Tomando prestada la esencia de "pensar globalmente pero actuar localmente", nos hemos adaptado para contextualizar la necesidad de gestionar el sistema agroalimentario nacional desde lo local, mediante la participación comunal en el diseño-ejecución de políticas públicas relativas al tema alimentario, reflexionando al respecto en un intento por lograr la argumentación y fundamentación respectivas, tanto en lo ideológico-político como en lo teórico-científico.
Primeramente debemos referir nuestra absoluta adhesión al planteamiento anti neoliberal del Comandante Hugo Chávez, con énfasis en lo atinente al asunto agroalimentario, tema que consideramos de gran envergadura ECONÓMICA (que no economicista), por ende de connotación Social y Política, muy por encima y evidentemente contrario a la visión del agronegocio con su concepción meramente financiera y por lo tanto netamente privatizadora, lo que de ninguna manera nos priva para pensar en la integración económica internacional con equidad, respeto e igualdad bajo la cual entendemos el fenómeno así llamado "globalización", habida cuenta que a estas alturas históricas del siglo XXI no podemos creer en la "economía autárquica" pero sí en la soberanía económica.
En segundo lugar y debido a lo anterior, nos identificamos plenamente con F. Engels quien ya en 1892 afirmó que "las formas fundamentales de todo ser son el espacio y el tiempo, y un ser concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo sería un ser concebido fuera del espacio" (citado por Lenin, 1989: 222), afirmación que sustenta el carácter histórico- material de nuestra concepción de la gestión agroalimentaria que, más allá de sus repercusiones sociales, implica para el proceso bolivariano aspectos de orden económico y político, estrechamente vinculados a lo cultural-territorial-comunal que debemos considerar en una verdadera revolución.
Al respecto vale recordar lo que en 1954 refirió el economista August Lösch: "Así como la teoría del desarrollo económico considera el tiempo, la teoría de la localización de la actividad económica toma el espacio en su enfoque sobre la economía" (citado por Flores, 1976: 125), de donde se desprende el principio científico respecto a la posibilidad de que toda la teoría económica sea reformulada desde el punto de vista espacial, considerando las propias potencialidades, capacidades y limitantes de cada ecolocalidad, sin fraccionar espacial ni políticamente el territorio nacional.
Obviamente lo anterior nos induce a rescatar la estrategia endogenista planteada por el Comandante Chávez con los Núcleos de Desarrollo Endógeno (NUDE), cuyo estribo de mayor contrariedad a los intereses del gran capital (nacional y extranjero), era precisamente que el proceso producción-procesamiento-distribución-consumo fuese comunal y con base en la cultura alimenticia local, o sea: el peligro de que un nuevo sistema agroalimentario se pudiese conformar, con lo que perderían poder para manejar el abastecimiento y la capacidad de chantaje político que mantienen actualmente…
De sólo imaginarnos qué situación tendríamos ahorita si los NUDE´s de Chávez estuviesen funcionando, nos dan más ganas de seguir luchando sin descanso por rescatar y consolidar el pensamiento de nuestro Comandante Eterno, no sin antes inmunizarnos contra los parásitos que ya están acechando a los CLAP y la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS), con evidentes pretensiones de destruirlos desde adentro para dejarnos nuevamente a merced de sus mezquinos intereses y mantener su posibilidad de maniobra en la guerra no convencional que nos han declarado.
Por eso es preciso que las y los revolucionarios terminemos de comprender nuestra situación real de guerra y actuemos estratégicamente en consecuencia:
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no somos ajenos a los intereses globalizantes del gran capital internacional, bajo cuya ontología imperial nuestra postura soberana representa un obstáculo y un "mal ejemplo" para el mundo;
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de la capacidad de abastecernos en la satisfacción a nuestras necesidades alimenticias básicas dependen la posibilidad de resistencia colectiva y victoria para lograr la soberanía e independencia que anhelamos;
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solo estructurando un sistema agroalimentario sustentado en la gestión comunal-local podremos tener soberanía, pues los procesos sistémicos comunales pueden garantizarnos la alimentación básica y más, desde nuestras necesidades y capacidades ecolocales.
Reiteramos pues que de ninguna manera estamos soñando con autarquías utópicas, ni fraccionamientos espaciales y menos aún separatismos territoriales, sino todo lo contrario, de lo que se trata es de no perder el contexto actual a fin de pensar globalmente para gestionar comunalmente...