Que si lo de los mineros fue una masacre, o fueron paramilitares, escoge, la polarización piensa por ti de inmediato, para ahorrarte el trabajo de tener que pensar. Que si debemos liberar el control de cambio o debemos tener aún más controles, tranquilo, la polarización te lo pone fácil, no te esfuerces en investigar. Que si Leopoldo es un santo o el monstruo de Ramo Verde, gracias a la polarización no tendrás que pensar, sólo escoger. Que si debo dar gracias al gobierno por el aumento de salario o si ese aumento es una desgracia ya que no ha ingresado a tu bolsillo cuando ya se lo comió la inflación, no te preocupes, la polarización te la pone fácil, y si te descuidas también escoge por ti. Que si Chávez es el culpable de la crisis que hoy vivimos o no existe ninguna crisis, lo tienes resuelto, puedes buscarlo en la página web de la MUD o del PSUV y ellos responderán por ti.
La cúpula política polarizada no quiere que pienses, que investigues, que tengas criterio propio, quieren pensar por ti, decirte lo que debes o no hacer, para que seas un autómata con derecho a votar. Cuando el debate político es secuestrado por exclusivamente dos actores y se cree que sólo debe ser entre ellos, apoyados por los medios de comunicación, la tendencia es al maniqueísmo y al conflicto existencial, pero cuando nos damos cuenta que en política somos más de tres, entonces el pluralismo garantiza la democracia, la igualdad y la libertad. Las posturas polarizadas per se son de quienes tienen flojera de pensar por si mismo o responden a una fuerte extorsión.
En Venezuela el gobierno y la oposición pueden estar negociando con el mismo actor: Los Estados Unidos de América, o pueden estar pactando llegar al Referendo Revocatorio para salir de Maduro, pero como lo que da rédito político según sus cúpulas es el antagonismo, ninguno de los actores aceptará que hacen lo mismo, porque son lo mismo, al menos que una voz distinta, que un actor político distinto emerja con el fin de demostrar que en Venezuela no sólo existe diversidad de pensamiento, sino que se ejerce.
El juego es perverso, porque si no reproduces los discursos oficiales de la polarización, entonces eres un apatrida, quinta columna, o eres un comunista, maburro. Y la mayoría de nuestro país, sin representación política real, al final termina cayendo en el juego para evitar la exclusión. Hoy en Venezuela no existe persuasión política como estrategia, sino exclusión como método de imposición, y eso es por los dos polos.
En estos días he leído un escrito de estimada aunque hoy distante Mary Pili Hernández, en donde después de pedir perdón mil veces por pensar distinto, propone algo que va en contra marcha de la política de gobierno, se atrevió a pensar fuera de la polarización, y podré o no estar de acuerdo con su propuesta, pero lo que es incomprensible es que sienta culpable por pensar distinto.
¿Cuántos piensan distinto y no lo dicen? ¿Cuántos reproducen el discurso oficial polarizado por sobrevivir? ¿Qué esperamos para rebelarnos y tener el derecho de decir lo que pensamos sin que eso implique exclusión o despido?