Las correrías de la oposición han de ser observadas en su conjunto, sin pinzas, como episodios de un mismo guión. Recordemos que la arbitrariedad fue incubada en el oposicionismo mucho antes del golpe de Estado de abril. Estos sujetos ya venían convenidos, desde mucho antes de las Leyes Habilitantes y de la destitución de los directivos de PDVSA. Todos ahora sabemos que el Paro Criminal Petrolero de finales de 2002 e inicio de 2003, no se decidió en un arrebato de rabia de Carlos Ortega por haber sido ruchado en una jugada de palitos; esa acción estaba ya monitoriada dentro de la agenda de las eminencias grises del Departamento de Estado, la conciencia sucia de los ex-gerentes petroleros y el ansia de venganza de la oligarquía nacional y sus lacayos de las empresas privadas de comunicación.
La coalición cívico-militar que toma la plaza Altamira sabía, que esa era una faena provocadora y terrorista, que podría producir además de violaciones, tráfico y consumo de drogas, desestabilización y zozobra, así como muerte de inocentes, y precisamente por eso lo hicieron, era necesario meter a todo el país, en un estado de desesperación e ingobernabilidad hasta que Chávez saliera de la Presidencia de la República. Ya luego, esos descarriados sociales y dinosaurios políticos se alebrestaron de veras; guarimbas, paramilitares, cierres de avenidas, provocación de accidentes y campañas televisivas terroríficas. Como quien dice, esa gente se amaño.
Pasaron entonces los días con sus noches. Los más provocadores dentro de la oposición sabían que no se podía convertir el referéndum consultivo en revocatorio y que para la implementación de este último necesario era que el Presidente cumpliera con la mitad del período. Pero aún así, a punta de caña, irresponsabilidad y otros utensilios pusieron a brigadas de jóvenes y viejos a hacer planas, adulterando firmas, inventando nombres como en los mejores tiempos del “adecocopeyanismo” corrupto.
Llegó el referéndum, no hay asombro, salieron con las tablas en la cabeza; elección de gobernadores y alcaldes, tablas por la cabeza, elecciones a la Asamblea Nacional, tabla por esas brutazas y reincidentes cabezotas. Ahora, por exigencia constitucional vienen las elecciones presidenciales, todos los pronósticos dan a Hugo Chávez como ganador por más del 60% de las intenciones del voto y adivinen ¿Qué hacen los mas tocados dentro de la oposición? Insistir en que ellos son mayoría; que si les dan las cabezas de Jorge Rodríguez y Oscar Battaglini, además del retiro de toda la tecnología adquirida y, la votación y el conteo manual de votos, ellos participarían y ganarían holgadamente las elecciones. Por ello consideran de sentido común, para que el resultado sea el esperado, que Hugo Chávez Frías retire su postulación, colaborando así con el libre y justo ejercicio democrático que ellos conocen.
Esas más o menos son las aspiraciones de los discípulos de Bush, sin embargo existen otras que no mencionan, que les quema las entrañas y que no han encontrado la manera de proponerla y menos aún conquistarlas en el marco de un plan infalible para la conquista del poder. Es la nostalgia por aquellos millones de personas (entre analfabetas, analfabetas funcionales y analfabetas políticos), que no sabían y menos aún practicaron la Democracia, Participativa y Protagónica. Añoranza por una masa de individuos que en su ignorancia legitimaban la seudo-democracia puntofijista y cuando no, abiertamente los camorreros de AD o facinerosos de COPEI, les arrebataban votos, voluntad, derechos, decisiones y dignidad.
Lo mas insigne de la oposición no está dispuesto a participar en unas elecciones transparentes (primero en Miami o muertos). De allí la necesidad de una fuerza popular que impida cualquier negociación llevada a cabo desde la ingenuidad o ignorancia: recordemos que los tentáculos del imperio son insondables, pueden estar hoy conspirando en Miami, luego negociando un beneficioso contrato para la construcción de carreteras o importación de alimentos y luego alcanzando un compromiso para la participación electoral de su gente. Mosca con amigos exageradamente tolerantes y comprensivos ante los desmanes de la oposición y contradictoriamente aprehensivos frente el expontaneismo de los nuestros; mismos amigos que expresan éxtasis por la eficacia como las cúpulas políticas o institucionales logran acuerdos con sectores de la oposición que desarman de pueblo este proceso.
Estimulemos y dejemos que sean las masas populares, las que determinen la dimensión y templanza con la cual hemos de tratar a la oposición en el marco de este año electoral. Que sea esa sabiduría con color de pueblo, que vio en el Presidente Chávez al líder, cuando muchos ilustrados lo ponían en duda; que sea esa multitud de voluntad del trece de abril del 2002 y de la paciencia cuando el paro terrorista, quienes determinen las acciones necesarias para que los golpistas respeten este proceso. Para que se marchen de una vez los conspiradores y participen los que han de hacerlo. Porque, si en verdad, en los cenáculos de la conspiración, se esta trabajando en la escogencia del presidente o presidenta de la Junta de Transición luego de la intervención estadounidense, esperada por los siervos de Bush, que sea esa misma fuerza de hombres y mujeres decididos los que tengan la última palabra.
El pueblo de Bolívar, luego de un inmenso reposo y paciencia se ha empinado a andar, teniendo hoy la capacidad de captar la desvergüenza interna, los abusos de la oligarquía o la temeridad del Yanqui.
¡SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!
Luis Villafaña
M13-PNA
C.T.R. León Trosky