Entre Héctor Navarro y Timoteo Zambrano, pusieron a Luis Britto

El libre pensamiento y la libertad de expresarlo se ha convertido en nuestro país en un karma, debido a la causa y efecto que se origina en las mentes y acciones de los que no comulgan con alguna opinión y que les genera un disgusto, conllevando a aplicar en contra de esta “mortificación causada” los inexistentes e inaplicables estatutos disciplinarios, de las “impolutas élites” de la derecha y de la siniestra, en contra de aquel, que osó “transgredirlos”. Hoy le correspondió al diputado Timoteo Zambrano, Coordinador Internacional de la MUD (destituido y cambiado por la insufrible Tintori, aparentemente) sentir la causticidad y la ira de la falange derechista y sus comandos, por expresar de "inaceptables" las acciones del Mercosur contra Venezuela. Y a Zambrano le salieron abogados y consideraciones de parte del PSUV, entre las más conspicuas está la del Diputado Pedro Carreño.

Pedro Carreño, el diputado socialista del buen y suntuoso gusto declaró que “La Derecha nuevamente queda en evidencia como un grupo fascista. Linchan a Timoteo Zambrano por lo que ellos consideran un pecado capital: pronunciarse a favor del diálogo”. Y creo que Carreño no pudo expresarse mejor en contra de los que lapidaron a Timoteo Zambrano, al llamarlos fascistas. Pero, ¿y los que han tildado desde las “trincheras” del PSUV con cualquier incontinencia de porquería mediática a Héctor Navarro, Jorge Giordanni y Ana Elisa Osorio, por nombrar solo tres revolucionarios que participaron en el gobierno del Camarada Comandante Chávez y que al manifestar su libre y crítico pensar, fueron “excomulgados” por el consejo tribal psuvista? ¿No es igual esta actitud fascistoide del cenáculo psuvista, al enlodar a estas personas por no coincidir en determinadas cosas y hacerlas públicas, cuando en lo privado no le paraban bolas? ¿Dinos ilustrísimo diputado Carreño, cual es el baremo, rasero o fascistómetro que ustedes utilizan para determinar quien es un traidor, un contrarrevolucionario o un lacayo de la derecha? ¿O es que ustedes asumen la discrecionalidad que utilizan los zánganos de la Conferencia Episcopal Venezolana, para determinar quien esta con Dios y con el Diablo y mover a Dios y al Diablo de un lado para otro según convenga? Estas son las vainas que nos joden delante de la gente, eso arrecha al pueblo chavista.

No esta mal defender en determinado momento la actuación de Timoteo Zambrano o de otro ciudadano que esté inconforme con su troja política o “adoptar” a Ricardo Sánchez y darle funciones de gobierno, aun cuando sus principios o actitudes sean de derecha. Pero ¿denostar de cuadros inconformes, por no acordar con las situaciones que han detenido el evolutivo proceso que inició el Camarada Comandante Chávez y que hoy son parte de esa gran causa y efecto que inquieta lo que queda de revolución,? Como dice Carreño, quedamos en evidencia tanto o más que la derecha.

En el caso del escritor Luis Britto, este debe vivir en un absoluto carrusel de emociones, por los constantes halagos que recibe un día, por sus escritos y las reprobaciones y agravios que recibe al otro día…por sus escritos. Se que por su parsimonioso pero claripensante actuar, nunca abrigará otro pensamiento contrario al de la reivindicación humana dentro del socialismo. Pero, eso no le ha impedido que su nítida expresión manifieste contrariedad, por la pérdida de los valores revolucionarios no solo ideológicos sino en la praxis real, no la edulcorada. Y ahí está Luis Britto, “jamaqueado” por la bóveda  psuvista, pero apreciado por las huestes populares que saben que no se mueve de un lado para otro, sino que está en un solo sitio.  Por eso es que se encuentra entre el medio de la intriga del barómetro que determina la presión del momento y que está en manos de los que juzgan de manera unilateral y mezquina a Navarro por contrarrevolucionario y la que lisonjea a Timoteo Zambrano, por su valentía.

Los cooptogados líderes del PSUV dentro de la dinámica actual que se desenvuelve en plena crisis, deberían pensar en realizar un gran encuentro donde confluyan los desencuentros y establezcan las coincidencias. El PSUV no debe endilgarse la preeminencia absoluta de la política revolucionaria nacional. Debe haber un cónclave donde aquellos camaradas que fueron “sacados” o se retiraron a motu propio, se puedan reunir con aquellos que los “sacaron” o les generaron su partida. Esto forjará una fortaleza política real, no inducida, no una puesta en escena con los mismos actores o con invitados de palo. En la política los orgullos individuales no caben, son perjudiciales por que hacen un daño colectivo. En este caso, no es quien convoca sino quienes quieren ir en verdad, porque si los designados por el PSUV se reúnen con los que diariamente tratan de desbancar al gobierno y con los cuales no hay coincidencia ideológica, ¿por que no hacerlo con los que tienen coincidencia real de pensamiento político y son tan herederos de Chávez, como aquellos que se endilgan su parentesco absoluto? Habrá que responder esta pregunta y el pueblo lo requiere. Las consecuencias y los efectos van a ser buenos para la revolución: buen karma.



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Carlos Contreras


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