Lo que hoy vivimos los venezolanos es una falta de capacidad política y solidaria

Existen muchísimas razones para interpretar lo que hoy vivimos los venezolanos ¿o es que acaso somos hoy en día el reflejo de una historia reconfigurada por el dominio de los poderes de afuera?, desde que los ibéricos nos mostraron su garra rebelde de ambiciones, nos convertimos en el borde de un sistema mundial, es decir, en periferia. Por eso, como siempre lo he afirmado en mis cátedras de Antropología: "somos de espíritu periférico porque somos una cultura periférica". De esta forma quiero interpretar "lo que somos" a través de este espacio comunicacional que me permite, gracias a que no soy víctima del control policial neoorweliano como en otros países occidentales de supuestas "culturas avanzadas", donde la seguridad nacional y el control policial, adormecen a punta de pistola y leyes preventivas, la mentalidad critica. Esto es una lucha entre el consumismo y la conciencia, entre el ayer y el hoy, entre el día para la lucha y la noche para pensar.

Por esta razón quiero avanzar enumerando varios aspectos que nos ayudarían a entender esto, de lo que tanto hablamos en las esquinas, en los cafetines, en las colas, en la taxis, en las academias, en los congresos reflexivos, para entender que lo que somos hoy en día es producto de la "cultura rentística y periférica":

1. No estamos solos en el mundo. Somos una milésima parte dentro contexto mundial. Somos parte de la geopolítica capitalista, por eso somos una parte asediada por el "dueño del mundo". Somos, de la misma forma, parte de una idea para cambiar la cotidianidad, la rutina y nuestra manera de pensar.

Desde 1492 somos lo que hoy seguimos siendo, un pueblo dependiente, con la presencia colonial en nuestras venas, hemos construido un país desajustado o bien desde la independencia o bien por el huésped capitalista quien nos amamantó de su néctar de sumisión cuando aquella columna gigantesca inundó la tierra un grueso chorro de petróleo un 14 de diciembre de 1922.

A partir de allí, Luis Manuel Urbaneja Achelpohl agrega en su inventario de palabras, el hombre deja lo cotidiano territorial agrícola para aferrarse al petróleo quien nos cambió la mentalidad y nuestro estilo de vida que se reflejó, indicando a Rodolfo Quintero, en cultura del petróleo, es decir, el rentismo, quien más adelante transforma al hombre en sujeto consumista, entregado al mercado y al control oligárquico dentro de una "soberanía neocolonial" para construir un proceso civilizatorio bajo el esquema neocolonial que, a través del nuevo discurso invasor, logró hegemonizar la expansión colonialista del capitalismo, programándose en la cotidianidad del territorio invadido para conformar la legitimidad del enclave capitalista, gracias a las complacencias del dictador Juan Vicente Gómez quien no solamente otorgó tierras a las grandes empresas petroleras extranjeras, sino que también otorgó nuestra conciencia y nuestra cultura al servicio del gran capital.

Nunca estuvimos preparado para administrar nuestras riquezas naturales y menos para administrar nuestro nuestros impulsos humanos. Hemos sido creados bajo esquemas de enclaves económicos, lo cual significa que si no hemos tenido capacidad de controlar nuestras emociones por el nuevo devenir, menos lo hemos tenido para controlar la experiencia que hemos acumulado. Con esto quiero significar que nuestra economía rentística nos convirtió en un Estado o petro-Estado siguiendo las órdenes del patrón capitalista.

Al reconocer toda esta realidad, que todos vemos con raciocinio, nos damos cuenta de que el petróleo diseñó un tipo de hombre para sujetarlo bajo el dominio hegemónico y reconociendo el aspecto que reflejamos, desde la primera invasión española, somos un país, antropológicamente hablando, sumiso y bien lleno de ansiedades, esto mismo es a lo que muchos eruditos lo llaman "efecto del modernismo". En Venezuela se creó el Estado, pero bajo el patrocinio de orden y progreso, Estado gendarme porque decía el presidente López Contreras, quien fue acosado en varias oportunidades por las masas laborales explotadas por las empresas petroleras, que era necesario tener un Estado gendarme o "gendarme necesario", el policía represivo necesario, para controlar al "pueblo" que estaba en la calle, porque ese pueblo aún no estaba preparado para el ejercicio de la democracia por su desigual formación y falta de representatividad para llevar a cabo la transformación que requería el país, aunque para ese entonces no existía ni la más firme voluntad transformadora de los gobiernos después de Gómez pero si había conciencia de los expertos extranjeros contratados por las transnacionales petroleras de que había que ser muy cuidadoso en el tipo de demandante social que estaba naciendo en las calles por el peligro de que ese demandante se convirtiera en un "sujeto histórico", definido como aquel ente social que es capaz de transformar su realidad y con ello producir acontecimientos históricamente relevantes.

Desde allí, nace el deseo y el orgullo de nuestro petróleo, no importa cuán sumiso seamos, lo importante es la comodidad de convertirnos en una mezcla occidental-criollo o criollo occidentalizado, pero como lo interpreta el sociólogo Edgardo Lander, "esa idea está profundamente instalada en la realidad y forma parte del ADN de los venezolanos". El resultado de todo esto es lo que estamos viviendo hoy en día: falta de solidaridad porque somos individualistas, nos domina el deseo de atropellar al vecino cuando sentimos envidia, de ayudar al sacrificado gobierno chavista que lo hemos dejado solo porque todavía creemos que al presidente Maduro lo colocó Dios allí para que nos resolviera nuestros problemas, eso es lo que muchos piensan y lo creen. Juzgamos sus errores cuando estamos acostados en un chinchorro viendo al país como se hunde, Gastamos y compartimos con los amigos un rato de licor a precios especulativos mientras hablamos de la especulación, compramos a cualquier precio un artículo o producto que no corresponde a la cesta básica a un precio inalcanzable. Eso es lo que somos, así nos diseñaron desde el inicio del "rentismo petrolero" y que gracias al petróleo el Estado venezolano se ha convertido en el salvador, en el que todo lo puede y todo lo hace, es, como dice Fernando Cornil Imber en su libro "El Estado Mágico", considera al petróleo como el mito persistente del progreso.

