A pesar del tiempo transcurrido desde entonces, los ataques terroristas a las Torres Gemelas y al Pentágono, siguen envueltos en un manto de duda que ensombrece la versión oficial de los hechos.
El atentado “justificó” invasiones genocidas sobre Afganistán e Irak, mientras en el país del norte, la población era bombardeada con una agresiva campaña desinformativa, aderezada con estados cromáticos de alerta que condicionaron el favor de la opinión pública a la guerra de retaliación contra pueblos inocentes.
Contando con el apoyo de las transnacionales de la información, Washington esquematizó la Cultura Oriental en una burda matriz de terror, difundida desde la Casa Blanca hasta Hollywood.
Alimentar el odio y la angustia no fue difícil, en una sociedad desinformada como la estadounidense, incapaz de distinguir diferencias entre un sik y un musulmán.
Consecuencia del terrorismo psicológico con que sometió a su propia gente, George Bush logra repetir en la presidencia, desde donde pretende consolidar su temible modelo de dominación hegemónica. Bajo la égida sumisa de la ONU, Mr. Danger se atribuye el poder omnímodo de establecer quien es terrorista en éste mundo; los países rebeldes al coloniaje conformamos un “eje del mal” para quien, acorralado en una guerra que no puede ganar, amenaza al planeta con “acciones preventivas”, seguramente más crueles que los “daños colaterales” causados.
En este orden de ideas, no es casual que el elegido de USA en Venezuela haya salido al ruedo electoral con la consigna “Sin miedo”. Tampoco es coincidencia la forma dócil como el candidato se subordina, con gran desprecio por el pueblo venezolano, a la nueva política de terror global impuesta por el gigante del norte.
¿A que miedo se refiere Teodoro? Sabemos que no es al bombardeo de los niños de Irak. ¿Será al que vivimos cuando se escondía del gobierno de Rómulo, en las casas de ingenuos que arriesgaron nuestras vidas y familias para protegerle? ¿O estará evocando las persecuciones, torturas y asesinatos que sufrimos en la cuarta, por las manos ensangrentadas que ahora comparten su mesa?
¿Tendrá el slogan alguna relación con la impunidad de los crímenes cometidos en el golpe por sus actuales aliados?
Quizá la frase sea una remembranza del asedio a la embajada cubana en Caracas, ejecutado sin miedo, también en abril, por los escuadrones del Duce Primero de Baruta. Me viene a la mente la gesta heroica de guarímbas, conspiraciones paramilitares y atentados como el de Danilo, financiados sin miedo por la CIA.
Pero a lo mejor, el llamado del candidato solo es para que nos atrevamos a enfrentar de una vez por todas, a esas señoronas disociadas que nos atormentan en el supermercado, gruñendo contra el rrregimen del zambo de Barinas.
En lo personal me inclino a pensar, que muy probablemente, el Don esté apelando en su original lema de campaña, al sobrado valor con que la heterogénea y disminuida masa opositora venezolana está siempre dispuesta a entregarle el país al Imperio.
arq. Daniel Córdova Tofano
cordovatofano@hotmail.com