Venezuela: Razones de cola o la cola como razón

Toda práctica genera teoría y esta es siempre una reflexión sobre alguna acción o ejercicio práctico de la vida. La cotidianidad es el mundo de la permanente emergencia sociológica. Hoy en Venezuela se debate el mundo de lo cotidiano, pues se viene remitiendo prácticas posiblemente distintas, diferentes con asomo de insolencia o contrarias a sus costumbres y ella viene a ser conocida como "las colas", que son filas de seres humanos para prácticamente toda actividad de consumo y de servicios.

De hecho, en todo el mundo se hace lo que el concepto o la imagen de cola viene a señalar; en un banco esperan, en un ascensor, en una parada de buses, en algún servicio de administración particular o pública y en otros. Entonces, siendo así qué pertinencia tiene este escrito, pues cierta ocupación del insomnio ante la cotidianidad de la discusión echada a andar en mi país sobre una práctica que posiblemente trasciende nuestra humanoide condición y que se genera en una estética sociocultural de esquizofrenia social, de modo que sobre este fundamento quita sueño tomo mi pc y comienzo a teclear.

Desde hace mucho tiempo hay teorías de cola, pues Agner Krarup Erlang analizó y proyectó una teoría con base y modelo matemático sobre la cola que es conocida como "líneas de esperas o teorías de cola. Analizando la congestión de tráfico telefónico construyó matemáticamente para mejoramientos de servicios el denominado problema de llegada-partida. La cotidianidad de la espera como manifestación nada acogedora, pues hoy más que ayer, esperar es una negación insolente al criterio de lógica instalada de lucro, eficiencia y nada de pérdida de tiempo. Para esto no existe paciencia en el mundo del vértigo y velocidad que vivimos, la cola pareciera ser contraria a la orientación del sentido del mundo, de allí lo irritable, angustioso, fatigoso, agobiante, desagradable y un chorizo de etcétera que a pesar de todo y de nada no logra materializar los objetivos planteados por la máquina-mundo del pluscuanvalor, deseosa de quebrar el experimento de poder más exitoso por sus logros de toda la historia republicana de Venezuela.

La teoría arriba señalada con su modelo matemático no va a tener aporte para lo que aquí reflexiono, pues, aquella es una teoría inspirada en una noble intención o propósito de dar o proporcionar capacidad de servicio en relación al costo de espera, en una lógica de costo-beneficio, servidores-servidos, Muy poco que ver con lo que voy a plantear.

¿Qué es una cola?... cuándo apareció, cuáles condiciones de aparición, de posibilidad, que la niega, cuáles opciones.

La sexta parte del tamaño del embrión de donde nos formamos es una cola, donde los otros animales tienen cola nosotros tenemos un hueso caudal pegado a la pelvis denominado cóccix, que son usualmente cuatro huesos fusionados al final de la columna vertebral, pues nuestros parientes que hoy conviven son de colas, hasta el escorpión que ataca con el veneno de su cola es parte de la ascendencia evolutiva, esto es, que las presiones evolutivas biológicas nos eliminó las colas y hoy presiones de las contradicciones evolutivas sociales nos colocan en cola, somos razón cola y cola razonada.

Los peces la tienen como locomoción, a otros animales les corresponden para su equilibrio, en las aves la tienen conformadas de plumas para su timón. Ahora bien, las mujeres y los hombres de Venezuela tenemos cola, creo que lo que hemos es vivido de las colas; en tiempos de la independencia, con pocos caballos y yeguas, los ancianos le pedían a los jinetes para subir algún cerro o montaña que les permitiera agarrarle la cola al caballo y así lo empujaban a llegar a destino, de allí la frase "dame la cola" en la que se fue convirtiendo la cotidianidad ya no de caballos sino de vehículos o de andar con otro u otros, "dame la cola", para este u otro lugar, hoy el fenómeno parece ser que no se "pide la cola" sino que "se colea", negando esto la costumbre venezolanista. Pero ¿qué es colearse?, no hacer la cola, metiéndose delante en la cola.