2. El momento actual, a pesar de la muerte del presidente Chávez, el pueblo venezolano aún vive sumido en la esperanza revolucionaria porque Chávez dejo un fuerte eco en su discurso y ese eco quedó perseverando en cada rincón del país. Todavía la estela de su voz retumba en la conciencia del pueblo. Es cierto que nuestro presidente Chávez dejo un país cargado de conciencia histórica, transformo la sociedad, refundo la patria, estructuró al país, lo convirtió en una referencia para América Latina y para el mundo. Recuperó a PDVSA, una instancia petrolera que estuvo durante muchos años al servicio de las transnacionales del imperio yanqui, pues hoy está al servicio del país, al servicio de la gestión pública aunque con ciertos entuertos, con grupos opuestos que están enquistados en los puestos claves gerenciales.

Chávez, creó un proyecto de país que se derivó en un proyecto de sociedad un poco más allá del capitalismo, gracias al poder de su liderazgo y de su capacidad como estratega. Su desaparición física ha generado un vacío que se sentirá por muchos años. Tan estratega fue el comandante que le dejó la herencia política a su hombre de confianza, al hoy presidente Nicolás Maduro, quien viene enfrentando una fuerte presión desde afuera y desde adentro. Toda la derecha socialdemocráta de Europa se ha volcado contra el proyecto impulsado por Chávez, igualmente el ambicioso imperio asesino del norte, con su fuerte amenaza invasora, también la derecha lambe botas del imperio, la ultraderecha latinoamericana, se ha solidarizado con la orquesta golpista. Estos han diseñado un escenario lleno de incertidumbres, conjuntamente con la ultraderecha venezolana y paramilitares colombianos. Han formado un estado de terror, un Estado Mundial contra nuestro proceso bolivariano. Han bloqueado la propuesta económica del país cuyo plan chavista es generar un nuevo modelo revolucionario, socialista de la producción, aquí entran en la escena los empresarios y comerciantes capitalistas o bien de la oligarquía colombiana o de la burguesía perdedora de Venezuela. Colombia es parte de la comparsa golpista.

Mientras estos acontecimientos suceden, estamos perdiendo un poco de fuerza solidaria. Los Consejos Comunales, la Comunas o cualquier grupo organizado del sistema bolivariano ha venido dando muestras de desarticulación, estos grupos están demostrando poca capacidad combativa, se han convertido en grupos parásitos que no han contribuido a diseñar el país que demanda el devenir y la Constitución del 99. Su misión es construir un modelo de participación y una instancia para transformar las estructuras coloniales del país.

Amigo lector, si has asimilado bien lo dicho en páginas anteriores te darás cuenta del por qué somos lo que somos hoy en día: nos diseñaron como seres consumistas, quien tiene mas, quien consume más para tener el privilegio y el reconocimiento social y aceptación del espacio donde vivimos

En el caso que nos compete se le atribuye a aquel o aquellos quienes más consumen lo hacen para demostrar que poseen lo suficiente y porque en ellos hay una sólida y aferrada cultura del consumismo.

La guerra económica que hoy vivimos es una medida fundamentada desde los más apartados rincones del imperio, bien planificado y buen orquestado, considerando que nosotros los latinoamericanos hemos sido objeto de análisis psicológico por parte de las más altas y acreditadas instituciones de altos estudios de la conducta humana y entre ellas están todas nuestras aspiraciones y necesidades, nuestra capacidad de decisión de solidaridad, nuestro nivel organizativo en nuestra vida cotidiana. Por ello, nuestra respuesta está en la historia y nuestra solución está, no en el gobierno, sino en nosotros mismos.

Lo que acredita a esta "revolución" son su fuerza armada, preparada y formada por nuestro comandante, formada en el sentido realmente patriótico y leal a lo que nos ha deparado el destino que es crear una sociedad de iguales donde el soldado habla y articula con su pueblo, ese es el verdadero sentido bolivariano.

En lo que atañe al partido de gobierno, el PSUV, es un grupo electorero, es solo un instrumento electoral "sin vida ni democracia interna" como lo dice Guillermo Almeyra en su artículo de opinión "Los problemas de Venezuela", publicado en el diario La Jornada. Ante esta situación, no proponen alternativas ni de lucha, de estrategia ni alternativas de esquemas de solidaridad "precisamente porque no tienen contrapeso en la participación y en la movilización independiente de los trabajadores y los pobres en general".

La lucha verdadera para contrarrestar toda esta situación económica, de especulación, bachaqueo y amenaza de intervención, se logra de la unión, de la sinergia entre las comunas, consejos comunales, estudiantes, trabajadores, amas de casa, bajo la dirección de un movimiento anti-invasor, anti-hegemónico o anti-bloqueo económico, es la manera de alcanzar la garantía de nuestra revolución y la del proceso de integración latinoamericana que diseñaron Hugo Chávez, Luis Ignacio Lula da Silva y Néstor Kirchner.



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Edgar Martínez-Castillo

Dr. en Ciencias Políticas


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