Nuestro tricolor ondea en el corazón

La bandera vs. la bandera

La guerra mediática utiliza símbolos, como la guerra militar fusiles. La
oposición venezolana finalmente comprendió que el color negro que habían
adoptado como emblema no los favorecía. Se les parecía demasiado. Por eso
decidieron cambiar de estrategia y apropiarse del tricolor nacional. Como no
podían evitar que los chavistas también utilizaran la bandera de Venezuela,
optaron por acapararla. Acostumbrados a tener más y creerse más, decidieron
comprar más banderas, más grandes, más finas, más bellas. No sería difícil
lograrlo, puesto que la mayoría de los "pata en el suelo" que apoyan al
presidente no pueden darse el lujo de comprar una bandera de quince, veinte
o treintamil bolívares. Por eso las banderas de los chavistas suelen ser
viejitas, desteñidas y hasta rotas de haber ondeado en muchas batallas
verdaderas que nunca salieron por televisión.

La oposición, plena de terrrófagos (terroristas, fascistas y golpistas),
mide su patriotismo por el tamaño de sus banderas. Decididos a parecerse al
máximo emblema de la venezolanidad, convirtieron el tricolor en vestido,
sombrero, franela, máscara y finalmente en disfraz. Su estrategia es
apropiarse del más hermoso de nuestros símbolos patrios para enviarle un
mensaje mediático al mundo entero: La Bandera de Venezuela es el emblema de
la oposición, lo que fácilmente se manipula como Venezuela es igual a
oposición.

Viendo las imágenes de los medios de propaganda de la oposición, sus
manifestaciones y la próspera industria que explota el tricolor nacional, es
evidente que lograron su objetivo de ser identificados por el uso excesivo
de la bandera. Cuando voy por la calle y veo un carro con una banderita de
Venezuela, lo primero que me viene a la mente es: "ese es de la oposición".
Sólo después pienso: "también podría ser un bolivariano, pero no creo".

En las marchas y concentraciones en apoyo al gobierno también se observan
banderas de Venezuela, pero nunca tantas como las que utiliza la oposición.
Las imágenes de las marchas bolivarianas distan mucho de la uniformidad de
la oposición, no sólo vemos banderas muy usadas sino miles de constituciones
azules, boinas y cintas rojas, símbolos diversos y originales expresiones de
creatividad popular. Mientras que en las marchas opositoras el tricolor,
convertido en moda y fetiche, tan solo se deja acompañar de alguna triste
bandera negra y aquella tan conocida de franjas rojas y blancas con
estrellas. Me pregunto si los neo patriotas del este capitalino recordarán
aquella canción de Ricardo Arjona que hoy les sentaría tan bien como slogan:
"Las barras y las estrellas se adueñan de mi bandera y nuestra Libertad no
es otra cosa que una ramera..."

Conversando sobre estas cosas con un viejo amigo bolivariano, le comentaba
con impotencia que no podíamos permitir que nos secuestraran el tricolor
para convertirlo en emblema de la contrarrevolución, que deberíamos
utilizarlo tanto como ellos, rescatar la bandera para que volviera a ser de
todos los venezolanos y no sólo de un sector, etc., etc. Dejé de angustiarme
cuando me explicó, con sabias palabras, porqué no le preocupaba el uso que
de la bandera está haciendo la oposición: "A ellos se les reconoce porque
les encanta ondear una vistosa bandera en las calles, a nosotros, porque el
tricolor nos ondea en el corazón".





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Manuel Bazó


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