Gran preocupación ha venido causando en la población venezolana el alto porcentaje de inflación que se viene generando casi a diario, a raíz de una guerra económica con fines macabros que viene gestando la oposición venezolana con la complicidad de los apátridas comerciantes dueños del capital y de los medios de producción.
Pero hay una realidad latente, van pasando los días y los productos alimenticios y farmacéuticos están desaparecidos de los anaqueles, y cuando se consiguen es después de hacer inmensas colas y vienen con unos precios exorbitantes, y ni hablar del trillado bachaqueo, igual ocurre con los artefactos electrodomésticos que cuestan ya un ojo de la cara, también con muebles, ropa y calzados, y ni hablar de los vehículos y la vivienda, no hay hasta ahora ningún mecanismo que haya sido efectivo para garantizar parar estos niveles de especulación que se transforman en hiperinflación y que nos carcome el bolsillo.
Es el venezolano de a pie quien está resistiendo a los avatares de esta guerra económica que ya nos está tocando los tuétanos, basta montarse en una camioneta de pasajeros a cualquier hora para escuchar lo que está pensando el pueblo y les puedo garantizar que va mucho más allá de lo que se ve en televisión, uno a veces hasta se mete en las conversaciones y les da debate a quienes sabemos que están equivocados y que vienen siendo víctimas de este maquiavélico plan orquestado desde afuera de nuestras fronteras y avalado por quienes pretenden asumir el poder a cuesta de lo que sea, incluso de entregar la patria a manos imperialistas.
Pero eso no basta, sobra el que intenta echarle la culpa al presidente Nicolás Maduro de todo lo que viene ocurriendo, claro, quienes planificaron este plan saben perfectamente a quien va dirigido. y crean las matrices de opinión para que llegue a los más débiles, aquellos venezolanos y venezolanas de a pie que en algún momento lograron graduarse en una universidad y hoy tienen un título y se creen de "Clase Alta" pero también hay un pueblo con conciencia de clase aguantando y resistiendo, pero también esperando medidas efectivas, que acaben de una buena vez con esta horrible situación que hoy nos aqueja, siempre estamos a la espera de esa carta que pueda tener bajo la manga nuestro gobierno revolucionario, mientras tantos seguimos colocando la otra mejilla, pero no sabemos hasta cuando pueda durar esta paciencia.
En una sociedad politizada como la nuestra debemos estar atentos con el acontecer diario, lo que se haga o deje de hacer en la población se expresa también en votos, de apoyo, de rechazo e incluso en abstención que también es una forma de expresarse en lo electoral, una cosa es ver una realidad ficticia por el canal del estado o una mentira descarada por los canales privados, y otra cosa es lo que se siente en la calle, lo que se palpa en la opinión pública.
