Me dueles en lo más profundo de mi ser, duele la traición de algunos de tus hijos.
Desde que nací, mi madre me enseñó a amarte y a no callar ante lo injusto, en tu suelo inicié mis primeros pasos, desde entonces he dado vital importancia a las huellas que cada uno de ellos van dejado a lo largo del camino, no solo porque estas huellas han marcado el rumbo de lo que soy, sino porque dependiendo de ellas, llenare las esperanzas que has puesto en cada uno de nosotros tus hijos, quiero que sepas que admiro infinitamente tu belleza, imponente día y noche, entre flores, ríos, nieve, mares, llanuras y montañas.
He celebrado junto a ti las cosas que te han hecho esplendorosa a lo largo del tiempo, y he llorado de igual manera aquellas que han dejado heridas profundas en tu ser, me ha dolido tanto como a ti que nuestros ríos pierdan su fuerza por la mezquindad de tus hijos, he lamentado que la mano cruel de algunos de los tuyos, sobre pongan intereses de falso progreso por encima de tus tierras y riquezas, para muchos de tus hijos, tu mi Venezuela, y es duro decirlo , has sido solo una fuente de riqueza material, por cierto, muy mal administrada, tristemente lapidada y puesta al servicios de interés extranjeros.
Hoy, pretenden educarnos de cómo debemos quererte, pero esa falsa educación parece más un adiestramiento para imponer una nueva forma de mirarte, pareciera que nos preparan para en tu nombre dominarnos, sin saber que en tus venas y en las nuestras corre la rebeldía de la libertad, desconocen que nunca han podido someternos fácilmente por la fuerza.
Pero no te preocupes, no estás sola, nosotros tus hijos buscaremos las victorias, esas que siempre nos han hecho libres, tomando como ejemplo de resistencia, la experiencia de quienes lucharon antes, la fortaleza de nuestros jóvenes, trabajadores, campesinos e indígenas que se mantienen en luchan, la unidad de los pueblos que hoy resisten y ese amor liberador que por ti sentimos.
Nos resistimos a que nos dividan, a que nos impongan la muerte por encima de la vida, a que nos roben la sonrisa de nuestros hijos y los últimos sueños de nuestros ancianos, somos un solo pueblo y juntos seguiremos luchando con fortaleza, con canto, con poesía, con alegría y sueños, buscando un todo en el corazón de todos en la urgencia de un nosotros para siempre hermanados.
Me dueles, me dueles mi ¡Venezuela¡