Al gobierno de Estados Unidos le place condenar al resto del mundo por violación de los derechos humanos, por vinculaciones con el narcotráfico o por actos relacionados con un terrorismo que ellos conceptúan a su real saber y entender y a la vez se exceptúan de practicar. Los hechos históricos quedan cincelados en la memoria, más en estos tiempos por el desarrollo tecnológico y por la inmediatez en la transmisión de los acontecimientos.
Guantánamo, Abu Ghraib, el horror de la muerte tanto de Hussein como de Gadafi (uno ahorcado y el otro apaleado) que se televisan con imágenes muy "apropiadas" para que sirvan de escarmiento. A la vez el cartelizado aparato mediático mundial legitima y justifica los procedimientos imperiales. Hoy, lo que está ocurriendo en algunos estados del norte, recuerdan los tiempos del Ku Klux Klan.
Según los blancos sajones los negros no tienen ningún derecho. Ha pasado mucho tiempo desde la abolición de la esclavitud. Buena parte de la sociedad gringa ignora tal conquista humana. Ya hay varias regiones en pie de guerra por las muertes injustas de ciudadanos afrodescendientes. La hipocresía de aquella sociedad hollywoodense, del jet set y del show business, se aferra más a sus gríngolas. El Pentágono, la CIA, los halcones, aprueban en silencio tal barbarie.
Un viejo imperio, del cual solo queda una caricatura, se empecina hace rato en inmiscuirse en los asuntos de Venezuela. Un Rey que ya no lo es, intentó hacer callar al Presidente Chávez. No sabía, obviamente, con quien se metía. Pues sí, el gobierno español con Rajoy a la cabeza, con un devaluado PP y con un vapuleado Psoe por la gente de Podemos, tienen en mente hacer que caiga el gobierno de Maduro. Pobres, no quieren mirar dentro de España y ver lo que allí ocurre.
Felipe González comanda lo que se denomina el club -mejor dicho- la claque o el cartel de los ex presidentes que no contentos con los desastres que hicieron en sus países -muertes, desapariciones, corrupción, narcotráfico- pretenden dictar cátedra de ética y de respeto por la vida. Justamente en un país donde los "desahucios" han dejado en la calle a más de 700 mil ciudadanos. Y donde la implementación de férreas medidas neoliberales ha afectado la seguridad social. ¡Qué caradurismo!