Una cuestión de dólares y poder

A los ojos del pueblo venezolano, la inversión de los "hombres de poder" es un problema oscuro y técnico, reservado a los especialistas de las finanzas y de la economía. El lugar que ocupa en la vida política es casi nulo. Su alcance escapa a la mayoría de los que se interesan por los asuntos públicos, e incluso a la mayoría de los gobernantes. Su sentido no es comprendido fuera de los círculos de iniciados; he aquí unas expresiones que estamos cansados de oír y que pierden sentido incluso antes de que su significado se haya hecho claro en las mentes.

Es un fenómeno sutil en muchos aspectos. Pues no asistimos al desbordamiento de una corriente de dólares que no encuentran empleo en Gringolandia y que se orientan hacia el "Dólar Today" por una coyuntura más o menos pasajera, sino –y esto es lo nuevo y lo más grave—al despliegue, en suelo venezolano, de un arte de la organización al que seguimos siendo ajenos.

El "dólar today" se ha convertido, para los hombres de negocios, en un nuevo Far West, y sus inversiones se traducen, más que en grandes transferencias de disponibilidades, en una toma de poder, en el seno de la economía venezolana. Las cifras globales no expresan, pues, suficientemente la acuidad del problema. Por esto, un grupo de economistas venezolano deberían realizando, desde hace un año, un análisis más detallado de la economía.

En cuanto a inversiones industriales, la participación de las empresas de Gringolandia en nuestro país se limita actualmente a menos del 10% de la formación bruta de capital de las empresas venezolanas. Esta observación debe completarse con el análisis del ritmo de progreso, actual de estas inversiones.

Se advierte una significativa asimetría entre las inversiones de los venezolanos en los Estados de Unidos, que suelen tener carácter financiero, y las inversiones de los gringos en Venezuela, que constituyen, casi siempre, una toma de control.

Es una regla de carácter histórico: cuando un país es, política y económicamente, el más fuerte, prefiere las inversiones directas (toma de control) en los otros países. De esta manera, migraron a antaño a África los capitales europeos, no con fines de colocación, sino para ejercer poder económico y explotar los recursos locales. Pero el contrario, los países económicamente débiles, siguiendo una ley clásica, ven emigrar al extranjero sus ahorros líquidos en forma de colocación de dinero en países más fuertes. Es lo que actualmente ocurre con los titulares de rentas elevadas en los países subdesarrollados de África, con relación a Europa.

Lo más visible es el carácter estratégico, por decirlo así, de la penetración industrial americana. Esta elige, uno a uno, los sectores caracterizados por una tecnología avanzada, por un ritmo veloz de innovación y por un elevado coeficiente de crecimiento.

El país que compre en el extranjero lo esencial de su equipo electrónico se hallará en una situación de inferioridad semejante a la de aquellas naciones que, hace un siglo medio, fueron incapaces de dominar la mecanización del trabajo. Estas naciones se encontraron, durante largo tiempo, fuera de la civilización, por muy brillante que hubiese sido su pasado.

¡Chávez Vive, la Lucha sigue!

¡Viviremos y Venceremos!



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Manuel Taibo


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