A mi presidente Nicolas Máduro ¿Dónde está mi Presidente?

¿Dónde está el Presidente? ¿Dónde está mi Presidente? Estoy acostumbrada a verlo por la televisión, escucharlo por la radio, leerlo por twitter,… ¿dónde está mi Presidente? Desde hace diecisiete años me acostumbré a saber que un Presidente, y no una momia de sentimientos indescifrables, se comunicaba con todos nosotros, los ciudadanos de este país, por todos los medios posibles; y no es cualquier país, sino un país que se traspasa de emocionalidad (buena o mala, desgraciadamente), que necesita de escuchar y ser escuchado. Ver al Presidente a diario debe ser una exageración propia de los venezolanos, no importa si son chavistas o no. Es más, a los escuálidos les gusta tanto hablar del Presidente (muy mal, por supuesto), que si en una conversación, feisbu, tuiter, periódico, o lo que sea, no sale el tema del gobierno, como que no es algo importante. Pero, ¿dónde está mi Presidente? Ya me fastidian esos intelectuales 2.0, que me caen como copita de mondongo cuando hay dolor de estómago; también esos exministros descamburados, que no hablaban cuando estaban en el coroto; ni quiero seguir viendo a sospechosos gorditos engominados andar de aquí para allá formando gobiernos de coalición ellos solos; y mucho menos, seguir la demasía de gafos patéticos, cual más gallo o menos pollo, según sea el caso, escualidando por televisión o prensa. Ya sé que el 6-D es producto de la imposible gestión frente al imperio más poderoso de todos los tiempos, sumados a los errores internos de la revolución, que incluye desaciertos de flojos y sinvergüenzas, corruptos sin visión de país, que nos llevaron directo a quienes ahora son "la natural consecuencia". Soy una simple mujer, y lo comprendo. Pero, como simple mujer, y simple mujer chavista, pregunto, ¿dónde está mi Presidente? No quiero ver más a intelectuales 2.0, ni exministros visionarios del pasado, ni gorditos engominados, ni mucho menos despelucados escuálidos mostrando la amenaza de su futuro "gobierno" asambleísta… ¡Yo quiero ver a mi Presidente, Nicolás Maduro!, el único que me dejó mi Comandante Chávez el 08 de diciembre de 2012, y no otro. Hasta que el pueblo lo quite, ése es, y no otro.

Aquí no hay gobierno de grupo de representantes, ni"los mismos diez carajos de siempre", como bien lo dijo cabeza e "Mango". El Presidente es Nicolás Maduro Moros, a quien también, y, aprovechando la oportunidad, le dimos un espaldarazo histórico casi seis millones de votantes en nuestro país. No somos cualquiera eligiendo cualquier cosa; nosotros no salimos a votar desperdigados entre adecos, primeromaricas, voluntadimperial, adornosdemesa, cualquiercosaquepase, borrachitopodrío,… Nosotros votamos por la Revolución, con todas sus deficiencias y naturales inconsistencias (jugadoresdesilla, carevergasdesiempre, de los cuales nos ocuparemos en su momento, por sinvergüenzas...); votamos con mucha conciencia y seguridad, por una esperanza de fuerza americana, un cambio de pensamiento y de época; votamos porque creemos en nuestro modo americano de ver el socialismo, y por eso votamos contra los medios que nos producen como consumidores; votamos porque en el seno de la revolución puede darse el cambio, la reflexión, la construcción de un nuevo mundo que sí es posible, y no tan sólo conformarnos con ser un recodo en el camino del mundo, lleno de seres apacibles frente al sistema capitalista. Aquí, en esta vida, estamos para morir, Presidente, de una u otra manera. Chávez nos dejó un legado, pero mi Comandante murió y hay que decirlo y aceptarlo para que no sigan manoseándolo tanto. Y en esa ruda y cruenta realidad, nos lo dejó a Usted para que no estuviéramos solos en esta lucha nuestroamericana. Casi seis millones de personas votamos por este proceso revolucionario; votamos sin duda alguna y sin ver para ningún otro lado; ni tampoco fuimos a buscar cualquier excusa pendeja para conservar un rincón de comodidad. Aquí estamos, mi Presidente, con Usted; y Usted sabe, tanto como yo, que pertenecemos a un pueblo noble y a una tierra de libertadores, ¡así que no se me atrinchere, mi Presidente, que ahora el Comandante es Usted!

 

saracolinavilleg@gmail.com

 



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Carolina Villegas

Investigadora. Especialista en educación universitaria

 saracolinavilleg@gmail.com

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