Ernesto Villegas Poljak presentó Golpe bajo/ Golpe baixo, su más reciente obra, bilingüe (español y portugués), que consta de tres entrevistas realizadas a Joao Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra; a la presidenta Dilma Rousseff y a Luiz Inácio Lula Da Silva, con prefacio del expresidente Fernando Lugo y prólogo de Paulo Pimenta, diputado federal por el PT.
Villegas, valiéndose de la entrevista, género periodístico en el que bien se ha destacado, muestra que detrás del impeachement por el que juzgan a Rousseff hay un golpe bajo, blando o parlamentario: intento de derrocar un gobierno sin métodos militares.
Como refiere Lugo, en América Latina, en las últimas décadas, los gobiernos progresistas han traído una democracia participativa, la cual ha estado amenazada por intentos de Golpe de Estado: Chávez en Venezuela; Correa en Ecuador y Morales en Bolivia, y dos perpetuados: Honduras en 2009 y Paraguay en 2012.
Luego, los que votaron por el enjuiciamiento de la mandataria Rousseff, como el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, han sido procesados por corrupción, mientras que Dilma no ha incurrido en algún delito. La separan de la presidencia no por aspectos legales, sino para adoptar políticas neoliberales sin el consentimiento del pueblo.
Un dato interesante es que Lilian Ayalde, funcionaria de la USAID desde 1981, antes de ser embajadora de los EEUU en 2013 en Brasil, ocupaba el mismo cargo en Paraguay cuando derrocaron a Lugo.
Rousseff alerta que la arremetida golpista en su país es contra los procesos de inclusión social, que son garantía del desarrollo agrícola e industrial, en América Latina.
Finalmente, es un Golpe bajo porque Temer es presidente sin el voto popular, a diferencia de Dilma que la eligieron 52 millones de brasileños. Y, como dice Lula Da Silva, los medios de comunicación en Brasil son responsables.