Jorge Rodríguez, lejos del mingo. ¡cambia papá!

Diría que con demasiada frecuencia Jorge Rodríguez aparece en televisión. Lo que no estaría mal, tratándose de un alto jefe – esta palabra la tomé del diccionario con una pinza – del Psuv y posiblemente, eso creo, siguiéndome por el puro tradicionalismo, uno de los integrantes del pequeño grupo que cierra el círculo. Lo malo es que usa su tiempo, todo su tiempo para hablar del mismo asunto; tanto que no sólo cansa sino que al verle aparecer uno sabe que va a hablar de lo mismo. El, siendo psiquiatra, debe saber bien lo que hace y posiblemente esté seguro que debe seguir en eso aunque parezca un disco rayado. Ayer domingo no vi el programa de José Vicente. Cuando me percaté de la hora, distraído por unos visitantes tempraneros, ya era tarde. Es una de las pocas veces que eso me ha sucedido en mucho tiempo.

En las primeras horas de la noche, un familiar quien también llegó a visitarme, después de saludarme me preguntó:

-"¿Viste el programa de José Vicente?"

-2¡No! Le respondí2. Y de seguidas pregunté "¿a quién entrevistó?"

-"A Jorge Rodríguez", me respondió el visitante, como defraudado.

"Entonces", comenté, "no me perdí nada". Seguro volvió hablar del mismo asunto. De firmas, huellas, muertos que firman y vivos que no firmaron o no pusieron la huella."

Mi contertulio, con una cara de fastidio, no por lo que hablaba conmigo, sino recordando la entrevista, me respondió con desgano: "¡SI!"

No volvió a hablar más del asunto y por todo, la forma de responder y posterior actitud, deduje que como yo estaba hastiado de aquello.

Rodríguez tiene un programa en televisión, como alto dirigente del Psuv que es, donde aunque intente hablar de otra cosa, según su plan o de quienes le elaboran el libreto, lo que uno sabe por lo planteado a la entrada, termina metido en las planillas de la MUD y el revocatorio.

Ya, cuando le escucho y hasta veo su imagen, entro en un estado de desconcierto donde los números se me confunden y los problemas parecieran enredárseme. Él sabrá bien de que se trata, para eso es psiquiatra, pero en mi ignorancia, creo que me invade un estado de locura. Pues mientras él, con su agradable sonrisa piensa en listas, números de ellas, firmas, con huellas o sin ellas, muertos firmando, dirigentes de la MUD que mal firmaron o no pusieron la huella o dejaron de firmar, yo saco cuentas. Por un lado sumo o pienso en la cifra que representan mis menguados ingresos y los precios de la papa, zanahoria, yuca, pescado, pollo, huevos carne y me pierdo loco en el camino, porque mi preocupación, aunque parezca muy pedestre al lado de la suya, es como una lista más larga y se expresa en cifras, donde las diferencias son hondas, tanto como la fosa donde a uno, ya viejo, le echarían más temprano que tarde; vean que estoy sacando cuentas; si seguimos como vamos moriremos temprano o enloqueceremos. Lo primero, malo no sería. Lo segundo, lo sabe muy bien Rodríguez, es una muy mala herencia revolucionaria para los nuestros que vivo quedan.

Pero a Rodríguez, esas cifras le alegran. Ahorita mismo, lunes a las 4,30 pm, he abierto Aporrea y leo que en la entrevista dada a José Vicente, Rodríguez dijo que el 80 por ciento de los diputados y dirigentes de la MUD, no firmaron. Leyendo aquello me lo imaginé sonreído, de "oreja a oreja", como decían en mi pueblo, aunque no haya quien tenga la boca tan grande.

Si a él eso le alegra, me parece maravilloso. Pero recordaré que muchos analistas, hasta él mismo, han dicho que en la MUD no hay interés por el revocatorio en sí; saben ellos y eso lo dice gente del gobierno y lo sugiere el CNE, al hablar de plazos, que se les pasó el tiempo. Por ahora, no habrá revocatorio y no sé si lo pudiera haber el año que viene, asunto que para nada me interesa, tanto es así que no lo voy a averiguar ni perder mí tiempo oyendo a nadie que lo explique. Pero a la mayoría de la MUD lo que interesa por ahora, es tener una llama encendida, algún clavo caliente, ¡y bastante que de todo eso hay!, que justifiquen sus acciones en lo inmediato. Y lo que en verdad conviene a la MUD, es que las cosas sigan como van, que siendo así, sólo cenizas quedarán. Sobre todo, las cenizas serán de aquellos que nos atrevimos a soñar, antes y después, acompañados de Hugo Chávez.

Por eso, no entiendo, comprendo ni adhiero esa alegría de tísico de Jorge Rodríguez. Menos esa actitud de un alto dirigente del partido, psiquiatra, orgulloso de su herencia, donde pareciera perder su tiempo embebido en un tema que ya cansa, fastidia y hastía, sobre todo a un pueblo que espera señales, pero no de humo, sino que se concreten cifras que no sean de firmas sino de aliento ante esta espantosa crisis económica que agobia. Luce más bien entretenido y entreteniendo a los venezolanos todos, lo que no sería descabellado siendo psiquiatra y gobernante.

Jorge Rodríguez, quien es además alcalde de Caracas y como tal tiene sus problemas específicos, pareciera estar como esos malos jugadores de bolas criollas que nunca arriman una cerca del mingo.

Rodríguez, amigo, este viejo que fue amigo de tu padre, te recomienda pises tierra. Estudia las cifras del ingreso familiar, cesta básica, la paridad de dólar y bolívar; el precio dolarizado de todos los productos que consumimos, mientras el salario del venezolano mayoritario, quien debe ser el objeto de esta revolución, es una miseria. En cifras oficiales, el salario mínimo es de 35 dólares aproximadamente y si le doblas por la cesta ticket, es de sólo 70. Mientras una minoría, en medio de esta revolución, acumula riquezas, tanto que el propio Menéndez, ministro de planificación, asegura que sólo tres familias atesoran el 50 por ciento del ingreso nacional. Esta es la verdad nuestra de ahora y la que nos amarga el espíritu. La cifras que nos estrujan el alma; y hasta de los nuestros que están muertos, pues se dice que sus almas andan por allí. No nos alegra si los muertos se salieron de la tumba, firmaron y volvieron al más allá. Tampoco si eran muertos de un bando u otro; si es que en la muerte hay bandos o un solo dolor; si andan en bandadas o en la tristeza de la soledad.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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