Es indignante y odiosa ver la manipulación que Globovisión le ha dado al caso del sacerdote encontrado muerto en un hotelucho de baja estofa, en circunstancias, que por demás, no dejan lugar a dudas ni al más ingenuo de los mortales, de lo que estaba haciendo, y de paso, era "habitué" del lugar, de acuerdo a conocidos del mismo. Da rabia verlos tratando de desvirtuar las declaraciones que sobre el caso hiciera el Fiscal General de la República con el sólo propósito de informar a la ciudadanía la verdad verdadera, que aunque triste y dolorosa, es la cruda realidad.
Desde "su desaparición" denunciada por Baltazar Porras hasta el hallazgo del prelado de la iglesia católica, este concesionario del sistema radio eléctrico perteneciente al pueblo de Venezuela , no ha cesado de retransmitir una y mil veces las declaraciones descalificadoras y con un marcado tinte político, ofrecidas por los más altos jerarcas de la Iglesia hasta los curas parroquiales. Haciendo reposiciones continuas y contrastantes de las declaraciones que se hicieran en relación con el caso.
Globovisión, una vez conocida la decisión irrefutable del tribunal sobre los asesinos materiales del Fiscal Danilo Anderson, basados en las declaraciones de Jiovany Vásquez, están temblando como gelatina, ya que uno de sus socios se encuentra involucrado en la autoría intelectual del asesinato del Fiscal, arreciando el ataque, dirigiendo las baterías y recrudeciendo las críticas al mejor gobierno que jamás haya tenido Venezuela.
Han tomado la inseguridad personal como "bandera política y electorera" y con este último caso no han tenido paz con la miseria. Han hecho de esto un circo, que por bochornoso, ya cualquier sociedad del mundo habría exigido su desmontaje. Es la vulgaridad y grosería más grande que medio alguno haya podido hacer. La prepotencia y soberbia no los deja ver más allá de sus narices y tengo la certeza que esas transmisiones lejos de encontrar eco en la ciudadanía y hasta en los familiares causa repugnancia, ya que es el recuerdo permanente de lo que la Iglesia quisiera guardar con tanto celo.
Ha sido tanta la manipulación con el sólo propósito de desvirtuar los hechos que, incluso, uno de los pre-candidatos presidenciales Teodoro Petkoff pidió de inmediato la renuncia del Fiscal. ¡Habrase visto poca vergüenza! Me pregunto: ¿Con qué moral este señor hace señalamientos de un hombre de reconocida trayectoria personal, moral e intelectual como Isaías Rodríguez? De este galán de otoño puede decirse que su participación en las guerrillas fue bastante gris, pues se incorporó entre 1962/1963, cuando pensó que podía existir una posibilidad real de que la insurrección tuviera éxito y se le consideraba como uno de los más inteligentes y por lo menos uno de los más conspícuos miembros del Comité Central del Partido Comunista. Sin embargo, la participación más airosa de Petkoff fue la fuga del Cuartel San Carlos, sobornando al bodeguero Simón, de nacionalidad siria. Acto heroico que terminó por pisotear cuando estando en funciones de gobierno con Rafael Caldera, el árabe Simón, le envió una carta solicitándole alguna ayuda económica ya que estaba pasando por una situación difícil y él señor Petkoff le envió "100 US$", a la persona que le permitió salir del encierro carcelario. Lo demás que este señor ha hecho es historia reciente y por todos conocidas.
Viendo tanta miseria y cobardía en el trío que he mencionado, no me resta sino citar una frase de Montaigne... "...La cobardía es la madre de la crueldad..."
