13 de Abril…¿no volverán?

Estos días de abril son de recuerdos, para casi todos gratos, para casi todos ingratos también, gratos porque un sector del país, ese caracterizado por su arrogancia y desprecio hacia el pueblo, pudo desplazar del poder a un presidente que, con todas su imperfecciones, estaba intentando construir un nuevo camino hacia el progreso y la justicia social, y conquistar nuevamente la máxima instancia de poder de la nación para imponer su visión de sociedad –que de hecho es la que vivimos-, pero que ingratamente, para ellos y para los que creen que ellos los llevaran a un país mejor, vieron como una oleada impresionante de venezolanos, contra todo pronóstico, se arrojaron a las calles a defenderlo y reclamar su regreso al poder usurpado.

Para quienes mantenemos nuestra esperanza en la Revolución Bolivariana, estos días también conjugan sentimientos contradictorios, porque vimos como con total impunidad una clase política –y sus amos económicos- dieron al traste –momentáneamente- con un experimento democrático cuyo desarrollo y consecuencias apenas han comenzado, pero a la vez disfrutamos al darnos cuenta de que no necesitamos la voz de un mandamás, ni de un medio de comunicación, ni de toda la basura propagandística y persuasiva que desafortunadamente están haciendo gala TODOS los políticos venezolanos actualmente para conquistar lo que es nuestro. La sabiduría popular comprendió que aquella máxima de “solo el pueblo salva al pueblo” es totalmente correcta.

Ciertamente con Chávez fue distinto y es una etapa que debemos ir superando, pero sin olvidar jamás las enseñanzas que ese carajo nos dejó, el ejemplo que sirvió de guía para todo un pueblo, la astucia y sentido de oportunidad para hacer política, la defensa a ultranza de lo venezolano y la pasión puesta en la integración latinoamericana. Para revivir ese espíritu que prevaleció el 13 de abril es necesario ver a ese Chávez irreverente, jodedor, sincero y en ocasiones  hasta ordinario que muchas veces vimos y dejar a un lado esos títulos pomposos como el de “comandante supremo y eterno” con el que a veces nos referimos, porque me parecen sinceramente el cenit de la ridiculez y el jalabolismo.

Paradójicamente hoy nos encontramos con un escenario en el que quisiera reeditarse aquellos sucesos, no obstante debemos evaluar y comparar las condiciones en las cuales sucedió aquel golpe y las que vive el país en la actualidad, a pesar de los inmensos y en algunos casos injustificables problemas que la nación sufre, no somos la misma Venezuela del año 2002.
Y creo que esas diferencias son las que han servido (junto a una oposición que es un mar de nulidades mediocres y torpes) de muro de contención para un gobierno que sucedió al Chávez que muchas veces dijo: No Volverán!

Tenemos 17 años diciendo “No volverán”, pero en Diciembre conquistaron la Asamblea Nacional, y los dirigentes que se auto-tildan de “hijos de Chávez” siguieron con la cantaleta,  este año hay elecciones de nuevo y creo que nos veremos obligados a entregar unas cuantas gobernaciones si no se logra mitigar el desastre que un gobierno timorato, hipócrita y ambiguo y una oposición apátrida, ambiciosa y acomodaticia, han producido en la economía. Si no han sido capaces de meter a la guardia y a la policía nacional o municipal en la redoma de petare –por ejemplo- y apresar a ese montón de bachaqueros coñoemadres, confiscarles los alimentos de primera necesidad que criminalmente comercian a su antojo y poner orden en ese sector donde el ministro “atrapa gorgojos” podría trabajar de forma mancomunada con el vago que dice ser alcalde de ese municipio, cómo vamos a esperar que resuelvan los graves problemas económicos cuando vemos que en muchas de esas comisiones para reactivar la economía venezolana, “mi presidente obrero” incluyó a los mismos funcionarios ineptos y corruptos que se rotan los altos cargos en el gobierno, o a los empresarios chulos que ya han demostrado como son de eficientes para fugar divisas preferenciales? Con todo y esto escucho muchas veces a gente como Diosdado decir. “No volverán”……estarán conscientes de esta delicada situación, o nos están viendo cara de mega pendejos?

Creo que si la dirigencia opositora no fuera tan torpe, tan resistente a aprender de sus errores, estaría a un paso de conquistar otras instancias del poder público en Venezuela, contando con algún grado importante de apoyo popular incluso por vías extra – constitucionales; sin embargo, su premura, su falta de visión política, su disposición a acatar los deseos del departamento de estado gringo, su falta de olfato político su codicia y muchas lacras más que la caracterizan, han dado al traste –afortunadamente- con este propósito.

Pero de nuestro lado debemos reconocer la grave desmovilización en nuestras filas, la desmotivación que embarga a quienes creemos en el socialismo y la revolución, la suspicacia que nos producen decisiones tomadas en el seno del gobierno, como la designación de funcionarios, la puesta en marcha de planes como el del arco minero, la despreciable indisposición que caracteriza a la gestión del presidente Maduro para castigar a los altos funcionarios que lo han hecho pésimamente mal; reconocemos que no la ha tenido fácil el excanciller, heredar un país en pleno proceso de transformación, con problemas que probablemente tienen su génesis en la administración del comandante y además competir con un liderazgo avasallante como el que tuvo Chávez, no es poca cosa. Pero permitir que el país entre en una especia de inercia operativa, porque no existe la resolución de poner orden entre los grupos de oportunistas que se formaron al calor de los “aprecios del jefe” desde 1999 y esperar estar al límite para tomar algunas tímidas decisiones,  puede resultar tan criminal como lo que esta oposición y sus aliados económicos, en complicidad con  sus jefes internacionales están haciendo deliberadamente para dañar la economía del país.

Es un escenario muy difícil y a pesar de que para muchos el resultado es perfectamente predecible –la derrota del gobierno y de la Revolución Bolivariana- puede resultar apresurado asegurar tal efecto a raíz de lo que hemos vivido en estos últimos cuatro años, sin embargo, de no enmendarse el camino, cada día será más difícil afirmar: No volverán!



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Neftalí Reyes


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