La educación y la religión

Los científicos y los matemáticos, conciben el universo como un lugar lógico, ordenado y pronosticable. Su consideración de la inmensidad y el esplendor de los cielos, las maravillas del cuerpo y de la mente humana, la belleza de la naturaleza, el misterio de la fotosíntesis, la estructura matemática del universo o la noción del infinito sólo pueden hacernos humildes anta la obra del Creador. Uno sólo puede decir "Cuando considero los Cielos, la obra de Tus Manos". Un tema tan inocente como "Artes Industriales" no fue pasado por alto.

Los filósofos afirmaron: "la observación de las maravillas de la composición de los metales, el grano y la belleza de las maderas, las formas de la electricidad, y las propiedades características de los materiales usados, invariablemente da origen a la especulación acerca del plan y el orden del mundo natural, y de la maravillosa obra de un Poder Supremo". Este informe fue recibido con tal indignación por los grupos cívicos y varios de los grupos religiosos más liberales que su adopción por el Consejo de Educación se hizo imposible. Una versión modificada, con supresión de los pasajes más censurables, fue adoptada subsiguientemente. Sin embargo, incluso la versión revisada, contiene suficiente lenguaje teclólogico para hacer estremecer a un librepensador, y es de esperar que su constitucionalidad sea discutida.

Ha habido una falta de oposición asombrosa a la mayoría de las intromisiones de los intereses eclesiásticos. Una razón de ello es la extendida creencia de que la religión es suave y tolerante y que las persecuciones son una cosa del pasado. Esta es una peligrosa ilusión. Mientras muchos jefes religiosos son indudablemente sinceros amigos de la libertad y la tolerancia, y además firmes creyentes en la separación de la Iglesia y el Estado, desgraciadamente hay otros muchos que perseguirían si pudiesen, y que persiguen cuando pueden. El hábito de basar las convicciones en la prueba y de darles sólo ese grado de seguridad que la prueba autoriza, si se generalizan, curaría la mayoría de los males que padece el mundo. Pero, en la actualidad, la educación tiende a prevenir el desarrollo de dicho hábito, y los hombres y mujeres que se niegan a profesar la creencia en algún sistema de dogmas infundados no son considerados idóneos como maestros de la juventud.

La cuestión de la verdad de una religión es una cosa, pero la cuestión de su utilidad es otra. Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy que no son reales. El daño que hace la religión es de dos clases, una dependiente de la clase de creencia que se considera que se le debe dar, y otra dependiente de los dogmas particulares en que se cree. Con respecto a la clase de creencia, se considera virtuoso el tener fe, es decir, tener una convicción que no puede ser debilitada por la prueba en contrario. Ahora bien, si la prueba en contrario ocasiona la duda, se sostiene que la prueba en contrario debe ser suprimida, "eliminada". La convicción de que es importante creer esto o aquello, incluso aunque una "investigación libre" no apoye la creencia, es común a casi todas las religiones e inspira todos los sistemas de educación. La consecuencia es que las mentes de los jóvenes no se desarrollan y se llenan de hostilidad fanática hacia los que tienen otros fanatismos y, aún más virulentamente, hacia los contrarios a todos los fanatismos.

—El mundo que querría ver sería un mundo libre de la virulencia de las hostilidades de grupo y capaz de realizar la felicidad para todos mediante la cooperación, en lugar de mediante la guerra. Querría ver un mundo en el cual la educación tienda a la libertad mental en lugar de a encerrar la mente de la juventud en la rígida armadura del dogma, calculado para protegerla durante toda su vida contra los dardos de la prueba imparcial. El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y éstos no pueden derivarse de rígidos sistemas, ya sean viejos o nuevos.

—No es la pérdida de la guerra lo que arruina a los pueblos, sino la pérdida de la capacidad de resistencia.

¡Gringos Go Home! ¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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