¿Hasta cuándo el Día de la Resistencia Indígena?

Crimen, Torturas, Masacres, Genocidio, Conquista. Capítulos del proceso de colonización perpetrado por el imperio español en nuestro continente. Algunos cronistas no pudieron callar ante las monstruosas formas que utilizaron los españoles para hacerse con todo lo que podían. Codicia y ambiciones personales fueron los motores de la España para acabar con el continente aborigen.

Por ello, hace ya varios años, en pleno apogeo político, justo después del golpe de estado de abril 2002 y poco antes del paro petrolero, el presidente Chávez en un gesto de absoluta legitimidad y reivindicando a nuestros indígenas y antepasados, declaró el 12 de octubre como el Día de la Resistencia Indígena. No era poca cosa aquella reivindicación, vivíamos momentos en los que el racismo y el odio hacia lo autóctono comenzaban a revelarse. Los intelectuales, esos que por años decidieron en reuniones elitescas todo lo que debía recordar y olvidar nuestra historia, alzaron la voz en contra de lo que llamaban, un insulto a la Madre Patria.

La historia de este día puede resumirse como el comienzo del genocidio de millones de habitantes americanos, que en inferioridad numérica y tecnológica lucharon contra un Imperio que desde México hasta la Patagonia, desangró y acabó con casi todos nuestros pueblos indígenas. El 12 de octubre no fue el inicio del descubrimiento, sino de la conquista y casi extinción de toda una civilización. Los indígenas vieron como sus familias eran masacradas, sus tierras ocupadas, su religión y lengua desplazadas y su dignidad pisoteada bajo la esclavitud aplicada por el imperio Español. Llamar al 12 de octubre el Día de la Raza, es el equivalente a denominar el Holocausto como el Día de la Limpieza Étnica con el consentimiento y defensa del pueblo judío.

Defender esta fecha como una celebración de la "hispanidad" o un "encuentro" entre mundos, bajo la inefable excusa de que toda nuestra cultura, lengua e historia se encuentra atada a la historia de España, es nada menos que aprobar la transculturación violenta de los pueblos. El 12 de octubre, el sol, ríos, montañas, dejaron de ser sagrados, la vida dejó de ser la comunión con la naturaleza, la lengua ya no expresaba el amor por lo que nos rodeaba, la historia dejaba de ser la ancestral y pasaba a ser la importada. El día de la Raza, fue el día del Arrase español…

Esta historia, de 523 años de antigüedad, para muchos es nueva. Por décadas nos enseñaron que debíamos admirar y sublimar a aquel hombre que sin querer llegó a nuestras tierras en busca de riquezas y que abrió grifos de sangre que no cesaron de derramarse durante siglos. Esa historia es la misma que ocurre hoy en día en África y el Medio Oriente con las invasiones a Libia, Irak, Afganistán y otros países que han sido saqueados y masacrados en nombre de la libertad; es la misma que ocurrió en nuestro continente en Panamá y Chorrillos, Chile y Allende, Argentina y sus Malvinas, Nicaragua, Honduras, Cuba y Venezuela; un intento de conquistar naciones por riquezas o deseos geopolíticos, disfrazado de luchas por la libertad.

Es increíble apreciar como después de 500 años de la conquista y genocidio de América, Los imperios actuales siguen utilizando las mismas excusas para colonizar y saquear países en el mundo. La batalla contra el Islam, las promesas de libertad esgrimidas para saquear y masacrar a los pueblos de África y el Medio Oriente, la alienación cultural que pretenden aplicar en nombre de la Globalización, son sólo ejemplos recientes de dicha manipulación y conquista en pleno siglo 21.

Todavía hoy, los Estados Unidos se pregunta por qué los atacan aquellos países que ellos ayudaron a liberar. Esa misma pregunta debió hacerla el español que cortó las orejas y nariz a un niño indígena que no quiso irse con él como esclavo, todo frente al cronista Bartolomé de las casas.

"Cuando se salían los españoles de aquel reino dijo uno a un hijo de un señor de cierto pueblo o provincia que se fuese con él; dijo el niño que no quería dejar su tierra. Responde el español: "Vete conmigo; si no, cortarte he las orejas." Dice el muchacho que no. Saca un puñal e córtale una oreja y después la otra. Y diciéndole el muchacho que no quería dejar su tierra, córtale las narices, riendo y como si le diera un repelón no más."

No se trata de culpar a los españoles actuales de los desmanes de sus antepasados, sino de dar una verdadera dimensión a lo que realmente ocurrió después del 12 de octubre de 1492. No les pedimos que celebren la invasión de Bonaparte, ni mucho menos que conmemoren el día que Hitler se reunió con Franco, sería igual de absurdo que celebrar a la Pinta, la Niña y la Santa María.

¿Hasta cuándo el Día de la Resistencia Indígena?

Esta legitimación del Día de la Resistencia Indígena, por parte del presidente Chávez, fue una de las muchas razones por las que su liderazgo trascendió nuestras fronteras. Sus reivindicaciones devolvieron a nuestros pueblos la intrahistoria y la historia robada y velada por décadas en nuestros países. Hoy algunos voceros de la oposición reclaman volver a la historia velada de nuestro pasado, anhelan celebrar el día con whisky y quesos en la embajada de España. Queda de nuestra parte resguardar la Revolución y cuidar el Día de la Resistencia Indígena de aquellos que quieren tapar la historia nuestra, la de los pueblos aborígenes de nuestro Continente.



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Moises González


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