La burguesía es partidaria de una sociedad en que las "jerarquías naturales", fuertemente acentuadas, se perpetúen gracias a la herencia de lo "robado" o a posiciones adquiridas. Pero el juego del mercado tiende a destruir los poderes que sobreviven a su justificación económica. Cuando invocan las "leyes naturales" del mercado, la burguesía trata de dar a mecanismos económicos el carácter intocable del sagrado dividendo.
La burguesía, exalta las "leyes naturales del mercado", sin decir una sola palabra de la planificación. La Naturaleza, es decir, la fuerza de las cosas, está allí, en el centro del manifiesto, para protestar contra "lo sacrílego" del Plan, contra cierta temeridad del pensamiento y la voluntad humanos: "No comerás el fruto del árbol de la ciencia, del bien y del mal, dice la Biblia, pues si lo comieres perecerás en el acto." El mercado sería, pues, un parapeto levantado por la Providencia contra la ambición de hombres y mujeres que pretendiesen, peligrosamente, escoger su porvenir.
En el socialismo, la misma desconfianza en el hombre y la mujer desemboca en el culto a la planificación coercitiva. Muchos "progresistas" sueñan aún instaurar una sociedad en la cual una burocracia omnisciente y depositaria del orden moral dictase a los consumidores las sabias decisiones que éstos son incapaces de tomar por su plena voluntad. Se diría, oyéndoles, que la masa desea únicamente afear sus tabucos y "adornar sus automóviles, que la verdadera causa de la crisis de la vivienda reside, menos en la congelación de los alquileres y en el desorden del mercado de terrenos, que un apetito desenfrenado de goces inmediatos, agravado por la docilidad a las consignas de la publicidad. Los socialistas se olvidan de buscar sus remedios en un aumento de la libertad, mediante una información mejor y una competencia eficaz. Se han acostumbrado al refuerzo de la reglamentación y a la administración de las actividades económicas.
En una sociedad libre, como la nuestra, el camino político no es único. Cada cual debe formular sus propuestas; nosotros hemos indicado la nuestra. Después, la discusión hace la luz y crea la fuerza. Con la única condición de que el tema de debate sea claramente reconocido y admitido por todos. Esta vez, dicho tema es bastante sencillo: es el desafío del capitalismo. Sólo nos queda comprenderlo, analizarlo, estudiarlo. Queremos que los venezolanos se sientan cada vez más dueños en la empresa, la institución, la ciudad, el pueblo, el campo, la región, la república, que se sientan dueños del país. Para eso se está haciendo la revolución, en aras de esto luchamos por el socialismo, lo defendemos en batallas cruentas. Ese es nuestro régimen, ése es el fruto de nuestros esfuerzos.
Dios es Burgués; distribuyó la capacidad intelectual a partes iguales entre los burgueses en el mundo entero. Pero, sin duda alguna, espera de nosotros que organicemos de manera "eficaz los recursos que nos ha dado el Cielo". Tal parece que esta falta de poder de orientación proviene de cierta esclerosis, de una especie de voluntad, por parte de los grupos dirigentes burgueses, de permanecer al margen del cambio. Éste es el problema de la burguesía.
"Más no discutáis con nosotros mientras apliquéis a la abolición de la propiedad burguesa el criterio de vuestras nociones burguesas de libertad, de cultura, de derecho, etc. Vuestras ideas son en sí mismas productos de las relaciones de producción y de propiedad burguesas, como vuestro derecho no es más que la voluntad de vuestra clase erigida en ley; voluntad cuyo contenido está determinado por las condiciones materiales de existencia de vuestra clase".
Señor Presidente: No basta que la "burguesía" nos exploten, que nos arrebaten el fruto de nuestro trabajo, que nos tengan sumidos en la esclavitud intelectual por la ignorancia, y en la esclavitud material por la miseria, y esto por la espalda, cuando saben que no podemos defendernos. La hermanísima repúblicagranadina, tiene doscientos años chupando de la teta de Venezuela. Vamos a buscar la comida al "supermercado", las colas son inmensa, la mayoría son "contrabandistas de extradición", de colombianos, "machaqueros" y todos los malandros llenan los supermercados del país. La comida la llevan fuera de Venezuela, para venderlas bien "caras" para Colombia e islas del Caribe. Para la "terceraedad" es terrible, con los "contrabandistas colombianos" y "machaqueros venezolanos", para conseguir comida con esas gentes, imposible.
"Sí, mayor divinidad, mayor sentido de plenitud espiritual existe entre quienes comparten su pan y su palabra insuficientes, que entre los sordos caballeros de añejo lustre más de sobrada prosa que, pudiendo servir a manos llenas, regatean y acaparan la justicia y el consejo. Porque la caridad es sentido de solidaridad y afán de distribuir. Distribuir ora cosas materiales, ora palabras útiles. Porque son monedas las palabras cuando se las ha puesto sentido creador. Y, sobre todo, caridad es respetar el fuero de la personalidad socialista".
¡Gringos Go Home! ¡Pa’fuera tús sucias pezuñas asesinas de la América de Bolívar, de Martí, de Fidel y de Chávez!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!