¿Representa esto alguna utilidad?. Biológicamente para los humanos hoy no tiene razón de ser las colas, nuestra ruta evolutiva supone haber dejado allá atrás en la cola de la historia la cola del primate, el coxis evidencia en nuestro cuerpo lo que aquí digo, ¿por qué entonces nos espantamos o no vemos connatural las colas si biológicamente siempre tenemos sus vestigios?.

Antes no necesitábamos el papel para espantarnos las moscas y todos los insectos que se posaban atrás, pues con la cola cumplíamos ese papel, hoy la cola se hace para buscar el papel y resolver lo que antes resolvíamos con la cola.

Propongo que el mismo fenómeno biológico de la evolución del cuerpo que acabó con la cola en él, sea desarrollado en el orden de lo social para extirpar el fenómeno. Los seres humanos tenemos una programación genética con un proceso llamado apoptosis que consiste en dar muerte programada a células que no van a aportar nada en las necesidades de la evolución del ser.

Propongo la "apoptosis social" como una teoría desarrollada desde la radicalización organizacional del mundo político venezolano que actualmente es atacado, asediado y vilipendiado por haberse atrevido a hacer lectura distinta de la memoria que se le construyó. De los siete mil millones de personas que hay en el mundo hay estadísticas que dicen de 100 personas con cola vestigial, esto es, con cola real en el coxis que tenemos nosotros, esa rareza poco discutida existe porque en esos cien cuerpos no tuvo éxito la apoptosis. Igual ocurre en el mundo de los países, dos centenares de países, en todos existe el fenómeno de la cotidianidad organizacional llamada cola para todas las actividades de consumo y de servicios, pero en Venezuela no hay "apoptosis social" que regule y quiebre las células de crecimiento que tienen en sus genes dialectales toda estructura de convivencia.

Espero que así como las personas tenemos entre la cuatro y ocho semanas de formación en el vientre materno, los quince años del proceso político que vivimos tenga esa equivalencia biológica para sostener que vamos a vencer y salir revolucionariamente de esta etapa oscura, por estar todavía en el abdomen político y podamos con la "apoptosis social"; esto es, con mucha voluntad política con total honestidad y resuelto despliegue ético desde organizaciones tejidas y territorializadas en toda la geografía.

Como verán hago para el estudio de las colas el énfasis, la tilde en la política, aunque es complejo como la condición humana, creo que sigue siendo una trampa sostener el fenómeno en el orden económico aunque no deja de tener su gran peso. Debemos desarrollar una bio-política nacional todavía en ciernes. El mundo está en cola virtual y ello busca la despersonalización de la vida, la cola virtual es la muerte de los lugares como espacios antrópicos. Desde el confort de su hogar ya hace todo y se consigue en la necesidad de una sociología emergente que de cuenta de las colas físicas como bio política contemporánea, la mentira de la cola virtual es que después de la cita, del sistema automatizado se le notifica para el traslado a las instalaciones no virtuales, no obstante allí está la cola física, la del cara a cara que tanto detesta la estética del capital y que sofisticadamente los cerebros colonizados están siempre dispuestos a defender como libertad, propiedad, democracia, derecho o cualquier prejuicio, abstracción o metafísica de su alienación cuando ella no es debatida en el mundo de la confrontación de las relaciones materiales en la coexistencia de posiciones que micro o macro físicas de poder detentan.

Si toda práctica genera teoría; ¿ante la práctica de la cola cuál teoría de cola?, será cierto, verdad o embuste que la cola es producto de la escasez o la escasez es producto de la cola. Por qué el debate conocido ha quedado en algunas dicotomías, si es así sólo una receta de economía política resolvería y atendería la situación y ya. El reducionismo y la pobreza de pensamiento no permite aprehender lo multi factorial de esta etapa de formación socio-política en la anulación de las contradicciones propias de un estado y una cultura burguesa y parasitaria en todos los órdenes de una sociedad pugnada y conflictuada desde ángulos reflexivos distantes.

