¿Hay guerra económica?

Entender la coyuntura política actual en Venezuela, pasa por deslastrarse de conceptos dogmáticos, del fanatismo y el cliché. En este momento, el pensamiento flexible, debe superar los apasionamientos y la disciplina militante de los que creen posible construir un mundo mejor, en revolución. La ventriloquía política conduce a un circunloquio inútil en el discurso, que no genera actitudes positivas hacia un proceso tan complejo.

La rigidez en el análisis de la situación actual y los criterios absolutistas impiden valorar lo diverso del pueblo venezolano. Por tal razón, condenar las críticas en torno a esta inflación tan galopante, la escasez, la inseguridad, la improductividad y el bachaquerismo, es someter a los ciudadanos y militantes revolucionarios a un silencio obligado, una especie de bomba de tiempo que pudiese implosionar.

Las expresiones de Pepe Mujica, ex presidente de la República de Uruguay, descalificando al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, deben ser elementos de consideración. El contexto de la acusación contra Almagro, secretario general de la OEA, de ser agente de la CIA, motivó las declaraciones ya conocidas. Una respuesta que no invalida la condición de progresista y revolucionario de Mujica. Éste sigue siendo aliado del gobierno venezolano. Las críticas no pueden señalarse como una prueba de deslealtad o conspiración, si éstas llevan el espíritu de la defensa de la revolución.

¿La guerra económica existe contra Venezuela? Claro que sí. Pero más que económica tiene un carácter político, contrario a la influencia ejercida por el proceso bolivariano a las otras naciones latinoamericanas. Por esa razón, para las fuerzas y países de la OTAN y Unión Europea, es un objetivo urgente derrotar la revolución venezolana.

Uno de los factores a superar en la economía venezolana es la dependencia alimentaria, los créditos otorgados para la producción agrícola se han desviado a otros intereses, la supervisión y el control deben funcionar para evitar el desangre financiero a la nación.

La petición de la oposición para que la carta democrática sea aplicada a Venezuela, se basa en las condiciones generadas por la guerra económica desatada para inducir a una explosión social y crear condiciones de guerra civil. La depauperación de la calidad de vida en la denominada "clase media" y sector de profesionales, pequeños comerciantes y emprendedores, afecta la estabilidad social, crea condiciones favorables a una realidad objetiva, dirigida a una ruptura política.

El detonante inflacionario, unido a la escasez y ajuste de precios, aumentan la confusión en la población y eso lo maneja la oposición muy bien. La razón del llamado a referéndum revocatorio, es el favorable ambiente de descontento social exacerbado por las medidas de la empresa privada que argumenta falta de divisas para importar insumos industriales. Situación peligrosa y dañina, pues al final quien sufre es el pueblo.

Ahora bien, ¿Qué haría un gobierno de derecha instaurado en Venezuela actualmente?

Indiscutiblemente, las medidas económicas se aplicarían con más rigor, se instauraría un régimen de persecución política, y por si fuera poco, se impondría la amenaza de una invasión militar de la OTAN, en caso de una eventual resistencia popular, en contra de un gobierno de las élites capitalistas unido a intereses extranjeros.



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Orlando Balbás

Prof. en Ciencias Sociales. Magister en gerencia educativa. Jubilado del MPPE.

 orlandobalbas27@gmail.com      @orlandobalbas

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