La contrarrevolución no deja de sorprendernos, cómo es posible que diputados en gestión tienen cuatro años negando leyes y créditos adicionales al pueblo y se presenten como el cambio.
Cambio hacia dónde, no es cambio, es un retroceso, pero ellos se escudan con eslogan, con frases bonitas, con miedo, siempre han sido nada más que mediáticos, han subsistido por los medios de información. Quitenle por tres meses los micrófonos y las cámaras y la oposición desaparece porque no tienen pueblo, sino clientes.
La campaña electoral lo demuestra donde no pueden concentrar ni 100 personas originarias del sector dónde llaman, si de verdad dicen que ganarán dónde está entonces el pueblo en la calle.
Dónde están los campesinos, las amas de casa, los sindicatos, los estudiantes, los obreros, los transportistas, es decir dónde está el gran pueblo que dicen que va a votar por mayoría a favor de la derecha.
Ellos están confiados en la abstención chavista y en el voto castigo, gracias a la gran estrategia de la guerra económica. Pero no nos confiemos, está guerra económica caló, le movió el piso a los revolucionarios, sólo faltó que le quitarán la cerveza, pero no se atrevieron porque por ahí se compensa economicamente y también mantener, según la oligarquía, ebrios a los marginales para distraerlos y así controlarlos.
La derecha apela a varias estrategias, la principal, la violencia, ese es su móvil, generar odio, impotencia, aprovechando la disociación del fraude.
Sólo imaginemos que la oposición logre mayoría parlamentaria, harían desastre. Allí el chavismo sería oposición, no como gobierno sino en algo tan vital como el piso jurídico con el que nació está revolución.
Esa es la flaquesa de las revoluciones en otras naciones que no le dieron fundamento jurídico, es decir no hubo constituyente donde cada país tuviera juridicamente el fundamento, que tuviera constituyentemente el país que se quiere, veamos Argentina, una revolución que avanzó pero en el aire, sus logros no tienen ahora piso jurídico, por eso Macri y la ultraderecha acabará con todo, hasta sacará de las cárceles a los esbirros presos de la dictadura.
Pero aquí no, si en un negado caso la derecha tuviera la mayoría parlamentaria y comenzarán a derogar todas las leyes del pueblo, sus logros y luchas alcanzadas, se van en contra de la constitución y de un pueblo constituyente.
Por eso la ultraderecha apela a la intervención norteamericana o la OTAN, porque la oposición no podrá con este pueblo encendido y nos echará los esbirros extrajeros logrando a que esta nación repita escenarios como los de Irak, Siria, Afganistán, etc.
Tenemos una derecha antipatria, anti Venezuela, que no están midiendo el impacto de un conflicto de esas magnitudes.
El cambio que pregonan es el mismo decreto de Carmona Estanga, acabar de un plumazo la revolución a punta de bombas y fusiles, no somos ingenuos, Chávez nos formó profundamente y nos alertó bastante.
Que no se equivoquen, que dejen de subestinarnos tanto.