Para ser corrupto no se necesita experiencia previa, sino inexperiencia moral

Esta frase que titula mi escrito, se me ocurrió cuando estaba en una conversación virtual con unos compañeros y donde comentábamos sobre la desarticulación por parte de la fiscalía, de la mafia que estaba operando todo lo referente al gas doméstico nacional o llamado oficialmente Gas Comunal PDVSA. Esto era un secreto a voces y que había sido denunciado por el pueblo en reiteradas ocasiones a lo largo y ancho del país, al igual que el negocio de la gasolina.

Estos supuestos facinerosos, estaban dirigidos por el mismísimo presidente de la empresa,  y otros cuatro gerentes de diferentes plantas de llenado en el país, que cobraban dos dólares por cada cilindro cargado, a los distribuidores o acaparadores de este vital combustible, para que estos trasladaron este "costo de producción dolarizado" a las humildes familias que lo necesitaban y necesitan. Esto está más allá del capitalismo salvaje, es la corrupción en su más puro estado, sin diluirla. Recordamos ahora aquel candidato a diputado (no sé si fue elegido) que de manera mísera, hizo "aparecer" bombonas de gas, para cambiarlas por votos.

Dentro de nuestra conversa telemática, coincidimos en que muchas de las personas que han sucumbido ante el inacabable monstruo de la corrupción, es gente muy joven, muchas de ellas sin formación técnica ni mucho menos experiencia administrativa en la función pública, para asumir tamaña responsabilidad. Por lo general, siempre manifestamos que la juventud es sinónimo de inexperiencia, pero esto no siempre es cierto, es una acepción con relativo significado en lo literal. Hay jóvenes que son duchos en diversas actividades por la reiterada acción empírica de realizar una labor y que muchos de nosotros tendríamos esa capacidad de hacerlo, por muchos años que tengamos de acumulación de saberes o de praxis. Pero, en este caso, estos muchachones y muchachona, tenían en su bagaje conceptual aprendido, la experiencia previa vista en otros y los convirtieron en expertos a través de un curso intensivo cuya introducción parece aquella vieja conseja de la política rastrera "Yo no quiero ser gobernador, yo no quiero ser alcalde, yo no quiero ser diputado, nada de eso. Quiero ser el mejor amigo del gobernador, del alcalde y del diputado" o lo que es lo mismo "Póngame donde haiga" versión de bolsillo. Y eso pasó aquí, cómo ha pasado en otras oportunidades.

Ahora bien, de comprobarse su culpabilidad (ahora son supuestos o sospechosos de esta fechoría) el soporte político del gobierno (llámese PSUV o el Gran Polo Patriótico) debe iniciar una investigación de ¿quienes determinan y bajo qué parámetros políticos, morales y técnicos la asignación de estos cargos de tanta trascendencia para la acción de gobierno? porque es una gestión sociopolítica directa que se realiza hacia el pueblo. Con esto, se podría hasta determinar si existe un patrón entre la escogencia y nominación de cargos y la reiterada actuación corrupta de los designados en esos cargos y si ese patrón identifica también a algún individuo en particular o aun grupo, que se encarga a dedo de dar estos puestos claves. Aunque las responsabilidades son individuales, debe haber un responsable político de estos desmanes, porque no identificarlos y sancionarlos, es una conducta tan siniestra como la misma acción corrupta que ocasionó.

No solo el actuar de estos individuos favorecidos por el poderoso dedo del amiguismo y con una reserva moral agotada, son los que está poniendo en entredicho la "calidad" política de los servidores públicos con poder de decidir, sino también hemos visto la rápida transmutación de algunos elegidos al parlamento nacional que ya crearon a su alrededor el aura intangible de los ungidos por el poder soberbio y a los que ya no les importa una soberana gana, atender al pueblo soberano que los apoyó. En el Zulia, una persona muy querida por lo atenta que era con su entorno vivencial y vecinal, que surgió de la lucha social de los arrabales y que fue entronizada como diputada el 6 de diciembre pasado, "entendió" ahora que esa era una etapa superada, que ya salió del barrio y aunque suene un tanto insensible, el barrio lo lleva aún para todos lados, aunque ahora lo haya maquillado literalmente con una vestimenta suntuosa, un vehículo acorde a su investidura y por supuesto, una actitud de aquellos que sienten o piensan que lo lograron o se hicieron a sí mismo, sin la ayuda de nadie. El llamado o el "consejo" del presidente Maduro, para que los diputados electos no pierdan contacto con los que lo eligieron como voceros en la AN, al parecer, esta novel diputada creo que no lo entendió así. Sus redes sociales enmudecieron o son selectivas a la hora de atender. A lo mejor, es porque ya no usa el combativo teléfono Vergatario, que era más permisivo y nada discriminatorio. que el equipo de última generación que tiene ahora. Lo paradójico de esto, es que al parecer será la responsable de atender los Asuntos Sociales del Zulia. Ojalá retorne aquella persona que oía y prestaba atención a los humildes que eran sus vecinos y no los regañe por seguir siendo pobres y ella un "ejemplo de superación".

Ejemplos como estos son reales y a pesar de mis salpicaduras sarcásticas, nos rodean. Y lo peor, estos individuos y grupos, tienen el poder de decidir sobre cosas tan importantes para nuestro quehacer diario que nos pueden afectar favorablemente o perjudicar dependiendo del interés de ellos y no del nuestro. ¿Esto es una costumbre de la política venezolana, desde la cuarta y refinada en la quinta y por eso debemos aceptarla, porque la corrupción o el despotismo de los políticos es parte de nuestro folklore? Coño, ¿por qué no es una costumbre la honestidad y la probidad, entre otras cosas, como algo inherente a la capacidad humana y la actividad política?

Finalizo con un chiste sobre "la viveza" latinoamericana (eufemismo de corrupción). Un presidente latinoamericano está de visita en otro país. El presidente del país anfitrión lo lleva a su suntuoso penthouse y el invitado le pregunta ¿Cómo has hecho para tener esta lujosa propiedad? El mandatario dueño del ostentoso predio, le señala por la ventana un estadio, un puente y una autopista y le dice: "Bueno, tu sabes, el 50%". Con esto insinuaba la tajada que obtuvo por aprobar las obras. Resultó, que se invirtió la invitación y ahora le correspondió recibir al presidente que viajó anteriormente, al otro. El ahora anfitrión, llevó a su invitado a una colina donde tenía una grandiosa mansión. Deslumbrado el convidado preguntó: ¿Cómo hiciste para tener todo esto, es más de lo que yo tengo? El anfitrión le dijo: "¿Estás viendo aquel estadio, aquel puente, esa enorme autopista? Y el otro responde: "No, no los veo" y el otro sentenció: "Bueno, tu sabes, el 100%". El corrupto es un ser de aprendizaje y experiencia rápida, tanto el ensayo y el error les genera dividendos. Por eso, para ser corrupto no se necesita experiencia previa, sino inexperiencia moral



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Carlos Contreras


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