Conspiración criminal

¿De qué infamia no será capaz una oposición que, en unión con empresarios inescrupulosos, es capaz de esconder productos alimenticios? ¿De negarle a la gente aquellos cuya escasez o desaparición puedan causarle las mayores angustias y sufrimientos posibles? No creo que en su delictivo afán de derrocar al gobierno y apoderarse de éste, se abstengan de nada. Ni siquiera de emplear los procedimientos más ruines y repugnantes que a sus mentes enfermas se les pueda ocurrir, no importa los estragos humanos que tales acciones puedan causar. Y para probarlo, ahí están los abominables sucesos del 11 de Abril. Como se recordará, ese día, y con el propósito de derrocar un gobierno legítimo, producto de elecciones libres y transparentes, organizaron y ejecutaron una espantosa masacre. Una matanza como no se recuerda haber ocurrido en la historia reciente -con excepción de las perpetradas en Colombia por Belisario Betancourt y la United Fruit-, en este continente. En ese trágico día murieron en Catacas más de 20 personas y un número muy superior resultaron heridas. La mayoría de los cuales, como se sabe, no pertenecían a ningún bando político. Hecho, que por lo demás, les importaba un cipote a los terroristas, por cuanto lo único que les importaba era crear un clima de consternación nacional, una conmoción, que justificara un golpe de estado que poco después de esos sucesos sangrientos perpetrarían. Después, como es del dominio público, vinieron las numerosas guarimbas que, como los sucesos de 11 Abril, han causado una enorme pérdida de vidas, y de bienes.

Hoy, en vista de que las balas no les han dado los resultados que esperaban, han cambiado de estrategia y en lugar de matar con disparos a la gente han decidido matarlas de hambre y necesidades de todo tipo. Al respecto, quiero decir lo siguiente. Si había una persona escéptica en relación con la guerra económica que el gobierno ha venido denunciando como la causa del desabastecimiento y del consiguiente alto costo de la vida, ha sido este modesto servidor, quien incluso publicó un artículo en el que negaba la existencia de esa guerra. Y no sólo eso, sino que la calificaba como una vulgar excusa del gobierno para justificar su fracaso al frente del país. Sin embargo, últimamente han ocurrido dos hechos que me han convencido de lo contrario, es decir, que la guerra económica sí existe y que la desaparición de la crema dental y del jabón las Llaves, junto con la desaparición de otros productos esenciales, forman parte de esa guerra. .

En cuanto a la crema dental, tanto ha llegado a escasear este rubro, que no han sido pocas las veces en las últimas semanas que hemos tenido que apelar, para enjuagarnos la boca, al bicarbonato de sodio y algún enjuague que teníamos de reserva por ahí. Y lo sorprendente no es tanto que el dentífrico haya desaparecido en la forma tan repentina como lo hizo, porque la verdad es que fue algo completamente inesperado. Ya que no sucedió de una forma gradual, como a veces ha ocurrido con otros productos, que para disimular, aparecen y desaparecen antes de evaporarse definitivamente, sino de una forma si se quiere violenta. Lo cierto del caso es que los trabajadores de Colgate tienen razón al denunciar que esa empresa golpista no ha dejado de producir. Que está produciendo, y lo prueba el hecho de que la crema se consigue en el mercado informal, o sea, con los buhoneros, pero sólo en sus presentaciones más grandes y a unos precios increíblemente elevados. Dos pomos que compré me salieron por 2200 bolívares. ¿Qué indica esto? Que es falso que la empresa carezca de materia prima, porque si no, no estuvieran produciendo la crema en ninguna de sus presentaciones. Bandidos.

