Al Pueblo De Venezuela y Pueblos del Mundo,
A las Comunidades Organizadas y Autogobiernos Populares,
A las Organizaciones, Movimientos y Fuerzas Populares y Revolucionarias,
A los Medios de Comunicación, Nacionales e Internacionales,
A la Opinión Pública, Nacional e Internacional,
A todos y cada uno de quienes luchen por la Vida,
Al Mundo entero,
Hermanos y Hermanas:
¡Que reviva nuestro Simón en cada revolucionario de América!
Nuestro Simón, quien fuese digno de ostentar el excelso título de El Libertador, nació un 24 de julio de 1783, en el seno de una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt.
ya en 1805, afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; suministrando, además, una base ideológica al movimiento mediante sus propios escritos y discursos.
En 1810, se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión.
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas. Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Boves, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.
Bolívar idealizaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó el territorio de la Audiencia de Quito (actual Ecuador) en unión de Antonio José de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, José de San Martín, que había liberado Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú. Ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas (pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder (poco después se marcharía a Europa) y dejando el campo libre a Bolívar.
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes del país (1823). En 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia).
Simón Bolívar, El Libertador, máximo exponente de la lucha por la independencia y unión de Latinoamérica, siendo expulsado de su propia Patria por la oligarquía y traidores, murió el 17 de diciembre de 1830 en la Hacienda de San Pedro Alejandrino, ubicada en las afueras de Santa Marta, Colombia; Hacienda que, irónicamente, era de un español, Joaquín de Mier y Benítez, quien se la ofrece para que se recupere de sus males. Muere viendo desvanecer sus esfuerzos que en vida adelantó por unificar a toda la América en una Patria Grande.
Hoy, nosotros, sus descendientes, retomando su juramento de Monte Sacro,
¡Juramos delante de nuestro Libertador, que no daremos descanso a nuestros brazos, ni reposo a nuestras almas, hasta que hayamos roto las cadenas que oprimen al pueblo por voluntad de la burguesía!
Rescatando la Soberanía Política Revolucionaria del Movimiento Popular e impulsando la construcción de un Nuevo Modelo Político Popular y Revolucionario para nuestros pueblos, más allá del Estado y del Capitalismo,
Con los Pueblos del Mundo, ¡Venceremos!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 523 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 205 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Popular, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Ecologista y profundamente Humana.