La decisión del Consejo Nacional Electoral de declarar sin lugar la impugnación de las elecciones parlamentarias, le otorga más fuerza a la institucionalidad de la nación, aunque da la razón a los adversarios del proceso bolivariano. La respuesta concordante de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia es inminente. En ese sentido, la Asamblea Nacional recién electa y en manos de la oposición se plantea utilizar la vía constitucional para destituir al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro.
Utilizar el precepto constitucional es un acto democrático. El referéndum revocatorio presidencial fue activado por los mismos actores contrarios de hoy durante el año 2004 contra el fallecido Presidente Hugo Chávez. También está la enmienda constitucional, estos son los dos métodos más discutidos por el ala opositora. Ahora bien, el dictamen del TSJ, que limita las funciones contraloras de la AN, tienen que ver con un problema de interpretación en la ejecución de derechos y de las normas para ejercerla. Es parte del conflicto de poderes generado por el triunfo de la oposición el 6 de diciembre de 2015
La ejecución de las políticas en función de un concepto del equilibrio social bajo un estado de derecho y de justicia, donde necesariamente tiene que reivindicarse a los pobres, los necesitados, los excluidos, siempre tuvo una férrea negativa de sectores internos del país y externos al territorio nacional. Sumándose a esto, la declaración de un gobierno de carácter socialista, guiado por el pensamiento basado en el árbol de las tres raíces representado por Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.
El carácter anti imperialista del proceso liderado por el Comandante Hugo Chávez, siempre sufrió los embates de la casa blanca, los presidentes de los Estados Unidos, George Bush padre e hijo y actualmente el Presidente Obama, condenan a Venezuela. Barack Obama acaba de declarar que nuestro país "sigue siendo una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos" y en el diario New York Times, recientemente anuncian un golpe de estado en puertas contra el primer mandatario venezolano Nicolás Maduro. Lo que claramente indica una conspiración internacional para acabar con el gobierno de Venezuela.
El problema político se une a la gran crisis económica de la nación, la República Bolivariana de Venezuela enfrenta una inflación galopante, especulación, carestía de productos alimenticios y la corrupción que ha permitido debilitar las bases de apoyo social al proyecto bolivariano que para muchos es inviable. La canasta básica en más de 150 mil bolívares indica que es necesario estabilizar la economía. Reconocer los errores y desarrollar el plan productivo nacional que permita la verdadera siembra del petróleo, que hará menos pesada la carga.
¿Saldrá el Presidente Maduro del poder? Eso lo decidirá el pueblo venezolano. La solución a esta grave crisis no es sencilla. Hay elementos que favorecen a la derecha para que tome el poder, pero su permanencia en el gobierno será muy breve si gobierna para los ricos, pues el pueblo venezolano despertó (carmona estanga duró 47 horas en la presidencia durante el golpe de estado en abril del 2002)
Creo que el discurso político debe estar ceñido a la realidad contemporánea, totalmente ajena a las últimas décadas del siglo XX. El reacomodo del gran capital y del imperialismo fortalecido en la OTAN, obliga a una nueva estrategia de las fuerzas de transformación. Por ello es necesario y obligatorio el debate sobre el derrumbe de la Unión Soviética, el modelo mixto de la República China, el restablecimiento en Cuba de la iniciativa privada y las relaciones con el gobierno de Estados, la crisis económica en Venezuela.
Preguntemos: ¿Es el socialismo la vía correcta para desarrollar a Venezuela en este momento?¿Es viable un método de producción acordado entre todos los factores?¿Retrocederá el país al viejo poder de las cúpulas aliadas a Estados Unidos?