Lo mismo ocurrió con los fabricantes del jabón Las llaves, que las personas empezaron a usar en sustitución de los jabones de baño desaparecidos. Pues estos degenerados, tan pronto se enteraron de que la gente no había dejado de bañarse por falta de jabón, pues había encontrado en las conocidas pastas un sustituto más o menos eficiente, más rápido que inmediatamente la desaparecieron del comercio formal para dárselos a lo buhoneros, a los cuales, por cierto, no se les arruga el ojo para destripar a la gente. Sólo una pasta de este jabón la están vendiendo en las Pulgas "al módico" precio de 600 bolívares. Todo lo cual demuestra, de una manera irrefutables, que la desaparición de productos del mercado nacional no obedece a causas económicas lícitas y justificables, sino a un infame deseo de los fabricantes de estos productos de crear descontento y malestar entre la población. Y ello, con la perversa intención de desplazar del poder al gobierno actual. Y no sólo eso, sino instaurar en su lugar otro de la oposición, más complaciente con sus desafuero contra los consumidores. Es decir, que se trata de un desabastecimiento con innegables con fines políticos.

Ahora, nadie les niega a estos despreciables sujetos el derecho de participar en política. Lorenzo Mendoza, cabeza visible de la criminal ofensiva que los sectores reaccionarios adelantan contra el país, si quiere participar en esta actividad, pues que se vaya a la MUD y empiece a actuar públicamente, a la vista de todo el mudo. Esta es la manera decente de actuar, y no escondiéndole los alimentos y otros bienes a la población para luego salir diciendo, a través de serviles medios de comunicación, que el culpable es el gobierno. E·so solo se le puede ocurrir a sujetos en el último de grado de depravación moral; es decir, a quienes como él no dudan en utilizar los sacrificios y angustias de nuestro pueblo en aras de sus aviesas y torcidas ambiciones.

Y en cuanto al gobierno, diera la impresión de que se encuentra resignado ante la avasalladora dinámica de los acontecimientos; en este sentido, pareciera pensar que no hay nada qué hacer. Sin embargo, una cosa es que no haya nada que hacer y otra muy distinta que no se sepa qué hacer. Y es esto precisamente lo que al parecer ha venido ocurriendo. Porque resulta inconcebible, por ejemplo, que muchos rubros alimenticios lo estén expendiendo los bachaqueros a plena luz del día y a precio de pesadilla, y que no se les impida tal actividad, que no se les detenga y a través de ellos averiguar quienes son lo que les suministran la mercancía. Bastaría sólo con agarrar la punta del rabo de estos bandidos para dar con sus cabezas. En esta urbanización, por ejemplo, existen como seis casas donde se realiza este comercio ilegal. Todo el mundo los conoce, y sin embargo, continúan con la mayor impunidad vendiendo el kilo de azúcar y el arroz a 450 bolívares. Y es un precio que no se detiene allí sino que a veces lo incrementan hasta dos veces al día.

No sé de qué manera esta situación pueda ayudar al gobierno en sus aspiraciones de mantenerse en el Poder. La lógica más elemental indica que en lo absoluto, que si hay algo que conspira ferozmente contra ese deseo es el alto costo de la vida, ya que no hay nada más efectivo para tumbar gobiernos, como quedó demostrado el 6D, que el elevado precio de los alimentos. Sin embargo, la absoluta indiferencia que las autoridades nacionales y regionales vienen adoptando frente a este problema, pareciera indicar que esa lógica, a la que tanto tiempo se le dedica en las cátedras de filosofía, está equivocada. Debían aprender de Omar Prieto, alcalde de San Francisco.

Ahora, la cuestión de si el gobierno se mantiene o no en el poder, es absolutamente irrelevante. Lo realmente importante, lo que en realidad nos hace escribir esta nota, es lo que está en juego en estos momentos cruciales de la vida venezolana: la democracia. Un bien que sólo lo que hemos sufrido la falta de ella, podemos valorar en su real y trascendental importancia. De allí que los que no escriben un artículo en esta página sin poner como objetivo del disparo al gobierno, debían pensarlo mejor, no vaya a ser que sin proponérselo le estén haciendo involuntariamente el juego a los verdaderos enemigos de un sistema de libertades que tantos sacrificios en vidas ha costado. Y con esto, no es que estemos planteando callar irregularidades que, por su gravedad, podrían ser incluso peor para la democracia que las mismas críticas. No, hay que denunciar esas irregularidades, pero con el cuidado de que de ellas se puedan beneficiar los enemigo de la de la democracia, que no es, desde luego, el gobierno.