Las creencias no necesitan ser coherentes para ser creídas, por eso vemos muchas feligresías hoy, de distintos matices, de modo que el asunto de las colas no es una mera creencia en las dicotomías señaladas, no es un guión de consignas ni un problema confesional, reducirlo insisto es un soberano absurdo que lo que hace es extenderse en el tiempo con todas las complicaciones que tiene para el desenlace necesario de quienes apostamos y asumimos la condición revolucionaria por la radicalización del hermoso sueño de otro mundo posible. El proceso apoptótico a desarrollar como una bio política del tejido que se viene construyendo en Venezuela amerita lo que las colas no permiten, acelerar el tiempo de trabajo. Apoptosis del griego apoptosis, significa Apo, " a partir de" más ptosis "caída". Entonces muerte programada a las colas inducidas desde la máquina del plus quan valor, esto es la expresión más acabada del la explotación mundial hoy. La guerra del petróleo, la guerra de cuarta generación, la guerra de la velocidad con los genocidios que llevan en áfrica por el coltan.

En Venezuela las colas son expresiones de alarma en sus células, el virus le han colocado en su cuerpo, es un problema nuestro con enemigos internos y externos, socialmente tenemos muchas células que reparar, inmunológicamente el cuerpo social da señales, una mutación real está por manifestarse. En los cometas los gases conforman su cola, nuestro cuerpo social debe deshacerse de sus gases, quebremos la estructura vestigial de los homínidos, rompamos el atavismo, no podemos morir prisionero de la trampa de un debate condicionado en la economía política, los herederos seguidores de cien años de gobernanza petrolera y economía extrativista con imaginario creado de empresarios sablistas, chupones y parasitarios no pueden hoy colocar en la agenda del debate con sus paladines políticos sobre las colas un asunto chucuto sólo de productividad, de filas y de supuesta regaladera de nuestros recursos; primero porque ello no son amorales, alguna moral tendrán, pero lo traicionan siempre cuando hablamos desde alguna historia y la suya ya es conocida y en segundo lugar por lo absurdo de un planteamiento como ese, es insensato sostener que las colas son expresiones sólo de una dicotomía de modelos, de producción meramente, de filas porque a la gente le gusta o es mala o porque el gobierno vino a destruir el aparato productivo que nunca hubo, en tercer lugar es una frivolidad que mantiene a la gente en el discurso ligh, nimio que tienen chance sólo en canciones y movidas pero hasta alí, como la canción de Cola Song "Entra tranquila, que tú no hace fila, sube a cola cola, sabe a vitamina, j to the b, i doubt with a name you follow my game, you know we don t tplay ".

No es momento de ser zigzagueante y reformista en las respuestas de organización, en un contexto de debilidades del cuerpo cognitivo o de relación pensamiento-mundo por unas condiciones materiales de poco despeje, de muy poca consolidación, toda revolución conocida hasta hoy tiene fuerte componente productivo, un molino o un movimiento que no debe cesar ni pararse. Hacer de lo extraordinario una cotidianidad significa quebrar la rutinización y las colas, el enemigo cínico ataca con todo, la contundencia de la respuesta requiere la fortaleza de la hiedra y no la del cedro, exige desplazamientos y movimientos de microfisicas de poder (Foucaullt) o más allá de los dispositivos formalizados y conocidos. Esto es, trascender los poderes definidos explícitamente, es estar en contexto de participación y protagonismo en todos los actos de voluntad del cuerpo y del alma de una memoria y de una historia que colectivamente construimos, intersticialmente en modos de saber que trascienden el burocratismo de constitución de este.



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Jesús Alejandro Marcano Fernandez

Profesor titular de la Universidad Bolivariana de Venezuela UBV. Doctor en Educación en Uiversidad Pedagógica Experimental Libertador.

 marcanofernandez@gmail.com

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