que los burgueses se prefieran entre ellos y para todo, al resto del país. La usurpación es total: reinan realmente. Entre las finanzas recién llegadas, la solidaridad de los intereses asegura una rápida fusión; la diversidad de los orígenes se borraba ante la afirmación del privilegio. El pequeño burgués de provincias sigue todavía aferrado a su condición: les va en ello su propia existencia. El peor ordenado de todos los estados sería aquel en que “toda una clase de ciudadanos se vanagloriara de permanecer inmóvil en medio del movimiento general y consumiera la mejor parte del producto sin haber participado en nada en su producción. Una clase como esa es ciertamente ajena a la nación por su holgazanería”.
Políticamente, la burguesía se alzó, en el siglo XVIII, contra el absolutismo real y lo minó obstinadamente. Tanto como por el desarrollo del pensamiento burgués y el resplandor de la filosofía de la ilustración; la época se caracterizó por una contracorriente de ideología aristocrática ilustrada por Boulainvilliers, Montesquieu, Le Paige. La feudalidad fue justificada por la conquista, y los nobles serían descendientes de los conquistadores germánicos, a los que el derecho de armas habría convertido en señores de los galorromanos reducidos al vasallaje. La aristocracia es anterior a la monarquía, y los reyes al principio eran elegidos. Nutriéndose de este arsenal ideológico, sólidamente instalada en esas fortalezas del exclusivismo aristocrático que eran las Cortes soberanas, los estados provinciales y las asambleas del clero, usando y abusando de los derechos de los parlamentos al registro y a las amonestaciones. Las Cortes y los estados, rechazando toda tentativa de reforma fiscal, atribuyéndose papel de defensores del contribuyente, mantenían de hecho los privilegios al abrigo de todo ataque.
Una de las bases de este problema es la manera en que reaccionan los grupos dirigentes. Cuando se habla del problema de la transformación del clima general, de la evolución de las actitudes y de la opinión. Esto es importante, pero no suficiente. No se pueden prever las decisiones partiendo de las actitudes. Por el contrario, es con frecuencia posible prever las actitudes partiendo de las decisiones, una vez han sido tomadas. Los estudios de psicología social y experimental demuestran que la decisión es un factor determinante. Y ésta es función de un proceso complejo. La importancia del desafío con que se enfrenta nuestro pueblo en razón del desarrollo de la evolución económica, técnica y social. La importancia de este desafío ha puesto en evidencia las dificultades con que tropieza el país ante problemas que lo rebasan.
¡Gringos Go Home! ¡Pa’fuera tus sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!