Y en relación con quienes nos gobiernan en estos momentos, es evidente que tienen que efectuar profundas y sinceras rectificaciones. Porque de no hacerlas, de insistir en actitudes que lo que han hecho es agravar hasta lo indecible la situación general del país, los verdaderos responsable de que la democracia se pierda van a ser ellos, con todas las consecuencias que de ese hecho se puedan derivar, entre otros, la llegada del fascismo betancurita al poder y la pérdida para siempre del país. Por ejemplo, esos fulanos motores no son la respuesta a los problemas que en estos momentos estamos confrontando. Son por el contrario, tenemos que decirlo, un subterfugio, una maniobra distraccionista, para evitar la adopción de medidas que la coyuntura del momento está reclamando a gritos; una coyuntura que, como lo dijimos, mantiene por el momento el precio del azúcar y el arroz a 450 bolívares. En este sentido, no está demás recordarlo que las posiciones inflexibles en una guerra conducen inevitablemente a la derrota. De allí, que un general que no sepa qué posibilidades tiene de ganar o perder una batalla, que no sepa cuando hay que cambiar de estrategia, incluso que ignore cuando hay que avanzar y cuando efectuar un repliegue táctico, necesariamente tendrá que ser un general fracasado.

P/S: A riesgo de extenderme demasiado, voy a transcribir un texto que un poco quijotescamente redacté, reproduje y distribuí entre algunos familiares y amigos. Y lo hice, porque a pesar de la innegable importancia del tema, el gobierno consideró innecesario darlo a conocer, lo cual considero una omisión verdaderamente insólita. Ese texto tenía por título La ley de amnistía.

Como es del conocimiento público, la oposición en la Asamblea Nacional está tratando de aprobar -de hecho ya la aprobó en primera discusión- una ley de amnistía, mediante la cual saldrían en libertad sujetos responsables de las llamadas guarimbas. Acciones terroristas que dejaron a su paso una gruesa estela de dolor, destrucción y muerte. Se trata, como es fácil apreciar, de una iniciativa legislativa que de prosperar, los hechos que tradicionalmente hemos considerado como delitos, dejarían de serlo. Y así, actos y acciones cometidos incluso contra las personas como asesinatos, violaciones, secuestros, delitos de narcotráfico y otros más, como el porte ilícito de armas, fabricación y utilización de explosivos, etc., si se alega que se cometieron con fines políticos, dejarían de ser delitos y por lo tanto dejarían también de ser perseguidos por la ley; es decir, que quedarían impunes, sin el castigo correspondiente. De manera que el monstruo que asesinó a la joven trabajadora de Venevisión y al hijo que llevaba en su vientre, en virtud de este adefesio legal, saldría muy orondo en libertad, como si no hubiera hecho nada, porque hasta el expediente habría que borrárselo. Otro tanto ocurriría con el paramilitar colombiano que descuartizó estando con vida a Robert Serra, también esta bestia saldría en libertad. Los que intentaron quemar un preescolar abarrotado de niños, los que degollaron unos motorizados con guayas tendidas a ambos lados de una carretera, el culpable de estas y otras y muertes y más de 80 heridos, o sea, Leopoldo López , todos estos criminales se verían perdonados de sus horrendos crímenes por sus secuaces de la Asamblea Nacional. Ahora, unas preguntas: ¿podría alguien sentirse seguro en un país así? ¿Sentirse seguro sin saber en qué momento la violencia política podría alcanzarlo a él o a cualquiera de sus familiares? ¿Sin saber en qué momento aparece un grupo de vándalos y con bombas molotov traten de quemar su vehículo o autobús con usted adentro, como infinidad de veces lo han hecho? Creemos que no. Entre otras cosas, porque la violencia es ciega y ataca indiscriminadamente, llevándose por delante seres inocentes de cualquier edad y sexo.¿ Y toda esta barbarie por qué? Por tratar de derrocar un gobierno legítimo, democráticamente electo.

La visita de Obama a Cuba viene a demostrar que todas las barbaridades que Estados Unidos decía contra el país caribeño eran horrendas mentiras.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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